El verano trae consigo insectos portadores de enfermedades a Estados Unidos

Las enfermedades propagadas por garrapatas, mosquitos y chinches aumentan, una tendencia que continuará con el calentamiento del clima, según los expertos.

Por Sarah Gibbens
Publicado 30 jul 2019, 16:13 CEST
Un mosquito de la fiebre amarilla
Un mosquito de la fiebre amarilla, Aedes aegypti, en el Laboratorio de Entomología Urbana de la Universidad de Florida en Gainesville.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

Según expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, los insectos que transmiten enfermedades llegarán más lejos y transmitirán enfermedades más rápidamente conforme el planeta se caliente.

«[Los mosquitos] son muy sensibles al cambio climático», afirma Lyric Bartholomay, bióloga de vectores en la Universidad de Wisconsin-Madison. «No creo que quepa duda de que, conforme las temperaturas cambian, también cambiarán su distribución y los lugares a los que pueden ir».

La semana pasada, el banco de inversiones Morgan Stanley predijo que los beneficios de los fabricantes de medicamentos aumentarían en las próximas décadas conforme el cambio climático exponga a más de mil millones de personas de todo el mundo a enfermedades infecciosas como la fiebre amarilla y el dengue, que suelen ser propagadas por insectos.

A continuación, los expertos explican cómo se adaptan estos insectos y arácnidos portadores de enfermedades al calentamiento del clima.

Garrapatas

Los CDC ya han observado un notable aumento de las enfermedades transmitidas por garrapatas, como la enfermedad de Lyme y la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas. En 2017, el año más reciente del que se disponen datos, las enfermedades transmitidas por garrapatas aumentaron un 20 por ciento y los casos han aumentado más del doble en la última década.

«Hemos observado una expansión hacia el norte de esas poblaciones de garrapatas», afirma Ben Beard, vicedirector de la división de enfermedades transmitidas por vectores de los CDC. «En temperaturas más cálidas, también tienen una mayor capacidad reproductiva, de forma que producen más descendencia y atraviesan su ciclo vital más rápido».

Las garrapatas se fijan a personas y animales permaneciendo al acecho. Con las patas traseras aferradas a una hoja o rama, utilizan las delanteras para agarrarse a cualquier cosa que pase. Una vez están en un cuerpo, excavan en la piel e insertan un tubo de alimentación espinoso. Transfieren enfermedades como la de Lyme a través de la saliva y su proceso de alimentación puede llevar de diez minutos a dos horas.

Muchas especies de garrapatas —aunque no todas— permanecen latentes en invierno y solo salen cuando las temperaturas aumentan y los días se alargan en primavera. Beard declaró que los CDC han observado que los casos de la Lyme se producen cada vez antes.

La alteración del paisaje también ha contribuido al aumento de las poblaciones de garrapatas. La reforestación de antiguas tierras de cultivo y la expansión de las ciudades han creado condiciones idóneas para el contacto entre humanos y garrapatas. Ante la desaparición de sus depredadores, las poblaciones de ciervos portadores de garrapatas han aumentado rápidamente.

«Esto ha provocado un aumento del hábitat propicio para las garrapatas en torno a los hogares y la gente puede exponerse», afirma Beard. Indica que a la mayoría de las personas las muerden garrapatas en sus propios jardines.

Mosquitos

Antes de 1999, los Estados Unidos no habían documentado casos del virus del Nilo occidental. Desde entonces, se han documentado más de 41 000 casos en los Estados Unidos.

Bartholomay afirma que el pico de transmisión del virus del Nilo occidental está teniendo lugar actualmente en Estados Unidos.

Cuando las temperaturas aumentan, los mosquitos tigre asiáticos, portadores del virus, empiezan a alimentarse y reproducirse rápidamente.

«Cuando un virus se introduce en un mosquito, primero debe replicarse en su intestino», afirma Bartholomay. «A continuación, pasa a las glándulas salivares. Cuando se alimenta, libera saliva y el virus sale con la saliva. Cuando hace más calor, todos esos procesos ocurren más rápido».

El secreto del sigilo de los mosquitos, desvelado a cámara lenta

No todos los cambios medioambientales estimulan a los mosquitos. En Iowa, los campos de drenaje cubiertos de agua estancada para crear campos de cultivos llanos quitan a los mosquitos unos lugares de incubación esenciales. Pero cuando las temperaturas se calientan, los CDC prevén que se expanda la distribución de los mosquitos. Con más comercio y viajes, a los expertos les preocupa que se propaguen enfermedades como la fiebre del Valle del Rift y el chikunguña a Estados Unidos por primera vez. Según Bartholomay, la segunda —una enfermedad viral de los trópicos— es un caso de cuándo llegará, no de si llegará.

«Es el tipo de cosa que nos quita el sueño, porque sería devastadora», afirma Bartholomay sobre la fiebre del Valle del Rift. La enfermedad puede matar fácilmente a una gran cantidad de ganado y personas.

Chinches

Como las garrapatas y los mosquitos, las chinches pueden aumentar su distribución hacia el norte conforme aumenten las temperaturas. Estos insectos negros del tamaño de un céntimo viven en espacios suburbanos habituales, como matorrales o grietas en el hormigón.

En inglés se llaman kissing bugs por la forma en que infectan a los humanos, mordiéndolos alrededor de la boca o los ojos. Un estudio de la Universidad de Texas A&M determinó que casi la mitad de las chinches de Texas albergaban un parásito denominado Trypanosoma cruzi en el aparato digestivo. Casi el 30 por ciento de las personas infectadas por el parásito desarrollan la enfermedad de Chagas, una afección que puede provocar insuficiencia cardíaca.

«A veces puedes experimentar síntomas cuando te infecta por primera vez, pero lo más normal es que no sientas nada. El problema de esta enfermedad es que se tarda entre 30 y 50 años en desarrollar la enfermedad de Chagas», afirma Maria Elena Bottazzi, científica que estudia esta enfermedad en la Universidad Baylor.

«No es solo el cambio climático, sino la deforestación y la desestabilización por los conflictos», dice ella respecto a la expansión de la distribución de estos insectos.

Los casos de Chagas suelen documentarse en Centroamérica y Sudamérica y sin atención médica adecuada, los portadores de esta enfermedad que vengan desde Latinoamérica podrían traerla al norte, contribuyendo a la propagación de la enfermedad cuando los mosquitos transmitan su sangre infectada. Entre 2013 y 2016, los centros de salud de Texas documentaron 91 casos de Chagas, 20 de ellos en personas infectadas en el país. Aunque algunos estudios han sostenido que el calentamiento podría impulsar la enfermedad hacia el norte, Bottazzi sostiene que no está claro si las poblaciones de los bichos están creciendo o si a los médicos se les da mejor detectarla.

Futuro infeccioso

Los CDC proporcionan información sobre el tipo de ropa y repelente de insectos que se puede llevar para evitar las picaduras, así como formas de prevenir los brotes en los jardines.

Bottazzi señala que las personas infectadas pueden variar según su posición socioeconómica y describe el Chagas como una «enfermedad de la pobreza».

«Es diferente en los Estados Unidos, porque normalmente tenemos casas con ventanas con mosquiteros y aire acondicionado», añade Bartholomay. «Una de las cosas que juegan a nuestro favor es que tenemos barreras adecuadas y acceso a repelentes».

Sobre el aumento de la tasa de enfermedades transmitidas por vectores, Beard afirma que los CDC prevén que «esta tendencia continuará».

«No existe vacuna para ninguna de las enfermedades transmitidas por vectores en Estados Unidos. Protegerte contra garrapatas y mosquitos depende de las medidas de protección personales», afirma.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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