¿A dónde van de vacaciones los astronautas?

Ver la Tierra a 400 kilómetros de distancia puede darte muchas ideas de destinos que visitar. Estos son los favoritos del astronauta Randy Bresnik.

Por Caitlin Etherton
Publicado 13 ago 2020, 13:15 CEST

El astronauta Randy Bresnik viajó a la Estación Espacial Internacional en 2009 y 2017. Durante esos viajes, su tripulación y él sacaron 808.126 fotografías de la Tierra, algunas de ellas de lugares que visitaría más adelante.

Fotografía de Bill Ingalls, NASA

Para muchos turistas extremos, el destino definitivo es un lugar remoto y peligroso como la Antártida o el Everest. Pero existe toda una comunidad de trotamundos de élite que no aspiran a llegar a la Luna. Más bien, acaban de volver de allí, por así decirlo.

Resulta que los astronautas también son turistas y les gusta disfrutar de las vistas tanto como a cualquiera. Entonces, ¿a dónde va de vacaciones un astronauta cuando regresa a la Tierra? ¿Las Bahamas? ¿El fondo del mar?

Para descubrirlo, hemos llamado al astronauta Randy Bresnik, que está trabajando desde su casa en Houston, Texas. Este piloto de pruebas, "cuevanauta" y exteniente de la Marina estadounidense también es un ávido viajero. Su proyecto “One World Many Views” documenta los lugares que ha visitado en la Tierra junto a las imágenes del mismo lugar observado desde la órbita sacadas durante sus dos viajes a la Estación Espacial Internacional.

Solo 566 personas han abandonado nuestro planeta; las más recientes han sido los dos astronautas que viajaron en la cápsula Crew Dragon de SpaceX y que regresaron a la Tierra el 2 de agosto.

Algún día, subirse a una nave espacial será tan rutinario como subirse a un avión. Hasta que eso sea una realidad, estos son los consejos de Bresnik para explorar el planeta Tierra.

Cuando tu estándar es el espacio, te cambia la perspectiva respecto a la de otros viajeros. ¿A dónde va de vacaciones un astronauta?

Australia ha sido siempre uno de mis destinos favoritos. [Mi viaje a] Cairns es uno de los más memorables; en Queensland, en la Gran Barrera de Coral, con la selva justo al lado. Un día puedes estar practicando descenso de rápidos en el río Tully o yendo en bici por la selva, y al siguiente puedes estar en un barco de buceo admirando un mero patata que es más grande que tú.

Las cataratas de Barron en el paisaje verde de Cairns, Australia.

Fotografía de Dora Dalton, Getty Images

Un submarinista nada sobre una esponja en la Gran Barrera de Coral.

Fotografía de Roberto Rinaldi

Y Eslovenia. Mis abuelos vinieron de allí a principios de siglo. Qué país tan precioso. Desde la capital, sobre el castillo, puedes ver casi toda la ciudad. Es prístina, tiene gente maravillosa, mucha conciencia medioambiental. Administran muy bien su país y es una joya dentro de Europa.

También nos encanta Escocia. Ahí es donde celebramos nuestra boda mi mujer y yo. Hay muchos castillos convertidos en bed & breakfasts. Queríamos llevar a los niños y alojarnos en un castillo diferente cada noche. Podríamos ser viajeros a tiempo completo y no veríamos todo lo que queremos ver.

¿Hubo lugares que te interesaron porque los observaste mientras los fotografiabas desde el espacio?

Mi mujer y yo aún no hemos viajado a Sudamérica. Y si pudiéramos visitar la Patagonia... Madre mía. Parece otro planeta desde allí arriba. Es preciosísima.

Encontrar el Everest desde el espacio a más de 28.000 kilómetros por hora, a 400 kilómetros de altura, fue un verdadero placer. Encontrar lugares desde el espacio no es fácil. Te mueves a 10 kilómetros por segundo. Imagínate viajar en coche y ver algo junto a la carretera y ¡pum! Desaparece en un segundo.

Al espacio llevaste equipo fotográfico. ¿También llevas una cámara cuando viajas por la Tierra?

La llevo a todas partes. Aprecio mucho [las cámaras digitales]. A mi edad no tengo muchos vídeos ni fotografías mías de pequeño. Pero mis hijos podrán revivir su infancia, los momentos que vivieron con sus padres cuando aún no eran viejos y canosos.

¿Tienes algún consejo para los fotógrafos de viaje?

Yo no soy muy de selfis. Prefiero la escena. Las fotos que saco son de mi familia, de los cuatro. Pero aparte de eso, cuando paseo observo dónde cae la luz, qué es interesante. Moverse un poco a la izquierda o a la derecha, adelante o atrás, puede cambiar la imagen por completo. Si ves algo que vale la pena capturar y quieres compartirlo con la gente, espera un momento para ver si hay algo incluso mejor en el lugar en el que estás.

¿Hay algún color o vista desde el espacio que te resultara completamente inesperado o cautivador?

Por supuesto. El verde de las auroras mientras las sobrevolábamos. Estar ahí arriba y contemplar estas noches asombrosas en las que la energía cósmica excita la atmósfera superior terrestre. Es como si sobrevolaras las olas en pleno océano mientras el sol resplandece en el agua. Es sencillamente indescriptible.

más popular

    ver más

    La aurora boreal, causada por las partículas solares que excitan los gases en la atmósfera superior, brilla sobre Canadá. Está enmarcada por los paneles solares de la Estación Espacial Internacional.

    Fotografía de NASA

    Es muy emotivo ver el planeta desde la órbita. Porque [a bordo de la estación espacial] rodeas el planeta cada noventa minutos. Todo lo que ha ocurrido en la historia de la humanidad... lo has rodeado en noventa minutos. Te hace sentir humilde. Pero también estás unido a ese planeta porque ahí es donde están todas las personas a las que has conocido. Cada experiencia que has vivido la has vivido en este pequeño planeta y lo has sobrevolado en noventa minutos. Pone en perspectiva lo pequeño y frágil que es nuestro planeta.

    Pongamos que es el 2050 y tienes la oportunidad de ir al espacio de vacaciones, no por trabajo. ¿Irías?

    Espero que el trabajo que hago ahora facilite que el espacio resulte tan familiar como viajar en avión hoy en día. Me encantaría preguntarles a mis nietos: "Niños, ¿preferís ir a Disney World o al espacio?".

    ¿Qué es mejor: la comida de los aviones o la comida espacial?

    Yo diría que la comida de los aviones. Pueden cargarla justo antes de despegar. La comida espacial se empaqueta y nos la envían. Está bien... es mejor que la comida de campo de la Marina, pero yo diría que la comida de los aviones es mejor.

    ¿Te ha dado miedo volar alguna vez? ¿De niño, por ejemplo?

    No. Íbamos al aeropuerto a recoger a mis abuelos y yo veía los aviones y pensaba: "Quiero volar en uno de esos. Sería genial". Siempre me fascinaron. Pero éramos una familia con cuatro hijos y no podíamos permitirnos viajar en avión, hasta que fui mucho mayor. Ahí fue cuando descubrí que era lo que quería hacer, que quería volar. Me hice piloto de pruebas. He volado aviones, helicópteros, planeadores, dirigibles, naves espaciales... No tengo miedo de casi nada, porque sé que si los pilotos no pudieran volar, podría pilotarlo yo mismo.

    ¿Qué has aprendido de tus viajes al espacio que apliques a los viajes terrestres?

    No saques los brazos por la ventana.

    ¡Vale!

    A ver... en el espacio no puedes beber un vaso de agua, ¿no? El agua se almacena y se dispensa para que no se convierta en glóbulos que floten por ahí. Y tenemos sistemas para purificar y dispensar el agua que hay que mantener limpios. Hay que asegurarse de beber agua potable.

    No es diferente cuando viajas. Hay que saber si debes beber agua embotellada. Las inmunidades y tolerancias de la gente son diferentes según el país donde se hayan criado. No todos consumimos la misma comida. Hay que estar preparado para ese tipo de cosas.

    Tienes dos hijos y viajas mucho con tu familia. ¿Te han dado los viajes espaciales más paciencia para los largos viajes en coche?

    Por supuesto. Cinco meses a bordo de la Estación Espacial Internacional te dan paciencia para muchas cosas. Hace que aprecies el aire fresco y el olor de la hierba, la sensación de caminar descalzo sobre texturas diferentes y también el contacto humano. Abrazamos a los miembros de la tripulación cuando llegan a la estación espacial y cuando se marchan; aparte de eso, no tenemos mucho contacto humano.

    Y si tienes hijos... te gusta sentir esos bracitos rodeándote el cuello, abrazándote o dándote la mano mientras paseas. O besar a tu cónyuge o tu pareja. Estas son las pequeñas cosas que se hacen a diario y que se dan por sentadas. Y cuando no las tienes... las echas de menos. Somos humanos y los humanos compartimos experiencias. Es una parte difícil de las misiones de larga duración.

    Apuesto a que ahora mismo mucha gente se identificará con lo que dices.

    Sí. Por ejemplo, piensa en toda esa gente que no ha podido viajar tras la defunción de un familiar. Tengo un amigo en la NASA cuya madre murió y no pudo asistir al funeral. Esto es algo sin precedentes para nosotros.

    ¿Te gustaría compartir algo más sobre los viajes desde la perspectiva de un astronauta?

    [En una expedición], rodeé la Tierra durante cinco meses. Con la inclinación de nuestra órbita, con la Tierra rotando bajo nosotros, cubrimos casi un 90 por ciento de la superficie y la población terrestre. Y no vimos ningún lugar que no querríamos visitar. Todo es precioso. Cuando superemos la crisis actual, creo que la gente debería aprovechar para ver mundo.

    Cait Etherton es una escritora y agricultora de Virginia, Estados Unidos. Sigue su viaje en Twitter.
    Se ha editado y condensado esta entrevista para mayor claridad.
    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved