¿Por qué este país ha subastado dientes de hipopótamo?

Tanzania ha subastado casi cuatro toneladas de «marfil» de hipopótamo y algunos se preocupan de que eso de pie a más caza furtiva.

Por Rachael Bale
Publicado 30 ene 2018, 13:02 CET
Dientes de hipopótamo
Los dientes de hipopótamo, que pueden crecer hasta 90 centímetros, se venden tanto legal como ilegalmente.
Fotografía de Jason Edwards, National Geographic Creative

Tanzania subastó ayer casi cuatro toneladas de dientes de hipopótamo y algunos conservacionistas temen que los dientes comprados legalmente acaben en el mercado negro, donde la demanda de «marfil» de hipopótamo ya amenaza su supervivencia a largo plazo. Los dientes son de hipopótamos que han muerto por causas naturales o que han sido asesinados en encuentros peligrosos con humanos, según James Wakibara, director de la Tanzania Wildlife Authority, el organismo regulatorio de fauna salvaje que organizó la subasta.

Según él, el dinero recaudado en la subasta se destinará a labores de conservación.

La gran mayoría de los dientes de hipopótamo vendidos legalmente suelen acabar en Hong Kong o pasan por Hong Kong en dirección a China y Estados Unidos, según un estudio de 2017 de investigadores de la Universidad de Hong Kong. Los dientes de hipopótamo se tallan para crear esculturas, estatuillas, bisutería y otros objetos ornamentales, y se consideran un artículo de lujo. Más de tres cuartos de las importaciones registradas de Hong Kong proceden de solo dos países: Uganda y Tanzania.

Uno de los principales importadores de dientes de hipopótamo es Hong Kong, donde los artesanos de la talla los convierten en objetos artísticos. Esta pieza fue confiscada por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.
Fotografía de Rebecca Hale, National Geographic

Dicha cifra solo refleja el comercio registrado, que ha recibido críticas por estar insuficientemente regulado. El estudio de 2017 determinó que se están importando muchos más dientes de hipopótamo de los que se notifican que salen de los países africanos. Esta discrepancia, según el estudio, socava la legislación diseñada para proteger a los hipopótamos y podría poner la estabilidad de sus poblaciones en riesgo.

El comercio de dientes de hipopótamo y la caza no regulada e ilegal —así como la pérdida de hábitat, el cambio climático y los encuentros con humanos— se consideran las principales amenazas para los hipopótamos, a los que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica como «vulnerables a la extinción». En el último recuento, en 2001, Tanzania tenía unos 20.000 hipopótamos. En todo el continente apenas quedan 130.000 ejemplares.

«Esta cifra, como muchas otras estimaciones de población de hipopótamos, necesita actualizarse, especialmente a la luz de las discrepancias en el comercio registrado que destaca nuestro estudio», afirma la coautora Alexandra Andersson, candidata a doctora en comercio de vida silvestre. «Como las decisiones sobre comercio y política se basan en dicha información, es crucial que los datos de población de hipopótamos sean precisos y estén actualizados».

Paralelismos con el comercio de marfil

Para proteger a sus hipopótamos, desde 2001 Tanzania ha limitado las exportaciones de dientes a un máximo de 10.500 kilogramos al año, pero según el estudio de 2017, cuyo coautor es Luke Gibson de la Universidad de Hong Kong, parece que nadie sabe con exactitud qué cantidad sale del país, que aporta más de un tercio del marfil de hipopótamo importado por Hong Kong.

«Desde 2004, las autoridades de Tanzania han declarado solo un envío de dientes de hipopótamos a Hong Kong, aunque los registros de Hong Kong indican una cantidad superior», señala el estudio. Los registros de Hong Kong indican que cada año se importan entre 1.500 y 6.500 kilogramos de dientes de hipopótamo de Tanzania.

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    Además de la caza furtiva por sus dientes y su carne, otras amenazas para los hipopótamos son los conflictos con humanos, el cambio climático y la pérdida de hábitat.
    Fotografía de Jason Edwards, National Geographic Creative

    Andersson y otros expertos están preocupados por que la subasta de ayer en Tanzania tenga los mismos efectos que las subastas de marfil de elefante en 1999 y 2008. Estas ventas únicas tuvieron lugar tras la prohibición del comercio internacional de marfil y al menos un estudio sugiere que estimularon la demanda de marfil y proporcionaron una tapadera para que el marfil ilegal pasara al mercado legal.

    También preocupa que la demanda de dientes de hipopótamo siga aumentando. Cuando entró en vigor la prohibición de comercio internacional de marfil en 1990, aumentó la demanda de marfil de hipopótamo como sustituto legal. Hong Kong, el mayor importador de dientes de hipopótamo, pretende aplicar una prohibición doméstica de marfil en 2021 y es posible que más personas demanden marfil de hipopótamo.

    «Un consumidor podría distinguir los dientes de hipopótamos, una vez tallados, de los colmillos de elefante», afirma Jeff Chrisfield, director de operaciones de la African Wildlife Foundation, una organización de conservación. «El mundo está empezando a apoyar la conservación de elefantes, por lo que existe un riesgo real de que la caza furtiva y el tráfico se orienten al marfil de los hipopótamos».

    Prevención de ventas ilegales

    Wakibara, de la Tanzania Wildlife Authority, declaró que dichas subastas se han celebrado antes y que «no existen razones para preocuparse de que esta subasta de trofeos sea precursora de exportaciones ilegales». Los representantes de CITES en Tanzania, organización que se encarga de la concesión de permisos de exportación de dientes de hipopótamo, no han respondido a nuestra solicitud de declaraciones al respecto.

    Por otra parte, Andersson dijo que es un riesgo real. En el futuro, según escribió en un email, deberán tomarse varias medidas para controlar la demanda de dientes y evitar la caza furtiva y el contrabando de hipopótamos y sus partes. Andersson insistió en la necesidad de actualizar las estimaciones respecto al comercio de hipopótamos. Cuando estén actualizadas, los científicos deberán analizar dichas cifras para determinar si las poblaciones de hipopótamos pueden soportar el comercio de sus dientes, especialmente en vista de las otras amenazas a las que se enfrentan estos animales.

    Los dientes y las tallas de hipopótamos están en venta en Hong Kong.
    Fotografía de Alexandra Andersson

    Si se determina que el comercio puede continuar sin que suponga una amenaza grave para el número de ejemplares de hipopótamos, será imprescindible mantener un registro: «Si hay grandes discrepancias entre el volumen de comercio registrado, como las observadas en el comercio de dientes de hipopótamo entre Tanzania y Hong Kong durante décadas, deberán investigarse».

    Se necesitará más trabajo por parte de Hong Kong, según argumentó Andersson. Un estudio para contar el número de productos de dientes de hipopótamo que circulan en Hong Kong ayudaría a evitar que los dientes de hipopótamo ilegales entren en el mercado. También propuso la creación de un proceso de registro y concesión de licencias de dientes de hipopótamo, como hacen otros países para otros productos de vida silvestre de gran valor que se suelen vender y comprar de forma ilegal, como el marfil en Japón y las partes de tigre en Indonesia.

    Finalmente, según ella, debería prestarse más apoyo a las autoridades de Tanzania. La financiación, la formación, el equipamiento, el personal y las medidas anticorrupción contribuirán en gran medida a la hora de evitar la caza furtiva de hipopótamos y el contrabando de sus dientes.

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