Los gritos de estos animales te pondrán los pelos de punta

Las criaturas nocturnas emiten los sonidos más escalofriantes de Halloween.

Por James Owen
Publicado 22 oct 2018, 16:23 CEST
Zorro rojo
Los gritos del zorro rojo pueden parecer similares a los de un humano en peligro. Los machos emiten un «grito» corto con agresividad y las hembras «chillan» como vocalización de apareamiento.
Fotografía de Robbie George, Nat Geo Image Collection
Este artículo se publicó originalmente el 15 de octubre de 2015 y se actualizó el 19 de octubre de 2018.

Si quieres un susto de verdad en Halloween, escucha a los animales salvajes durante la noche.

La vocalización del zorro rojo (Vulpes vulpes) da la sensación de que Jack el Destripador recorre las calles de la ciudad, ya que los gritos de este salvaje habitante urbano pueden parecer humanos.

«En ocasiones, una persona cree que son los gritos de alguien en peligro o que está siendo atacado y llama a la policía», afirma Stephen Harris, biólogo de la Universidad de Bristol, Reino Unido.

En un estudio anterior sobre zorros urbanos en Bristol, Harris describió dos tipos de vocalizaciones de zorro que se escuchan principalmente durante la temporada de apareamiento invernal.

Descubrió que el «grito» corto y explosivo es una advertencia agresiva de un macho a sus rivales. Por su parte, el «chillido» es una vocalización más compleja e interactiva empleada por ambos sexos, sobre todo por las hembras para atraer parejas.

«Estos ruidos son una característica de las noches urbanas de invierno», afirma Harris, y no solo porque los zorros sean más vocales durante esta época del año. «El aire frío y la falta de vegetación implica que [sus gritos] recorren más distancia».

Noches terroríficas

Harris vivió su propia historia de terror con los zorros una noche que se encontraba solo en un cementerio cuando seguía por radio a un raposo. Incapaz de ubicar a la hembra, se apoyó contra una lápida.

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    Las lechuzas comunes jóvenes se guardan sus gritos para la época de Halloween, cuando empiezan a buscar pareja.
    Fotografía de Joël Sartore, Nat Geo Image Collection

    «Se deslizó a mis espaldas, se sentó a menos de dos metros de distancia y emitió un grito potentísimo», recuerda Harris. «Nunca había saltado tanto en mi vida. Escuchar ese sonido tan cerca de mí en plena noche en un cementerio fue terrorífico».

    El mismo escenario espeluznante se vincula a los gritos nocturnos de la lechuza común (Tyto alba). El naturalista inglés Gilbert White escribió en la década de 1780 que los chillidos de la lechuza habían hecho que aldeas enteras «imaginasen que el patio de la iglesia estaba lleno de trasgos y espectros».

    «Lo que ocurre con las lechuzas es que vuelan en silencio para que no tengas ni idea de que vuelan hacia ti», afirma Jo Plant de The Barn Owl Trust, organización de conservación sin ánimo de lucro en Ashburton, Inglaterra. «El grito aparece de la nada».

    «Hay gente que me ha dicho que pensaba que era el grito de una mujer», añade.

    El grito de las lechuzas en Halloween

    La presencia repentina y escalofriante del ave fantasmagórica explica por qué en el pasado se ha considerado a la lechuza un animal de mal agüero. Los gritos de esta especie que apenas emite sonido durante la mayor parte del año están sincronizados a la perfección con Halloween.

    Según Plant, empiezan a escucharse los gritos en torno a esta época del año porque es en este momento cuando las lechuzas jóvenes empiezan a buscar pareja por primera vez.

    Añade que, aunque las lechuzas —que se distribuyen por todo el mundo— suelen aparearse de por vida, los solterones pueden ser bastante ruidosos.

    Los machos también gritan cuando protegen a las hembras durante la primavera. Y si humanos o depredadores amenazan el nido o los polluelos, las lechuzas emiten un silbido fuerte y temible.

    Felinos espeluznantes

    Al igual que las lechuzas, los linces rojos (Lynx rufus) y los pumas (Puma concolor) rara vez vocalizan, pero cuando lo hacen, cualquiera podría sentir la necesidad de llamar a emergencias.

    El chillido del lince rojo se ha comparado con un niño que llora al estar en apuros. Puede escucharse este sonido emitido por machos competidores en invierno, durante la época de apareamiento, en muchas regiones de Norteamérica.

    Con todo, mucha gente no sabría que se han despertado con las vocalizaciones de un lince rojo. Los félidos, esquivos y precavidos por naturaleza, sobre todo cerca de humanos, son casi totalmente nocturnos en zonas urbanas, de forma que rara vez se dejan ver.

    Así son los extraños gritos de dos linces enfrentados
    Estos linces podrían estar en plena disputa territorial. Los linces emiten vocalizaciones largas y similares a gemidos para atraer a posibles parejas. Emiten gruñidos graves para reclamar su territorio… y aullidos cortos para localizar a sus crías. Es habitual que las vocalizaciones agresivas sirvan de sustituto para el combate físico. De este modo, ambos felinos pueden salir ilesos.

    Aunque es improbable escuchar pumas aullando en los jardines de la gente, es un sonido que produce una fuerte impresión. El expresidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt, que cazaba pumas, describía «un sonoro grito de lamento en la penumbra impenetrable».

    «Ningún hombre podría escuchar un sonido más extraño y salvaje», afirmó.

    En su libro The Quest for the Eastern Cougar: Extinction or Survival?, Robert Tougias escribe: «La analogía más habitual para la vocalización de un puma es la de una mujer adulta gritando aterrorizada por su vida».

    Los geckos emiten un grito aterrador con la boca abierta cuando los asustan.
    Fotografía de Joël Sartore, Nat Geo Image Collection

    Tougias añade que «aunque se cree que el grito del felino es la forma que tienen machos y hembras para encontrarse, las pruebas científicas no son concluyentes».

    Ranas terroríficas

    Hasta los animales pequeños pueden emitir gritos inquietantes, normalmente para disuadir a los depredadores. Por ejemplo, algunas especies de ranas tropicales «son muy famosas por ello», afirma Andrew Gray, conservador de herpetología del Museo de Manchester en Reino Unido.

     

    Explica que la Leptodactylus pentadactylus sudamericana emite un gemido que mataría del susto a cualquiera que lo oyera. «Es tan alto que resulta increíble. Grita como un bebé», añade Gray.

    Varios lagartos también gritan cuando se asustan. Algunos geckos emiten un grito con la boca abierta y, a continuación, muerden. A los dueños del gecko leopardo (Eublepharis macularius), una especie popular entre los aficionados a los reptiles, puede parecerles que su mascota está poseída.

     

    Es el animal perfecto para mantener a raya a quienes hacen truco o trato con demasiado entusiasmo la noche de Halloween.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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