A través de los fósiles recorremos la historia de los vertebrados terrestres que dominaron el mundo durante 135 millones de años, desde el inicio del Jurásico, hace 200 millones años, hasta el final del Cretácico, hace 66 millones de años.
Este cráneo casi entero y de color negro pertenece al espécimen más completo de Tyrannosaurus rex expuesto en Europa, un individuo apodado Tristan Otto. Con 170 de sus casi 300 huesos conservados, este esqueleto científicamente importante está almacenado en el Museo für Naturkunde de Berlín, Alemania. Tardaron cuatro años en excavar y preservar el fósil de 12 metros, descubierto en 2010 en la famosa formación de Hell Creek, Montana, del Cretácico Superior.
Un primer plano muestra la columna vertebral y las cerdas de la cola de un fósil muy bien conservado del dinosaurio herbívoro Psittacosaurus mongoliensis, expuesto en el Museo Senckenberg de Frankfurt, Alemania. Es probable que estas cerdas estén relacionadas con las plumas descubiertas en otros dinosaurios y podrían haberlas usado para comunicación y exhibición. El material oscuro que observamos son los restos conservados de tejido blando, como la piel.
El Sinosauropteryx prima, de la provincia china nororiental de Liaoning, fue descubierto en 1996 y se reconoció como el primer dinosaurio con plumas conocido. El descubrimiento del plumaje aterciopelado —observado aquí en forma de pelusa oscura alrededor del fósil— sacudió los cimientos de la paleontología. Muchos expertos en dinosaurios ya estaban convencidos de que las aves descendieron de los dinosaurios, pero todavía tenían que aparecer pruebas emplumadas en piedra. Se han descubierto más de 50 especies de dinosaurios con huellas u otras pruebas de plumas en las últimas décadas.
Los depósitos fósiles de Liaoning, China, no solo preservan dinosaurios, sino también aves primitivas, como estos especímenes delicados y hermosos de la especie Confuciusornis sanctus, de 120 a 125 millones de años de antigüedad. Esta ave —que destaca por sus largas plumas de la cola en forma de lazos— es uno de los animales que se descubren de forma más habitual en las formaciones de Yixian y Jiufotang del Cretácico Inferior, y hay cientos de especímenes en los museos de China. Significa que los investigadores pueden preguntarse sobre la variación dentro de la población, una oportunidad inusual en una especie fósil.
Con unos 200 millones de años, el carnívoro Coelophysis bauri fue uno de los primeros dinosaurios que vivió en el Suroeste de Estados Unidos. Esta especie del Triásico Superior, del estado fósil de Nuevo México, alcanzaba los tres metros de largo, pero solo pesaba entre 15 y 20 kilos. Este espécimen tiene la cabeza retorcida sobre su columna vertebral, conocida como «la pose de la muerte», una postura habitual en dinosaurios fosilizados que probablemente es el resultado de la contracción de músculos y ligamentos tras la muerte.
Fotografía de Norebert Wu, Minden Pictures
Estos huevos pertenecieron a saurópodos, dinosaurios cuellilargos gigantescos que llegaron a ser los mayores animales terrestres que han vivido jamás. Aunque se han descubierto huevos de saurópodos por todo el mundo, desde España y Francia hasta Argentina y Estados Unidos, estos especímenes en particular todavía siguen incrustados en roca de China. Los huevos de dinosaurios suelen encontrarse en grupo y se ponían sobre depresiones en el suelo. Tienen diversas formas y tamaños, según la especie, pero los huevos de saurópodo suelen ser redondos y del tamaño de un pomelo.
Fotografía de Scenics & Science, Alamy
Un cráneo del dinosaurio depredador del Jurásico Superior Allosaurus fragilis sigue incrustado en roca en el Quarry Exhibit Hall del Monumento Nacional de Dinosaurios de Jensen, Utah. El Allosaurus, supercarnívoro de su época, sembró el terror por los Estados Unidos occidentales hace unos 150 o 155 millones de años.
Fotografía de Breck P. Kent, Animals Animals, Earth Scenes
El Protoceratops andrewsi, pariente primitivo del dinosaurio con cuernos Triceratops, expuesto en CosmoCaixa Barcelona como parte de una exhiición de dinosaurios del desierto del Gobi, Mongolia. El Protoceratops, del tamaño de una oveja, fue una importante presa para el Velociraptor mongoliensis del tamaño de un pavo, y se han descubierto los increíbles fósiles de ambos combatiendo encarnizadamente.
Fotografía de XAVIER FORES - JOANA RONCERO/ALAMY
Los trabajadores de la exposición colocan los toques finales en una reconstrucción anatómicamente precisa y de tamaño real de un esqueleto de Spinosaurus aegypticus creado a partir de modelos digitales de los huesos fósiles. El modelo de 15 metros se expuso en el Museo National Geographic en Washington D.C. en septiembre de 2014 como pieza central de la exhibición «Spinosaurus: El gigante perdido del Cretácico».
Este primer plano muestra los formidables dientes y mandíbulas de un Tyrannosaurus rex hembra conocido como «Trix», expuesta en el Museo de Historia Natural de Leiden, Países Bajos. Este esqueleto fósil, excavado en 2013 en Montana por parte de científicos de un museo, está completo en un 80 por ciento, siendo uno de los mejores especímenes de T. rex del mundo.
Fotografía de Dean Mouhtaropoulos, Getty
Esta imagen muestra las placas de la armadura de un fósil muy completo de un anquilosaurio llamado Borealopelta markmitchelli; las franjas más claras representan tejido flexible entre el duro exterior defensivo del dinosaurio. El fósil, descubierto en 2011 en una mina de arenas bituminosas del estado canadiense de Alberta, contiene una grieta debido al impacto de la pala de un tractor. Por suerte, fue rescatado antes de sufrir más daños. Tras seis años y 7.000 horas de preparación, está expuesto en el Royal Tyrrell Museum.
Este inusual cráneo pertenece a un pariente del tricerátops llamado Kosmoceratops richardsoni. Este dinosaurio ceratopsio del tamaño de un rinoceronte vivió en la masa continental de Laramidia durante el Cretácico Superior, que actualmente es la parte occidental de Norteamérica. Kosmoceratops significa «rostro con cuernos ornamentado» y la especie posee 15 cuernos y adornos en el cráneo, que probablemente se empleaban para atraer parejas o luchar contra rivales en lugar de para defenderse contra los depredadores.
Es probable que los dos juegos de pisadas de Moenkopi Dinosaur Tracks en Arizona pertenecieran a una madre y una cría de Dilophosaurus wetherilli, que las dejaron hace 193 millones de años. Supone un registro evocador de la conducta de los dinosaurios en el Jurásico Superior. Estas huellas estrechas de tres dedos son típicas en dinosaurios terópodos carnívoros.
Fotografía de Carver Mostardi, Alamy
A medida que el viento y la lluvia golpean las capas superficiales de sedimentos, exponen poco a poco los fósiles de dinosaurios que contienen, hechos de un material más resistente. Aquí observamos una sección de 60 centímetros de la cola de un hadrosaurio, que emerge de la piedra. Unos de los mejores lugares donde encontrar fósiles son las badlands, donde los sedimentos superficiales se erosionan rápidamente.
Este molde de Triceratops horridus se encuentra en el Royal Tyrell Museum de Alberta, Canadá. El tricerátops fue el primer dinosaurio conocido que tenía cuernos, o ceratopsiano, descubierto en 1889. Hasta la fecha, se han descrito más de 80 especies de ceratopsianos, la gran mayoría en el oeste de Norteamérica, y cada año se desvelan nuevos hallazgos.
Fotografía de ALL CANADA PHOTOS/ ALAMY
Un primer plano muestra la cola del dinosaurio chino del Cretácico Inferior Sinornithosaurus millenii. Este dromeosáurido con plumas, emparentado con el velociraptor, tenía tendones osificados en la cola, anclados a las vértebras. Estas varillas óseas endurecían la cola, mejorando el equilibrio y contribuyendo a realizar maniobras en esta especie de pies ligeros.
Un juego de huellas de dinosaurio atraviesa el valle de los Dinosaurios en Sousa, en el noreste de Brasil. Aunque los huesos de dinosaurios fosilizados nos desvelan la anatomía de estos animales extintos, los denominados icnofósiles como las huellas, las marcas de dientes, los restos de nidos y los coprolitos (estiércol) aportan pruebas importantes sobre el comportamiento y la vida de estas antiguas especies.
Fotografía de Pulsar Images, Alamy
Este cráneo del dinosaurio Velociraptor mongoliensis procede de las formaciones del Cretácico Inferior del desierto de Gobi, en Mongolia. Estos dromeosáuridos, que saltaron a la fama gracias a la película de 1993 Parque Jurásico, eran mucho más pequeños en la vida real de lo que parece en la película y sus secuelas, alcanzando solo 48 centímetros de alto y con un peso estimado de 15 kilos.
El nombre de esta especie, Mei long, se debe a la expresión china que significa «dragón dormido profundamente», lo que refleja el hecho de que este impresionante fósil capta un momento raro y pacífico del comportamiento del dinosaurio. Este troodóntido, visto desde abajo, se encuentra en la posición de reposo de las aves modernas, con la cabeza bajo el antebrazo. Las patas y pies doblados van de derecha a izquierda, y la cola está enroscada en la parte superior.
Esta panorámica, elaborada a partir de varias imágenes, muestra la gigantesca reconstrucción de un saurópodo titanosaurio instalado en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York en enero de 2016. Este gigante de 37 metros podría ser el mayor dinosaurio que ha vivido jamás y se describió como una nueva especie llamada Patagotitan mayorum en 2017, basándose en varios fósiles extraídos de la región de Chubut, en la Patagonia, Argentina.
Una imagen en detalle muestra los pies y las garras de un espécimen casi completo de Tyrannosaurus rex apodado Tristan Otto, expuesto en el Museo für Naturkunde de Berlín, Alemania. En vida, los huesos de las garras habrían estado cubiertos de forros de queratina, de forma similar a las garras de un gato, pero serían mucho más grandes y más capaces de causar daños graves.
Este molde del hadrosaurio crestado Parasaurolophus walkeri se expone en el Museo Senckenberg de Frankfurt, Alemania. Las fosas nasales y la frente de esta especie se extiende hasta la parte inferior de la cabeza, formando una cresta ósea y hueca de 1,8 metros. Se cree que se habría utilizado como cámara de resonancia, parecida a un instrumento de viento como un trombón o una trompeta, lo que habría permitido a la especie producir vocalizaciones altas que llegaban a largas distancias.
Fotografía de Hinrich Baesemann, DPA Picture Alliance Archive, Alamy
Un fósil de un Tyrannosaurus Rex en el Museo Americano de Historia Natural. El tiranosaurio vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente entre 68 y 66 millones de años, en lo que es hoy América del Norte.
Fotografía de Raúl F, Wikimédia Commons
Este dinosaurio adornado, que apareció en la portada de diciembre de 2007 de National Geographic, se describió como nueva especie llamada Dracorex hogwartsia, o «rey dragón de Hogwarts», por la escuela de magia y hechicería de los libros de Harry Potter. Sin embargo, investigaciones posteriores por parte de varios equipos sugieren que este cráneo inusual cubierto de espinas pertenece a un ejemplar joven del dinosaurio con cabeza en forma de cúpula, o Pachycephalosaurus.
Fotografía de Ira Block
El esqueleto montado de un Triceratops del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, Los Ángeles, Estados Unidos. Este fue uno de los últimos géneros en aparecer antes del gran evento de extinción masiva del Cretácico-Terciario. Poseía una gran plataforma craneal posterior, tres cuernos y varias similitudes con el rinoceronte actual.
Fotografía de Allie Caulfield, Wikimédia Commons
Fósil del Tyrannosaurus rex, se encuentra en el Palacio del Descubrimiento, en París. El mayor cráneo conocido de Tyrannosaurus rex mide 1,50 metros de largo y podían llegar a medir entre 11 y 12'3 metros de longitud y pesar hasta 9'5 toneladas. Gracias a la gran cantidad de fósiles hallados, el tiranosaurio rex es el dinosaurio carnívoro mejor conocido por la ciencia.