Esta telaraña es tan fuerte que soporta el peso de un pájaro

El nuevo comportamiento registrado podría significar que la araña joro, una especie invasora, puede proporcionar un pequeño pero positivo beneficio a otras especies silvestres.

Por Jason Bittel
Publicado 15 nov 2022, 11:48 CET
Una enorme tela de araña Joro brilla a la luz del sol en un patio trasero ...

Una enorme tela de araña Joro brilla a la luz del sol en un patio trasero de Georgia.

Fotografía de BluIz60, Alamy Stock Photo

El 13 de septiembre de 2022, Arty Schronce, naturalista y experto en jardinería de Atlanta (Estados Unidos), miró por la ventana de su cocina y vio lo que creía que era un cardenal norteño hembra atrapado en una enorme telaraña dorada.

Esto de por sí ya habría sido bastante extraño, pero tras una inspección más detallada, Schronce se dio cuenta de que el pájaro no estaba atrapado. En realidad, estaba posado en una hebra de la telaraña y dando manotazos al gran arácnido negro, amarillo y rojo que la había construido: una araña joro invasora (Trichonephila clavata).  

Tras ahuyentar a la araña, el cardenal engulló algunos de los insectos que habían quedado atrapados en la telaraña. Luego se fue volando.  

El encuentro duró sólo dos minutos, pero Schronce sospechó que acababa de presenciar algo especial. Cuando lo comprobó al día siguiente, la araña seguía allí y la telaraña no había sufrido daños.  

"Esto es increíblemente inusual", dice Andy Davis, un experto en arañas joro de la Universidad de Georgia.  

Los pájaros que roban comida de las telas de araña son un comportamiento documentado, pero en los casos anteriores se registró que las aves lo hacían mientras revoloteaban o se posaban en una rama cercana, informan hoy Davis y Schronce en un estudio publicado por la revista Insects. También hay registros de aves que a veces quedan atrapadas en telas de araña, o que recogen telas de araña para usarlas en sus nidos. Sin embargo, nunca se había informado de un pájaro que se sentara activamente en una tela de araña. 

Las arañas joro son conocidas por tejer telas excepcionalmente grandes. En este caso, una tela de araña joro era lo suficientemente fuerte como para sostener a un cardenal norteño.

Fotografía de Arty Schronce

"Hasta donde sabemos, se trata de una primicia científica", afirma Davis. Schronce dice que la experiencia le ha hecho darse cuenta de lo importantes que pueden ser los científicos ciudadanos: "Todos podemos observar y aprender y quizás ver algo que nunca se ha registrado antes", dice. Como fotógrafo desde hace tiempo, Schronce sólo desearía haber tenido una cámara mejor a su alcance.

Se cree que la joro de colores brillantes fue introducida accidentalmente en Estados Unidos en 2014 a través de un contenedor de transporte desde el este de Asia, donde la especie es nativa. Aunque en su mayor parte son inofensivos para los humanos, estos arácnidos negros, amarillos y rojos son grandes, con patas tan anchas como la mano de un adulto. 

Además, la joro procede de un género de arañas tejedoras de orbes muy conocidas por tejer telas grandes y resistentes. Otra especie de este género, que también ha sido introducida en Estados Unidos, es conocida como la araña de la seda dorada por el tono amarillento de su seda.  

Casualmente, sólo unos meses antes de que Schronce observara al pájaro posado en la tela de joro, Davis había realizado una serie de pruebas para determinar la resistencia de las telas de araña como parte de un proyecto de feria de ciencias de la escuela primaria con su hijo, Oscar. 

El dúo de padre e hijo utilizó un hilo fino para hacer un bucle con un medidor de fuerza electrónico sobre la parte superior de 10 telas de joro de tamaño similar. A continuación, tiraron suavemente hacia abajo hasta que las telas se rompieron por la tensión, y registraron la fuerza requerida en Newtons (una unidad de medida definida como la fuerza necesaria para acelerar un kilogramo de masa a la velocidad de un metro por segundo cada segundo).  

Las mediciones que realizaron los Davis revelaron que las telas de joro podían sostener un objeto de hasta 69 gramos. Eso significa que una de ellas podría sostener fácilmente un cardenal, un pájaro que suele pesar entre 42 y 49 gramos. 

"Cuatro o cinco meses después, este tipo me llama y dice que ha encontrado un pájaro sentado en una telaraña", recuerda Davis. "Y entonces sumé dos y dos y me di cuenta de que tenía datos que mostraban básicamente lo mismo". 

Los Davis sacaron provecho de su experimento. El hijo ganó la feria de ciencias y el padre obtuvo un valioso apoyo para el nuevo hallazgo. 

(Relacionado: Las arañas comen serpientes en todo el mundo, según revela un estudio sorprendente)

Una cosa bastante extraña para un cardenal

El experto en cardenales Daniel Baldassarre dice que nunca ha visto a uno de estos pájaros comunes de Norteamérica hacer algo así. Para empezar, "los cardenales no son pájaros pequeños", dice Baldassarre, que es ornitólogo de la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego.  

Además, no son un tipo de ave que busque comida de forma tan delicada. Los cardenales pasan mucho tiempo buscando comida en el suelo y son mucho menos propensos a hacer el tipo de "cuerda floja" que, según Baldassarre, es más común en las aves que se alimentan principalmente en el dosel del bosque.  

"Son más torpes en su forma de buscar comida", dice. 

Al mismo tiempo, los cardenales son conocidos por su comportamiento exploratorio. "Tienen este aspecto de su biología en el que intentan comer cualquier cosa, que es una de las razones por las que son una especie muy extendida y exitosa", dice. 

Así que quizá no sea tan sorprendente que el pájaro robara algunos de los insectos atrapados en la tela de la araña, un comportamiento conocido como cleptoparasitismo. 

"Pero sí, sigue siendo algo bastante extraño para un cardenal", dice Baldassarre. 

Aunque hasta ahora este comportamiento sólo se ha documentado una vez, Davis se pregunta si más aves autóctonas podrían empezar a darse cuenta de los beneficios potenciales que presentan estas nuevas y grandes arañas y sus telas. Otro cleptoparásito autóctono, la araña gota de rocío, parece estar aprovechando la situación. 

"Estas pequeñas arañas se ganan la vida colgándose de las telas de otras arañas y robando su comida", dice Davis. "En todas las telas de joro que he visto este otoño, probablemente he visto a estas arañas de gota de rocío en al menos el 30 por ciento de ellas. Así que las gota de rocío se están beneficiando mucho de las joros".  

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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