El hielo de Groenlandia se derrite al cuádruple de velocidad de lo que creíamos

La ciencia sugiere que Groenlandia podría estar acercándose a un peligroso punto de inflexión, algo que tendrá implicaciones para el aumento del nivel del mar a nivel global.

Por Stephen Leahy
Publicado 22 ene 2019, 12:35 CET
Groenlandia
Groenlandia está cubierta con una gran cantidad de hielo. Pero ¿durante cuánto tiempo?
Fotografía de Michael Melford, Nat Geo Image Collection

Un nuevo estudio advierte de que el hielo de Groenlandia se derrite a más velocidad de la que pensaban los expertos. Pero quizá la mayor sorpresa sea que la mayor parte de esta pérdida de hielo se produzca en el propio casquete glaciar, no en los glaciares de Groenlandia.

El nuevo estudio, publicado el 21 de enero en Proceedings of the National Academy of Sciences, determinó que la mayor pérdida de hielo continua desde principios de 2003 a mediados de 2013 se produjo en la región sudoeste de Groenlandia, donde apenas hay grandes glaciares.

Según el autor principal Michael Bevis, geólogo de la Universidad Estatal de Ohio, Groenlandia, la isla más grande del mundo, parece haber alcanzado un punto de inflexión en torno a 2002 o 2003, cuando se aceleró la pérdida de hielo. En 2012, la pérdida anual de hielo era «inaudita» y casi cuadruplicaba el ritmo de 2003, según declaró Bevis en una entrevista.

Gran parte de este deshielo acelerado procedía del sudoeste de Groenlandia, una parte de la isla donde se desconocía que el hielo estuviera desapareciendo a tal velocidad. Anteriormente, la atención científica se centraba en las regiones sureste y noroeste de Groenlandia, donde los grandes glaciares conducen fragmentos de hielo del tamaño de icebergs al océano Atlántico.

«Sabíamos que teníamos un problema enorme con el aumento de los ritmos de evacuación de hielo en algunos grandes glaciares», afirmó Bevis. «Pero ahora reconocemos un segundo problema grave: grandes cantidades de hielo salen en forma de agua derretida con mayor frecuencia, en forma de ríos que fluyen al mar».

Los datos de los satélites GRACE de la NASA y las estaciones de GPS repartidas por la costa de Groenlandia demostraron que, entre 2002 y 2016, perdieron aproximadamente 280.000 millones de toneladas de hielo al año. Este deshielo medio anual es suficiente para cubrir los estados de Florida y Nueva York con agua derretida, o para hundir Washington, D.C. y uno o dos estados pequeños.

«Va a provocar un aumento del nivel del mar adicional. Estamos viendo cómo el casquete glaciar alcanza un punto de inflexión», afirmó Bevis.

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El casquete glaciar de Groenlandia alcanza 3.000 metros de grosor en algunos lugares y contiene hielo suficiente como para aumentar siete metros el nivel del mar. A lo largo del siglo XX, Groenlandia perdió casi nueve billones de toneladas de hielo en total, lo que supuso 25 milímetros de aumento del nivel del mar. (Hacen falta casi 360.000 millones de toneladas de hielo para producir un milímetro de aumento del nivel del mar.)

Sin embargo, Groenlandia se ve eclipsada por el indlandsis antártico, que podría aumentar el nivel del mar en 57 metros si se derritiese por completo. Lo que también resulta alarmante es que la Antártida está sufriendo un deshielo acelerado y pierde seis veces más hielo que hace 40 años, según determinó un estudio del 14 de enero. La media anual de pérdida de hielo durante la última década ha sido de 252.000 toneladas al año.

Lo mismo ocurre con los glaciares de Norteamérica: la pérdida de hielo se cuadruplicó desde principios del siglo actual y alcanzó 12.300 millones de toneladas anuales, según ha revelado un estudio reciente.

¿Qué provoca el deshielo?

El calentamiento global de solo un grado Celsius es el impulsor principal de este deshielo masivo a nivel mundial. En Groenlandia, los investigadores descubrieron que el calentamiento global, así como una fase negativa de la oscilación del Atlántico Norte, provocó el rápido deshielo superficial del casquete glaciar durante los veranos. La oscilación del Atlántico Norte (NAO, por sus siglas en inglés) es un cambio natural e irregular de la presión atmosférica y lleva consigo un tiempo estival más cálido y soleado a la parte occidental de Groenlandia durante su fase negativa. Antes del año 2000, este fenómeno no provocaba un deshielo significativo, según Bevis, pero desde entonces las fases negativas de la NAO provocan grandes aumentos del deshielo.

Según explica, esto es análogo al ciclo de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés) y el blanqueo de los corales. En 1997-98, un intenso fenómeno de El Niño provocó blanqueos masivos en la mayor parte de los arrecifes tropicales del planeta. Antes, estos fenómenos apenas tenían efectos en los arrecifes, pero para 1997, el cambio climático había calentado tanto las aguas marinas tropicales que cualquier calentamiento adicional como consecuencia de El Niño era demasiado para los corales. Ahora, cada vez que se produce El Niño, los corales sufren.

Según Jason Box, glaciólogo del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia, el estudio de Bevis demuestra que el suroeste de Groenlandia es el lugar donde el casquete glaciar es más susceptible a ciclos atmosféricos como El Niño, que se superponen a una tendencia de calentamiento. Y, según Box, está claro que una mayor parte del deshielo general procede de la superficie y no de los glaciares de salida con terminación marina.

Todo lo que se necesita para fundir el casquete glaciar de Groenlandia es una temperatura superficial de un grado Celsius y luz solar. «Antes era raro que las temperaturas superasen los cero grados en el casquete glaciar, pero ya no», explicó Bevis. Y cada grado por encima de un grado Celsius duplica la cantidad de deshielo.

¿Qué ocurrirá ahora?

Richard Alley, glaciólogo de la Universidad Estatal de Pensilvania, advierte de que, si no actuamos pronto para reducir drásticamente la quema de combustibles fósiles que aumenta las temperaturas globales, la mayoría o todo el hielo de Groenlandia podría derretirse y aumentar siete metros los niveles del mar. Esto ocurrirá en una escala temporal de siglos. Sin embargo, Alley explica que existe un umbral de calentamiento que podría cruzarse en unas pocas décadas (o menos) y, si se traspasa lo suficiente, el deshielo de Groenlandia sería irreversible.

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    Otro problema importante es que toda esta agua derretida ralentiza la Corriente del Golfo que trae agua caliente del ecuador al Atlántico Norte y lleva agua fría a las profundidades del océano. La Corriente del Golfo, conocida como Circulación de Retorno del Atlántico Meridional (AMOC, por sus siglas en inglés), es la razón de que Europa occidental tenga un tiempo templado. El año pasado, un equipo de investigadores informó en la revista Nature de que la intensidad de la AMOC había disminuido un 15 por ciento desde mediados del siglo XX.

    Los meteorólogos creen que esta ralentización está vinculada a recientes olas de calor estivales en Europa. Stefan Rahmstorf, del Instituto de investigación de efectos climáticos de Potsdam, Alemania, y uno de los coautores del estudio, atribuyó la ralentización a los enormes volúmenes de agua derretida de Groenlandia. «Creo que está ocurriendo y que es una mala noticia», contó al Washington Post.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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