Esta raya gigante podría ser el pez de agua dulce más grande del mundo

La raya, que podría pesar mucho más que el actual plusmarquista, el siluro gigante, pesaba supuestamente 400 kilogramos.

Por Stefan Lovgren
Publicado 3 ene 2020, 12:22 CET
Kamar
Kamar, un pescador de Indonesia, posa mientras sostiene la piel seca de una raya gigante chaophraya que capturó en 2016. Los investigadores que estudian al pez tuvieron noticia de que cuando la capturaron pesaba casi 400 kilogramos, lo que la convertiría en el pez de agua dulce más grande documentado.
Fotografía de Stefan Lovgren

Sabemos que el tiburón ballena es el pez más grande del mar, pero ¿cuál es el pez de agua dulce más grande del mundo? La respuesta a esta pregunta, sencilla en apariencia, ha sido un misterio tan turbio como las aguas de los ríos del Sudeste Asiático donde probablemente se encuentre.

Oficialmente, el título de peso pesado pertenece al siluro gigante o bagre gigante del Mekong, con un espécimen capturado en el norte de Tailandia en 2005 que pesaba la friolera de 293 kilogramos. Pero los expertos siempre han creído que había peces más grandes y la contrincante principal era la misteriosa raya gigante chaophraya.

Ahora hay cada vez más pruebas de que estaban en lo cierto. Un reciente reconocimiento de ríos de Indonesia sugiere que una especie denominada raya gigante chaophraya podría alcanzar un peso superior al del siluro gigante, ya que se dice que una raya capturada por un pescador de Sumatra Meridional habría pesado unos 400 kilogramos, el doble que un gorila de montaña adulto. Los informes no verificados de Borneo apuntan a capturas de rayas de tamaños similares o superiores.

Los residentes de Bungin, una localidad pesquera de Sumatra Meridional, sostienen la piel seca de una raya gigante chaophraya que, según dicen, pesaba 400 kilogramos cuando la capturaron.
Fotografía de Stefan Lovgren

Zeb Hogan, ictiólogo de la Universidad de Nevada en Reno y explorador de National Geographic, lleva 15 años buscando las especies de peces de agua dulce más grandes del mundo. Sostiene que es casi imposible confirmar este tipo de noticias, pero está convencido de que las rayas gigantes pueden alcanzar pesos de récord. En Camboya y Tailandia, donde ha centrado su búsqueda para documentar rayas, se ha tenido noticia de rayas de más de 450 kilogramos. «No me sorprenden estas noticias de Sumatra ni de otras partes», afirma Hogan. «Parece probable que la raya gigante chaophraya sea el pez de agua dulce más grande del mundo».

Lo que sí es evidente es que el estudio de la especie es mucho más acuciante que nunca, ya que algunas poblaciones de rayas están descendiendo, así como muchos peces grandes de agua dulce. Un estudio reciente puso de manifiesto que las poblaciones globales de gigantes de agua dulce se han desplomado casi un 90 por ciento en las cuatro últimas décadas, el doble que la tasa de pérdida de poblaciones de vertebrados en tierra y en el mar.

Venenosas pero inquisitivas

Mucha gente está familiarizada solo con las rayas marinas, pero hay decenas de especies de rayas en ríos y lagos de todo el mundo. La mayoría son poco conocidas, entre ellas la raya gigante chaophraya. El ictiólogo neerlandés Pieter Bleeker la identificó en Indonesia en 1852 y durante más un siglo la olvidaron hasta que fue descrita como nueva especie en 1990. Más adelante, en 2008, se concluyó que esta nueva especie era la misma que había identificado Bleeker y la llamaron Urogymnus polylepis.

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    Un pescador trabaja en el lago Melintang, en el Borneo indonesio.
    Fotografía de Elliot Lovgren

    Un motivo importante por el que los científicos saben tan poco sobre las rayas gigantes de agua dulce es porque se ocultan en el fondo del río. En el Sudeste Asiático no se las considera buenos peces de los que alimentarse, por lo que los pescadores rara vez las capturan, aunque de vez en cuando se quedan atrapadas en las redes. Si las atrapan, estas rayas del tamaño de un coche luchan ferozmente y se ha llegado a informar de barcos que han sido arrastrados durante horas a lo largo del río por rayas enganchadas.

    Hogan, que vio un ejemplar por primera vez en el río Mekong de Camboya hace más de 15 años, explica que aunque cuentan con un aguijón serrado y venenoso de hasta 38 centímetros de largo, normalmente son criaturas poco agresivas e inquisitivas. Más adelante, empezó a trabajar con investigadores y pescadores recreativos tailandeses en el río Mae Klong, cerca de Bangkok. El equipo ha capturado varios peces de gran tamaño, pero nunca han conseguido verificar el peso de un plusmarquista.

    Noticias creíbles

    A finales de noviembre, Mohammed Iqbal, biólogo de la Universidad de Sriwijaya en Sumatra, y yo nos dispusimos a verificar la noticia de un posible plusmarquista en un pueblecito de Sumatra Meridional, donde un pescador llamado Kamar capturó por accidente una raya gigante chaophraya en 2016.

    Durante cuatro horas, recorrimos el agitado río Musi en una vieja lancha motora de madera. Cayeron aguaceros torrenciales varias veces durante aquel viaje, en el que pasamos frente a numerosas plantaciones de palma aceitera y selva deforestada. Con enormes barcazas que transportan carbón río arriba, el ecosistema está plagado de señales de la presión humana.

    Las rayas gigantes chaophraya no se habían documentado en Sumatra hasta 2016, cuando Iqbal empezó a llevar un registro de noticias de periódicos y de Internet de una docena de capturas de rayas en ríos locales. Varias noticias que encontró hablaban de rayas enormes, la más grande capturada en la desembocadura de un pequeño río llamado Bungin. Se enteró de que, supuestamente, había pesado casi 400 kilogramos.

    A media tarde, llegamos al asentamiento pesquero de Bungin, compuesto por varias casas de madera sobre pilotes que las mantienen por encima de la marea.

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    Mientras otra tormenta eléctrica azotaba la aldea, el pescador, Kamar, que no nos dijo su apellido, narró la captura. Un día hace tres años lanzó la red en el estuario abierto donde desembocan varios ríos en el mar de la China Meridional. La dejó toda la noche con la esperanza de capturar peces que vender y comer. Por la mañana, le sorprendió encontrar una raya gigantesca en su interior. Kamar contó que el pez era demasiado pesado para subirlo al barco, así que tuvo que arrastrar la red con el pez dentro detrás del barco hasta la aldea.

    Hicieron falta 15 hombres para sacar la raya del agua. Estos hombres nunca habían visto una raya tan enorme. Tomaron prestada una balanza grande de un almacén de peces local para pesarla. Kamar nos dijo que pesaba «casi 400 kilos». ¿Era consciente de que eso significaba que había capturado al pez de agua dulce más grande del mundo? Negó con la cabeza.

    La legitimidad de esta noticia depende de la palabra de Kamar. Pero lo que aportó más credibilidad a su afirmación fue el hecho de que no solo pesaron al pez, sino que Kamar guardó la piel de la raya tras limpiarla y vender la carne. La piel se ha arrugado, pero apunta a una raya con una anchura de casi 2,4 metros, posiblemente lo bastante grande para batir el récord.

    Pese a que la raya de Bungin se capturó en el agua salada en la desembocadura del río, Iqbal está seguro de que es una Urogymnus polylepis de agua dulce, basándose en su forma y sus marcas. Otras rayas identificadas por Iqbal se habían capturado río arriba, a veces a casi 100 kilómetros del mar. «Parece que la especie vive en agua dulce, pero también puede tolerar agua salada», explica.

    A principios de este año, Iqbal llevó a cabo un reconocimiento similar de noticias periodísticas sobre capturas de rayas gigantes de agua dulce en Borneo y halló muchos más casos de peces que podrían haber superado los 293 kilogramos, el peso del siluro gigante plusmarquista.

    Los barcos pesqueros están amarrados en Sungsang, la mayor comunidad pesquera de Sumatra Meridional.
    Fotografía de Elliot Lovgren

    El mes pasado, en una comunidad pesquera del lago Melintang, en la isla de Borneo, varios pescadores dijeron haber capturado rayas hacía poco. Un pescador, El-Hadji Janadi, dice que atrapó a una raya de casi 225 kilogramos a principios de este año con una red de arrastre de 100 metros de ancho con la que atravesó el fondo del lago. «No quería capturar a la raya», me cuenta. «La carne no vale mucho dinero».

    Poblaciones menguantes

    Los investigadores temen que la Urogymnus polylepis desaparezca antes de haber determinado el peso máximo que puede alcanzar y los otros secretos que oculta. Según Mabel Manjaji-Matsumoto, bióloga marina de la Universidad de Malasia, Saba, que ha estudiado la especie desde mediados de los 90, aunque la presión de la pesca y la pérdida de hábitat la amenazan en toda su área de distribución del Sudeste Asiático, otro problema considerable es la contaminación. Afirma que la escorrentía de los fertilizantes empleados en plantaciones de palma aceitera ha teñido los ríos del este de Malasia «de todos los colores del arcoíris», poniendo en peligro a gran parte de la fauna del río, y también a la raya gigante chaophraya.

    En el río Mae Klong, en Tailandia, los residuos emitidos por una planta de etanol hace tres años mataron a al menos 70 rayas, cuyos cadáveres ascendieron a la superficie y circularon río abajo como ovnis estrellados, una imagen sobrecogedora para los lugareños. Las investigaciones posteriores demostraron que se habían vertido grandes cantidades de cianuro en el río.

    El año pasado, cuando los investigadores tailandeses de la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok, llevaron a cabo el primer estudio exhaustivo de marcación de la población de rayas del río Mae Klong para documentar sus movimientos, encontraron muchos menos individuos de los que habían contado antes del vertido y pocos ejemplares de gran tamaño.

    La veterinaria Nantarika Chansue, que dirigió el proyecto de marcación financiado por la National Geographic Society, afirma que es improbable que queden rayas de más de 295 kilogramos en el Mae Klong. «Era una población bastante sana, pero con la contaminación descontrolada, el riesgo de perderlas es altísimo», afirma. Añade que las rayas también han sido víctimas del pujante comercio para acuarios.

    Para Hogan, la misión de documentar mejor a las rayas —y a todos los peces gigantes amenazados— continúa. Indica que existe una población poco estudiada pero relativamente sana en la zona alta del Mekong camboyano, muy biodiversa, que se superpone con el área de distribución de otros animales raros como el delfín del Irrawady y la tortuga de Cantor.

    «No se trata de solo encontrar al pez más grande», afirma. «Quizá lo hayamos encontrado con la raya gigante chaophraya. Pero lo que sí es evidente es que debemos hacer más para proteger a estos peces antes de que desaparezcan para siempre».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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