
El nivel de las aguas del Gran Lago Salado (Great Salt Lake) fluctúa de forma espectacular debido a los cambios estacionales del volumen de agua entrante y la correspondiente velocidad de evaporación. El lago de Utah es una cuenca cerrada sin salida al mar (endorreíca), por lo que de ocurrir inundaciones similares a la de mediados de los 80, las consecuencias pueden ser sumamente graves y destructivas.
Fotografía de Jim RichardsonLas inundaciones estacionales del delta del Okavango en la Botswana profunda, pueden cubrir más de 26.000 kilómetros cuadrados. Este flujo anual sustenta una inmensa variedad de vida, como las manadas de lechwe, o antílope de las marismas, que se ha adaptado al entorno al desarrollar cascos planos como raquetas, que le permiten cabalgar sobre el lodazal causado por el aluvión.
Fotografía de Bobby HaasLas mareas altas consecuencia de las tormentas han hecho que el Támesis (Inglaterra) se desborde repetidas veces, incluso de forma catastrófica, durante la historia. Para proteger a Londres, el gobierno construyó la Barrera del Támesis, una obra maestra de la ingeniería que abarca todo el ancho del río y que utiliza 6 descomunales compuertas móviles que bloquean la subida de las aguas antes de que alcancen la ciudad. Las compuertas descansan en el fondo cuando no se utilizan, para facilitar el tráfico fluvial.
Fotografía de Tim Gartside y AlamyLas tormentas de verano, como está que se desplaza sobre la Terraza de Alarcón, pueden convertir los lechos fluviales habitualmente secos del Gran Cañón en furiosos torrentes de hasta 15 metros de profundidad. Estas riadas repentinas pueden materializarse rápidamente a muchos kilómetros de distancia del origen de las precipitaciones, sorprendiendo a los desprevenidos excursionistas.
Fotografía de David EdwardsImagen satelital previa y posterior de la región de San Luis (Missouri) que muestra la ruta ordenada del Mississippi y sus afluentes en 1991 y la inundación catastrófica ocurrida cuando lluvias inusitadamente intensas desbordaron sus riberas en 1993. Las crecidas en la cuenca del Mississippi persistieron casi 5 meses durante ese verano y costaron cientos de millones de dólares en daños.
Fotografía de NASAVenecia es una ciudad bajo perpetua inundación. Pero el hundimiento de edificios debido a la extracción del agua subterránea y la subida del nivel del mar, comienzan a poner en peligro la existencia misma de esta maravilla urbana de 1.300 años de antigüedad. Las subidas del nivel de agua, que anteriormente afectaban a Venecia menos de 10 veces al año, ahora ocurren con mayor asiduidad (una media de diez veces al mes). Se tiene prevista la culminación de un ambicioso sistema de compuertas y esclusas que salven la ciudad en 2012.
Fotografía de Taylor KennedyLas intensas lluvias estacionales, incapaces de penetrar el vitrificado suelo del desierto de Simpson (Australia), forman lagunas poco profundas en el parque nacional de Witjira. Estas lagunas efímeras albergan una explosión de vida transitoria, que va desde pájaros acuáticos a flores salvajes, para desaparecer de forma tan rápida como se formaron.
Fotografía de Jason EdwardsEl mayor número de víctimas de los huracanes no son producto del viento sino de la lluvia, las olas y las marejadas, es decir, la gran cantidad de oleaje arrastrado por el frente tormentoso. El oleaje generado por el Katrina en agosto de 2005 subió más de 8 metros y medio, devastando áreas bajas como la isla Dauphin en Alabama, que podemos ver en esta imagen.
Fotografía de Tyrone TurnerLos embalses son extremadamente perjudiciales para el territorio circundante, pero son un método comprobado y constatado para reducir las inundaciones corriente abajo. A través de la historia, el Éufrates (centro-izquierda) se ha desbordado de forma recurrente, llegando incluso a cambiar su curso. Pero varias represas, entre las que se encuentra el enorme embalse de Atatürk, en el centro sur de Turquía (mostrada aquí), han controlado la fuerza de esta importante vía fluvial de Mesopotamia.
Fotografía de NASAEsta foto tomada por un astronauta en 2008, muestra el cauce bajo del Amazonas y varios de sus afluentes durante una inundación. Cada año, este poderoso río de Sudamérica crece con las lluvias y descargas de fusión glaciar de los Andes. En su punto más alto, el Amazonas puede llegar a subir 9 metros inundando toda la planicie aluvial, proporcionando hábitats para una numerosa fauna acuática y reaprovisionando las tierras con cieno rico en nutrientes.
Fotografía de NASAArrozales inundados como estos no son nada nuevo para los residentes de Pakse (Laos). Los granjeros dependen de las crecidas consuetudinarias del Mekong para humedecer y fertilizar sus tierras. Sin embargo, lluvias inusitadamente intensas durante el verano de 2008, hicieron crecer el río a su mayor nivel en un siglo (14 metros), lo que desencadenó derrumbes, deslaves y mucho daño en Laos y Vietnam.
Fotografía de W.E. GarrettCuando arriban las precipitaciones anuales del monzón y desbordan la riberas del Hooghly, las rickshas (calesas de dos ruedas) son el mejor medio de transporte de Calcuta (India). En esta foto, un tirador de ricksha empapado posa con el agua hasta los tobillos en las cercanías de un mercadillo.
Fotografía de Ami VitaleLa tala indiscriminada en las selvas tropicales y manglares costeros de Madagascar ha dejado las riberas del Betsiboka muy vulnerables a la erosión. Incluso leves lluvias pueden trasvasar toneladas de sustrato arcilloso al río. Los astronautas de la Estación Espacial Internacional, tras tomar esta fotografía después que el tifón tropical Gafilo tronara por Madagascar, en marzo de 2004, dijeron que el estuario del Betsiboka parecía estar «sangrando en el océano».
Fotografía de NASA