Inundaciones, sequías y cambio climático
Publicado 9 mar 2022, 11:47 CET

Los camellos son bestias muy resistentes, pero incluso ellos tienen sus límites. Este pobre animal murió de inanición en un remoto lugar llamado Mabaalea (Etiopía), como otra víctima del hambre producida por la sequía. Las lluvias han sido sumamente escasas en la región de Afar y no han nutrido los pastizales de los que dependen animales y seres humanos. En 2009, la ONG Oxfam calculó que alrededor de 23 millones de africanos orientales carecen de reservas suficientes de agua y comida, a medida que el ciclo macabro de la sequía continúa.
Fotografía de John Stanmeyer, Vii
La provincia de Hunan (China) es una de las regiones arroceras más productivas del mundo, pero el excesivo calor y el clima seco recientes han dejado a los habitantes con poco más que reflexionar sobre el destino de sus resecos arrozales y luchar por la supervivencia bajo una exasperante y atroz sequía.
En el verano de 2009, las autoridades chinas advirtieron que casi un millón de personas estaban agotando sus reservas de agua potable a medida que la sequía se diseminaba por la región.
Fotografía de Fotografía de Wang Wei, ChinaFotoPress y Getty Images
Un acantilado con «anillos de bañera» muestra el alarmante descenso del nivel del agua en el Lago Powell, situado en Arizona y Utah. Esta imagen, que data de 2007, muestra la superficie lacustre a 29 metros por debajo del lleno, nivel que tuvo por última vez en 1985.
Menos precipitaciones y el aumento exacerbado de la demanda de los sedientos estados occidentales de EE.UU. nos llevan a preguntarnos si esta reserva acuÃfera es sostenible, aunque los niveles del lago se hayan recuperado de forma significativa en los últimos años.
Fotografía de Vincent LaforetGigantescas columnas de hielo se desprenden del Glaciar San Rafael en Chile, para adentrarse con todo su peso en el mar. Miles de turistas visitan este glaciar de 30.000 años de antigüedad para ver el impresionante espectáculo que ofrecen estos desprendimientos, en las laderas de los Andes, a las aguas del océano. Los visitantes son testigos de un grandioso espectáculo, pero también son receptores de una moralizante lección sobre la mortalidad y fragilidad de San Rafael. El glaciar de 741 kilómetros cuadrados está retrocediendo a un ritmo de casi 100 metros al año.
Fotografía de María Stenzel
Un miembro de la tribu Samburu trabaja afanosamente para dar de beber a su ganado, durante la atroz sequía de Kenia en agosto de 2009, por lo que tiene que cavar muy profundo dentro de un nuevo pozo en el lecho seco del Ewaso Nyiro.
La escasez de lluvia en una región de constante aridez alcanzó niveles críticos el año pasado, mató miles de cabezas de ganado y afectó gravemente la de por sí precaria economía de los pastores.
Los elefantes y otros animales representativos de África estaban tan desesperados que morían por falta de agua y llegaban incluso a luchar contra el hombre por espacio en los nuevos pozos.
Fotografía de Fotografía de Lisa Hoffner y WildeyephotoVisto desde la estación espacial internacional, el Glaciar Grey, en el macizo glaciar de la Patagonia, situado entre Chile y Argentina, tiene un aspecto inamovible, desde su nacimiento en los Andes hasta su extremo en el Lago Grey por tres vertientes distintas. El banco de hielo del sur de la Patagonia es el macizo glaciar más grande de la Tierra, exceptuando la Antártida y Groenlandia. En 1996 el Glaciar Grey medía 269 kilómetros cuadrados de área y 28 kilómetros de longitud. Pero al igual que muchos glaciares del mundo, los científicos indican que su tamaño se ha venido reduciendo en las últimas décadas.
Fotografía cedida por NASA
Este desierto hondureño fue tierra de pastoreo y labranza antes de la intempestiva llegada del huracán Mitch en noviembre de 1998. Las lluvias torrenciales desataron toda la furia del crecido río Choluteca, que devastó³ pueblos enteros, arrojó árboles al viento como si fuesen cerillas y transportando suficiente arena desde las montañas para crear un desierto artificial.
La terrible tormenta mató a millares de personas y destruyó tanta infraestructura agrícola y vial que el presidente Carlos Flores Facusse llegó a decir que la catástrofe había arrasado 50 años del progreso de su país.
Fotografía de Bradley E. CliftUn triste árbol se alza como testigo solitario de los campos resecos de una granja devastada por la sequía en la Australia profunda. Este fenómeno, que duró una década, secó canales fluviales, diezmó cosechas y dejó al ganado sin pastos, lo que obligó a muchos ganaderos a reducir el número de cabezas de sus ranchos. La llegada de las lluvias tras el paso del tifón tropical Olga comenzó a aliviar la sequía de Nueva Gales del Sur en febrero de 2010.
Fotografía de Jason EdwardsLos transeúntes intentar llegar a sus oficinas en lancha mientras que las aguas inundan las calles de Dhaka (Bangladesh), en agosto de 2002. Pero otras naciones asiáticas se han visto en peor tesitura. Las torrenciales lluvias monzónicas en Bangladesh, India y Nepal mataron a cientos y desplazaron de sus hogares a varios millones más. Bangladesh es un país especialmente susceptible a las inundaciones. Esta nación situada a nivel de mar, se inunda rápidamente por los desbordamientos de cuatro ríos principales alimentados por descargas de fusión glaciar del Himalaya y precipitaciones monzónicas, fenómenos que pueden verse incrementados a causa del cambio climático.
Fotografía de Fotografía de Pavel Rahman y AP
Agua por todos lados pero ni una gota para beber. En busca de agua potable, una pequeña niña de Bangladesh nada a través de un suburbio inundado de Dhaka, remolcando contenedores vacíos a sus espaldas.
La oscura y larga historia de inundaciones catastróficas de este país volvió a levantar su fea cabeza durante el verano de 2003, cuando más de 2 millones y medio de personas quedaron aisladas por furiosos cauces. La costa baja de Bangladesh es geográficamente vulnerable a las inundaciones. Al igual que el resto de naciones pobres del mundo, carece de los recursos económicos para hacer frente a este tipo de catástrofe en un mundo de constante cambio.
Fotografía de Fotografía de Pavel Rahman y APSe va, se va, se fue. Justo después de esta fotografía, el lago Boga (Australia), se evaporó completamente por primera vez en un siglo debido a la terrible sequía que afectó Nueva Gales del Sur. Cuando el agua desapareció en 2008, miles de peces murieron y un hedor insoportable inundó cada resquicio de esta comunidad turística. Los turistas fueron reemplazados por millones de mosquitos que se criaron en el lecho del lago. Sin embargo, su futuro parece más prometedor. Está previsto que se vuelva a llenar cuando vuelvan las lluvias y se conservará como embalse para una red de riego local.
Fotografía de Amy Toensing Desde tiempos inmemoriales, el largo cauce del Colorado nace en las Rocosas y desemboca en las aguas del Mar de Cortés en México. Sin embargo, ahora es habitual que el río acabe su viaje sin desembocar en la orilla, dejando el delta completamente seco.
El cambio en los patrones de precipitación tiene parte de culpa, así como las represas y el inmenso consumo de agua de los estadounidenses que viven en sus márgenes. El consumidor promedio estadounidense consume 378 litros de agua por día, en contraste con los míseros 19 de un africano medio. Se necesitan 6.813 litros de agua diarios para sustentar el estilo de vida del estadounidense medio.
Fotografía de Fotografía de Jonathan Waterman y NG MissionsCampos inundados rodean una granja de Oakville (Iowa) tras las intensas precipitaciones que saturaron el Medio-Oeste americano durante el verano de 2008. Los ríos desbordaron riberas, sobrepasaron diques e inundaron granjas y ciudades por igual (casi 100 manzanas de Cedar Rapids quedaron sumergidas y millones de hectáreas de trigo y maíz se perdieron completamente). Algunos climatólogos consideran seriamente la posibilidad de que aumenten las precipitaciones intensas e inundaciones a medida que cambie el clima del planeta.
Fotografía de John Stanmeyer, Vii