5 innovaciones turísticas nacidas en la pandemia que han venido para quedarse

A pesar de reforzar nuestra seguridad a la hora de viajar, estos avances tecnológicos podrían sentar un peligroso precedente para la sociedad al poner en riesgo nuestra privacidad.

Por Jackie Snow
Publicado 4 nov 2021, 13:43 CET
En 2018 se presentó un robot diseñado para ayudar a los pasajeros a transitar por el ...

En 2018 se presentó un robot diseñado para ayudar a los pasajeros a transitar por el Aeropuerto Internacional de Incheon de Seúl. Mientras la pandemia del COVID-19 se aleja, las sorprendentes tecnologías de viaje seguirán influyendo en nuestros desplazamientos.

Fotografía de Bruno ARBESU, Rea, Redux

En los 20 meses transcurridos desde el inicio de la pandemia de COVID-19, las innovaciones tecnológicas han pasado de ser futuristas a familiares. Hoy en día se ha vuelto habitual en nuestro día a día encontrarnos con menús con códigos QR, y nuestro historial de vacunación ya viaja en pasaporte digital. La implantación ha sido sutil y, a la vez, rápida.

A pesar de los ecos de nuevas variantes de COVID-19, el mundo entero está ya transicionando hacia un presente en el que los viajes internacionales por motivos de ocio volverán a ser una realidad. El sector lo necesita. A medida que la industria del turismo -que registró mil millones menos de llegadas internacionales en 2020 que en 2019- vuelve a la vida, las mascarillas podrían comenzar a desaparecer. No obstante, muchas de las herramientas tecnológicas surgidas en la era de la pandemia seguirán siendo un factor fundamental en los desplazamientos.

"Los consumidores tendrán la expectativa de encontrarse con tecnologías que les den más confianza a la hora de viajar", dice Steve Shur, presidente de la Asociación de Tecnología de Viajes estadounidense. "Algunos de estos cambios han llegado para quedarse".

De hecho, una encuesta realizada por Pew Research en 2021 a 915 líderes políticos, investigadores científicos y otros expertos vaticina que, para 2025, nuestra vida cotidiana podría estar aún más influenciada por los algoritmos, el trabajo a distancia y lo que algunos llaman "tele-todo."

Aunque las nuevas aplicaciones, como los dispositivos de traducción en tiempo real y el control de pasaportes por reconocimiento facial, pueden hacer que los viajes sean más seguros y eficientes, hay aspectos negativos, como la preocupación por la privacidad, la seguridad de los datos y la tecnología sesgada. A continuación, te mostramos algunas de las innovaciones que los viajeros seguirán viendo y utilizando.

Realidad virtual y aumentada

Cuando la pandemia interrumpió los viajes, los museos y destinos turísticos recurrieron a la realidad aumentada (RA) y a la realidad virtual (RV) para crear exposiciones y experiencias online. Aunque algunas de estas experiencias se ven mejor con un casco de RV, la mayoría pueden disfrutarse sólo con un ordenador o un smartphone. En España, el consumo online cultural se disparó coincidiendo con la etapa de confinamiento.

En abril de este año, el madrileño Museo del Prado lanzó su primera visita virtual con obras de Rubens, Tiziano y Velázquez, entre otros artistas. Mediante el uso de la tecnología Gigapixel Second Canvas, la pinacoteca ofrece 29 imágenes en muy alta resolución (con un “nivel extremo de zoom milimétrico”) de las salas de la exposición Pasiones mitológicas a lo largo de un paseo narrado en español o inglés por uno de los comisarios de la muestra, Alejandro Vergara.

La aplicación Xplore Petra, lanzada en junio de 2020, permite a los usuarios "visitar" el yacimiento arqueológico más emblemático de Jordania proyectando una versión a escala de las ruinas. Lights over Lapland, una empresa de viajes por el Ártico, lanzó una experiencia de RV para mostrar la aurora boreal mediante auriculares de RV o pantallas de ordenador.

Después de la pandemia, la RV y la RA pueden mejorar los viajes reales añadiendo experiencias como una subida simulada al Matterhorn en el Museo Suizo del Transporte de Lucerna. El Museo Hunt de Limerick (Irlanda) cuenta con una atracción de RV en la que los visitantes se sumergen en "El jardín de las delicias", el célebre cuadro de hace 500 años obra del Bosco.

El Museo de Historia Natural de París (Francia) tiene una exposición de realidad aumentada que pone a los visitantes frente a animales extintos en forma digital. El Museo Nacional de Singapur tiene una instalación llamada Story of the Forest (Historia del bosque), en la que los visitantes exploran un paisaje virtual compuesto por casi 70 dibujos de la naturaleza de la colección del museo. El Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsoniana, en Washington D.C (EE. UU)., tiene una aplicación que utiliza la RA para mostrar el aspecto que tendrían algunos de sus esqueletos de animales con piel y músculos sobre los huesos, ofreciendo una nueva visión de una colección que se remonta a la década de 1880.

"La RV no va a sustituir a los viajes y al turismo. Sólo va a mejorar el turismo", dice Anu Pillai, directora del Centro de Excelencia Digital de la empresa tecnológica Wipro.

Control de masas

Para ayudar a imponer el distanciamiento social, ciudades, aeropuertos y museos han probado o puesto en marcha tecnologías de control de multitudes, como los robots itinerantes y vagamente aterradores de Singapur, que anuncian que la gente está demasiado junta, y los carteles que indican el tamaño de los grupos de personas en las puertas de los aeropuertos. A medida que las multitudes de viajeros vuelvan a los destinos más populares, es posible que se apliquen métodos y dispositivos similares para evitar el exceso de turismo.

Un ingeniero trabaja en un robot en el Instituto Italiano de Tecnología de Génova a principios de 2020. El instituto planea que los robots ayuden a los viajeros en estaciones de tren y aeropuertos.

Fotografía de Marco Bertorello, AFP/Getty Images

En Italia, durante la pandemia, Venecia comenzó a rastrear a los visitantes mediante cámaras diseñadas para cazar a los delincuentes. Después de la pandemia, la ciudad planea utilizarlas para mantener el número de turistas en niveles manejables, tal vez junto con la propuesta del alcalde de añadir puertas electrónicas en los principales puntos de entrada (muelles de cruceros, estaciones de tren) que puedan cerrarse si la ciudad está abarrotada.

"Sabemos, minuto a minuto, cuánta gente pasa y a dónde va", explica Simone Venturini, máximo responsable de turismo de Venecia, al New York Times. "Tenemos un control total de la ciudad".

Ámsterdam, que también lucha contra el exceso de turismo, hace un seguimiento del uso que los visitantes hacen de la City Card, un pase de tarifa plana para museos y transporte público. En el Reino Unido, el sistema Beach Check UK se puso en marcha este verano con información en tiempo real sobre el grado de ocupación de docenas de playas de la costa inglesa, para conducir a los viajeros lejos de las zonas abarrotadas.

"La tecnología puede utilizarse para recopilar datos con el fin de tomar mejores decisiones y comunicarlas", afirma Christopher Imbsen, director de sostenibilidad del Consejo Mundial de Viajes y Turismo.

Limpieza con rayos UV-C

Los hospitales llevan más de dos décadas utilizando la luz ultravioleta (UV-C) para desinfectar y matar virus. Ahora, los espacios públicos cerrados, como aeropuertos, gimnasios y cines, están incorporando la luz UV-C para frenar la propagación de virus.

"La luz ultravioleta está en pleno apogeo", dice Peter Veloz, director general de UltraViolet Devices, que fabrica tecnología de desinfección por rayos ultravioleta.

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    Un empleado de un avión de LATAM supervisa un robot dispensador de luz ultravioleta a principios de 2020. Esta tecnología puede matar los virus, incluido el SARS-CoV-2 que provoca la COVID-19, si se utiliza correctamente.

    Fotografía de Nelson Almeida, AFP/Getty Images

    Los rayos UV-C tienen propiedades germicidas que combaten el virus de la COVID-19 y otras sustancias nocivas, tanto en el aire como en las superficies. Dependiendo de la ubicación, las nuevas instalaciones de UV-C se instalan en los sistemas de calefacción y aire acondicionado, en los pasamanos de las escaleras mecánicas o en los aeropuertos y aviones a través de robots equipados con luz que desinfectan sobre la marcha.

    Si se instala y funciona correctamente, un sistema de UV-C puede matar todo tipo de bacterias y gérmenes. Incluso los bichos de la gripe estacional podrían ser eliminados antes de que se propaguen. "La COVID-19 podría ir y venir, pero lo que no desaparecerá son los patógenos normales", dice Veloz.

    Códigos QR en los restaurantes

    En los primeros días de la pandemia, cuando aún se sabía bien cómo se transmite la COVID-19, los restaurantes se apresuraron en adoptar una batería de medidas para reducir el contagio, entre las que se encontraba el uso de códigos QR. Estos pequeños recuadros negros de puntos y rayas pixelados pueden escanearse con un teléfono inteligente para consultar menú, hacer un pedido y pagar la cuenta, todo ello con interacciones limitadas con los camareros para reducir las posibilidades de propagación del virus.

    Aunque los temores de que la gente pudiera contraer el virus a través de los menús y otras superficies ya pertenecen al pasado, los códigos QR han demostrado ser convenientes y probablemente seguirán existiendo.

    Sin embargo, esta comodidad puede suponer una contrapartida para la privacidad, ya que los pequeños códigos pueden recopilar una gran cantidad de información de los usuarios. Algunos programas QR se limitan a tomar nota del pedido de comida, pero otros extraen datos como el historial de comidas del cliente, su edad y su sexo. El restaurante podría utilizar esa información para enviarles cupones o invitaciones a eventos, o venderla a terceros.

    "Es un ejemplo de cómo las empresas aprovechan el COVID para ampliar el rastreo", dice Jay Stanley, analista político de la ACLU. "Pasar todo al móvil abre a la gente a nuevas formas de seguimiento y control".

    Los viajeros deben saber que los códigos QR pueden ser pirateados; podrías escanear uno, hacer un pedido para cenar y acabar poniendo en riesgo tu tarjeta de crédito en su lugar. Stanley recomienda tratar los códigos QR de la misma manera que los enlaces de correos electrónicos desconocidos. Utiliza tu teléfono para buscar el menú del restaurante en Internet o instala una aplicación de protección como Kaspersky QR Scanner, que te avisará si el código no es seguro.

    Herramientas de rastreo de contactos

    Los grupos de salud pública utilizaban métodos de rastreo de contactos para identificar y localizar a personas potencialmente expuestas a enfermedades infecciosas como el Zika y el VIH, y ofrecerles asesoramiento, pruebas de detección y tratamiento. Estas herramientas tradicionales solían basarse en llamadas telefónicas para preguntar a las personas con quién estaban en contacto y seguir investigando la exposición. La pandemia empujó a los funcionarios a ampliar estos esfuerzos y a poner en práctica otros nuevos de mayor tecnología para rastrear la propagación del virus y proporcionar información. 

    Apple y Google añadieron funciones de rastreo de contactos al nuevo software de los teléfonos inteligentes, lo que permite a los usuarios optar por recibir alertas si entran en contacto cercano con una persona infectada. En España, el Ministerio de Sanidad lanzó su propia aplicación de detección y rastreo: Radar COVID.

    "Ha habido una fuerte toma de conciencia sobre el valor y el papel importante que juega el rastreo de contactos para la prevención y el control de enfermedades infecciosas", dice Elizabeth Ruebush, analista principal de enfermedades infecciosas y política de inmunización en la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales de Estados Unidos. "Pero nunca hemos visto que se aplique a la escala de COVID-19".

    Otras tecnologías, como los textos automatizados, los mapas virales de calor e incluso los circuitos cerrados de televisión con reconocimiento facial (incluyendo tecnología de reconocimiento con mascarilla) podrían ayudar a rastrear otras enfermedades infecciosas o a prepararnos para la próxima pandemia.

    Sin embargo, incluso con las nuevas y elegantes aplicaciones, las llamadas telefónicas y el contacto personal seguirán siendo el centro de la salud pública. "Estas herramientas pretenden mejorar, pero no sustituir, el rastreo de contactos tradicional", afirma Ruebush.

    COVID-19 ha acelerado nuestra adopción de la tecnología. La desventaja es que esto puede hacer que sea aún más difícil apagar los teléfonos inteligentes durante las vacaciones. Por otra parte, el deseo de viajar es ahora más fuerte que nunca, y perderse en el momento todavía no ha sido aprovechado por un código digital.

    Jackie Snow es una escritora afincada en Washington, D.C., especializada en viajes y tecnología. Síguela en Instagram.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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