Estos patos, llamados Elsa y Olaf, aparecieron congelados en un estanque en Nochebuena

Estados Unidos y el problema de tener a un pato como mascota

Todos los años en primavera, sobre todo en Pascua, muchos estadounidenses "compran por impulso" patitos como regalo, a menudo para sus hijos. Su abandono, días o semanas después, supone casi una sentencia de muerte para el animal.

Estos patos, llamados Elsa y Olaf, aparecieron congelados en un estanque en Nochebuena. Todos los años, en primavera y verano, la gente se deshace de sus patos domésticos no deseados (que suelen recibir como regalo de Pascua) en parques o estanques locales. Pero estos patos son domésticos, lo que significa que no saben buscar comida, migrar o protegerse de los depredadores en la naturaleza. La mayoría mueren a las pocas semanas de ser abandonados.

Fotografía de Maiara Bertolucci
Por Rachel Fobar
Publicado 27 feb 2024, 13:07 CET

En Nochebuena de 2022, dos patos domésticos (Anas platyrhynchos) aparecieron congelados en un estanque de Smithville (Ohio, EE. UU.). Agitaban las alas y graznaban, luchando infructuosamente por liberarse, hasta que dos lugareños, Maiara y Helder Bertolucci, los vieron. La pareja se deslizó sobre sus estómagos sobre un hielo muy fino y liberó a los animales.

"Os sacaremos de aquí, ¿de acuerdo?", dijo Maiara en una grabación de vídeo del incidente, acunando a uno de los patos en su regazo.

Los patos rescatados (llamados más tarde Olaf y Elsa, en honor a los personajes de Frozen de Disney) eran dos de los 109 patos domésticos abandonados por un desconocido en un estanque a las puertas de un restaurante. Un grupo local llamado Good Sprout Rescue and Sanctuary rescató a los animales; dos murieron, pero el resto fueron realojados en santuarios o adoptados.

Todos los años en primavera, sobre todo en Pascua, muchos estadounidenses "compran por impulso" patitos como regalo, a menudo para sus hijos. Según John Di Leonardo, antrozoólogo y presidente del grupo de defensa de los animales Humane Long Island, la gente asocia a los bebés animales, como patitos, pollitos y conejitos, con la primavera.

Pero después de las fiestas, a veces meses más tarde, los rescatadores de animales suelen ver un aumento de patos adultos abandonados en parques y estanques locales, dice Di Leonardo. No hay datos oficiales sobre la frecuencia con que esto ocurre, pero calcula que decenas de miles de patos domésticos son abandonados cada año en EE. UU. Su organización rescata hasta 500 patos al año sólo en la zona de Nueva York.

En España y en Europa, hubo un aumento de la adopción de patos para tener en casas en 2021 a raíz de su popularidad en redes sociales. No hay datos oficiales de abandono de patos en España, pero según las cifras de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía en 2021 había 5 millones de pájaros como mascotas.

(Relacionado: Por qué no debes regalar animales en Navidad y otras malas prácticas)

Los patos domésticos no están preparados para ser salvajes

La difícil situación de Elsa y Olaf pone de manifiesto que los patos domésticos no prosperan en los parques y estanques locales, y suponer que lo harán es "bastante parecido a ir a Yellowstone y ver un lobo y pensar: 'Oh, si este lobo puede sobrevivir, mi perro también", afirma Adison Smith, presidente de la organización de rescate Wasatch Wanderers, de Utah (EE. UU.).

Los patos abandonados carecen de instinto de búsqueda de comida y muchos mueren rápidamente de hambre o enferman. La mayoría no puede volar debido a sus diminutas alas; los patos domésticos tienen alas más pequeñas y cuerpos más grandes que los de las especies salvajes. No emigran, por lo que si sobreviven hasta el invierno, "a menudo los encontramos congelados en el agua", dice Di Leonardo, lo que los convierte en un blanco fácil para los depredadores.

Los patos son desordenados y producen más desechos que otras mascotas. Los patos domésticos (que pueden vivir hasta 12 años) no pueden mantenerse en el interior y, al aire libre, necesitan un recinto a prueba de depredadores. Además, pueden sentir apego por los humanos y, una vez que lo hacen, no se les puede dejar solos. "Aunque las dejes 30 segundos, se aterrorizan", dice Di Leonardo.

Por supuesto, hay mucha gente en EE. UU. que cuida adecuadamente de sus patos mascota, que pueden ser compañeros dulces y curiosos. Audrey Quillin, directora de Good Sprout, describe el abanico de personalidades de su centro de rescate: el pato que teme al agua, el solitario, el que busca emociones, los tortolitos.

Puede ser difícil distinguir las diferencias entre los patos salvajes y las más de 40 variedades de patos domésticos, pero como los patos domésticos suelen criarse para carne, son hasta tres veces más grandes. Además, sus plumas son más ornamentales (de color blanco puro o con bonitos colores) que camufladas.

Si no estás seguro de si un pato en apuros es salvaje, Quillin recomienda llamar al santuario local de animales de granja o organización animalista. "Siempre es mejor preguntar", afirma.

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    Olaf, que fue rescatado de un estanque helado en Ohio, disfruta del sol en la seguridad de un santuario de animales.

    Fotografía de Maiara Bertolucci

    Vidas cortas y brutales

    Al día siguiente de la muerte de su primer pato, llamado Chocobo, Quillin pasó en coche por un parque local y vio seis patos domésticos blancos, como su querida mascota. "Me detuve y los recogí a todos. Tenían tanta hambre que se me echaron literalmente a los brazos", cuenta.

    Desde entonces, ha rescatado a cientos más. "Ha llegado un punto en el que, si voy al parque, ya ni siquiera puedo caminar hasta el estanque. Me da mucha ansiedad".

    Como recurso para los rescatadores de patos de todo Estados Unidos, Di Leonardo puso en marcha el proyecto Duck Defenders [Defensores de los Patos], que asesora a grupos locales de defensa de los animales sobre cómo tratar a las aves acuáticas abandonadas como mascotas. "Somos uno de los únicos grupos que se dedican a esto en el país", afirma.

    El problema radica en gran medida en la falta de educación, y por eso Smith ha hecho campaña para concienciar a la población. En los primeros meses de la iniciativa, colgó más de 50 carteles en una docena de ciudades para advertir a los visitantes de que los patos mascota no sobreviven en la naturaleza y que la ley estatal prohíbe deshacerse de ellos. "Nuestro objetivo es atajar el problema de raíz", afirma. La mayoría de la gente suele comprar patitos en tiendas de suministros para granjas por menos de un dólar cada uno, o los niños se los llevan a casa de los proyectos de incubación del colegio.

    Aunque la mayoría de los patos abandonados viven "vidas cortas y brutales", dice Quillin, Olaf y Elsa, rescatados del estanque helado, están entre los afortunados: pasarán sus días restantes en el Santuario Lasa de Wooster, Ohio, en un refugio con otros patos, heno limpio y protección contra los depredadores.

    "Cuando se sienten seguros y protegidos, su personalidad empieza a aflorar", afirma Quillin: "Todos merecen sentir esa seguridad".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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