Las incautaciones de escamas de pangolín alcanzaron un máximo histórico en 2019

Pese al aumento de las protecciones, estos mamíferos escamosos siguen siendo explotados para el mercado de medicina tradicional china, según un informe compartido en exclusiva con National Geographic.

Por Rachael Bale, Rachel Fobar
Publicado 18 sept 2020, 13:41 CEST
Escamas de pangolín

El año pasado se interceptaron más de 128 toneladas de escamas y carne de pangolín, un aumento de un 200 por ciento frente a hace cinco años.

Fotografía de ISAAC LAWRENCE/AFP via Getty Images

La venta de sus escamas para la medicina tradicional china y de su carne como manjar ha convertido al pangolín en el mamífero no humano más traficado del mundo. La supervivencia de esta criatura singular peligraba tanto que en 2016 se prohibió el comercio internacional de pangolines.

Sin embargo, pese a esas protecciones, un nuevo informe compartido en exclusiva con National Geographic desvela que las incautaciones policiales de escamas y carne de pangolín alcanzaron su máximo histórico en 2019. En todo el mundo se interceptaron más de 128 toneladas, un aumento de un 200 por ciento frente a hace cinco años.

Un agente de policía en Costa de Marfil, enmascarado para proteger su identidad, sostiene el exoesqueleto de un pangolín gigante incautado, cuyas escamas se utilizan en la medicina tradicional.

Fotografía de Brent Stirton

 

El informe fue publicado el jueves por el Centro de Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro que analiza los problemas de seguridad transnacional. El documento aporta nuevos datos y detalles que demuestran que la exportación de pangolines africanos a Asia para su uso en medicina tradicional sigue creciendo.

Los pangolines son el único mamífero del mundo que tiene escamas verdaderas, unas placas hechas de queratina. Aunque estas escamas pueden proteger a los pangolines hasta del mordisco de un león, no sirven de nada contra los humanos, la mayor amenaza para estos animales. Según Traffic, una organización que supervisa el comercio de fauna y flora silvestres, entre el 2000 y el 2014 se traficó más de un millón de pangolines.

Los expertos en pangolines saben desde hace años que el comercio de las cuatro especies de pangolín de Asia ha ido disminuyendo porque encontrarlas es cada vez más difícil. Para abastecer la demanda, los traficantes han recurrido a las cuatro especies africanas, con África occidental y central como ejes principales. El informe del C4ADS se basa en su propia base de datos de incautaciones de fauna silvestre y en los datos de la Organización Mundial de Aduanas y de un programa colaborativo entre el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre estadounidense y la Sociedad Zoológica de Londres para cuantificar hasta qué punto está vinculada esta región al tráfico. El informe destaca puntos específicos de las cadenas de suministro en los que las fuerzas del orden deberían concentrar sus esfuerzos.

«Al apropiarse de las cadenas de suministro de carne de caza en África y ocultar su actividad ilegal dentro del mercado de medicina tradicional china, los actores ilícitos trafican con escamas de pangolín en tasas cada vez más alarmantes entre África y Asia», afirma Faith Hornor, directora del programa del C4ADS y coautora del informe.

Un año que ha batido récords

El año pasado no solo se incautaron más escamas de pangolín en todo el mundo que en cualquier otro año del que haya datos disponibles, sino que también se produjeron las mayores incautaciones individuales de escamas de pangolín que se han registrado. En una sola semana de abril, Singapur interceptó un cargamento de 14,2 toneladas y otro de 14 toneladas que, según se estima, proceden de 70 000 pangolines.

El C4ADS descubrió que ambos envíos procedían de Nigeria, que fue la fuente de más de un cuarto de todas las incautaciones de pangolines de origen conocido vinculadas a África entre 2015 y 2019.

Las regiones occidental y central de África también surgieron como focos evidentes del comercio. El informe señala que casi un 90 por ciento de las escamas de pangolín incautadas desde 2015 procedían o habían pasado por la región. Asimismo, el tamaño de los envíos de escamas de contrabando procedentes de la región también parece estar aumentando; de hecho, el peso medio casi se ha decuplicado hasta unos 3040 kilogramos.

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    Según el informe, esto sugiere la implicación de organizaciones delictivas con muchos recursos: «Pagar, recoger y transportar grandes cantidades de productos de pangolín entraña una gran inversión inicial y coordinación». También es probable que signifique que a los traficantes no les preocupa tanto la intercepción policial, ya que mueven envíos de varias toneladas por valor de decenas de millones de dólares.

    Francis Tarla, coordinador del programa de pangolines en Camerún para la Sociedad Zoológica de Londres, ha presenciado este cambio en el tráfico sobre el terreno. En un email, Tarla explicó que los precios de las escamas de pangolín en el mercado negro se han disparado y «con precios altos, los traficantes más expertos y organizados han entrado en este juego y están preparados para asumir mayores riesgos». Las influencias combinadas de los gobiernos débiles, la mala preparación de las fuerzas del orden, los altos índices de corrupción, el descenso de la inversión en ONG y la caída del valor de las exportaciones locales, como el petróleo, han permitido que África occidental y central emerjan como foco del tráfico de fauna silvestre.

    El aumento de las incautaciones podría deberse a varios factores. «Sí, la demanda [de pangolines] y el tráfico aumentaron mucho entre 2015 y 2019», escribió por email Zhou Jinfeng, director de la Fundación para la Conservación de la Biodiversidad y el Desarrollo Verde de China (CBCGDF, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro. Pero «la lucha contra la delincuencia también mejoró», dijo, de ahí la detección más frecuente de envíos de contrabando.

    Chris Hamley, defensor de los pangolines en la Agencia de Investigación Ambiental, dice que el tráfico podría haber aumentado porque cuando los contrabandistas pasaron de los pangolines asiáticos a los africanos ya existía una cadena de suministro de la que podían apropiarse. «En África ya existían cadenas de comercio de carne de caza que incluyen a los pangolines y por eso esto fue casi como un subproducto natural», afirma Hamley.

    Cambios en China

    China ha permitido durante años el uso de escamas de especies autóctonas de pangolín en las preparaciones de medicina tradicional, pero la caza del pangolín chino estuvo a punto de provocar su extinción en el país hace años. La pérdida de la especie autóctona, junto a la prohibición del comercio internacional de todos los pangolines asiáticos en el año 2000, se tradujo en que las empresas farmacéuticas, los profesionales de medicina tradicional y los hospitales tuvieron que recurrir a las reservas de escamas almacenadas antes de la prohibición. Estas reservas son propiedad de empresas privadas y cada año el gobierno provincial emite cupos que limitan la cantidad que puede venderse en cada región.

    El gobierno ha permitido la venta anual de una media de 29 toneladas —que equivalen a aproximadamente 73 000 pangolines—, según un informe del CBCGDF de 2016. A ese ritmo, las reservas se habrían agotado hace años, contó Zhou a National Geographic en 2019.

    La Administración Nacional Forestal y de Pastizales de China, que supervisa la fauna y la flora silvestres, no ha hecho comentarios al respecto.

    Otros expertos están de acuerdo con Zhou. «Cuesta creer que las empresas farmacéuticas puedan generar cantidades suficientes de escamas solamente a partir de estas reservas», afirma Hamley, que dice que es «muy probable» que esas existencias incluyan escamas ilegales.

    Los datos y las investigaciones que ha recopilado el C4ADS respaldan esta teoría. Desde 2015, más del 40 por ciento de las casi 215 toneladas de escamas de pangolín confiscadas en Asia iban destinadas a o fueron interceptadas en China o Hong Kong, según el informe del C4ADS. La cantidad de escamas incautadas en los envíos destinados o llegados a China y Hong Kong aumentó más de un 171 por ciento entre 2015 y 2019. Hamley apunta que ese volumen indica que existe una demanda enorme.

    El sistema de reservas de escamas privadas de China y la contabilidad aportada por las propias empresas han creado una situación en la que las escamas ilegales pueden mezclarse fácilmente con las legales, un «mercado negro ubicado dentro del sistema legal», indica el informe.

    Los recientes cambios normativos sugieren que el gobierno chino pretende eliminar gradualmente el uso de escamas de pangolín en la medicina tradicional china.

    En 2019, el gobierno anunció que las escamas de pangolín ya no estarían cubiertas por la seguridad social. En junio, por primera vez en décadas, la lista de medicinas tradicionales aprobadas en el país no incluyó escamas de pangolín (aunque sí incluía medicinas patentadas que contienen pangolín). También en junio, el gobierno amplió las protecciones a los pangolines y los situaron al mismo nivel de conservación que los tigres y los pandas gigantes conforme a la Ley Nacional de Protección de Fauna de China.

    Muchos expertos albergan dudas sobre si estas medidas tendrán repercusiones. Hamley dice que los cambios son «como una pantalla de humo». Devin Thorne, analista del C4ADS y coautor del informe, dice que estos cambios no parecen haber tenido ningún efecto inmediato, pero los considera un «paso positivo».

    Zhou conserva la esperanza. «Hasta finales de 2019, el tráfico estaba creciendo», dijo. Pero gracias a estos cambios, «creemos que empezará a disminuir a partir de 2020».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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