¿Cómo clasificar a las serpientes más peligrosas?

Hasta 138 000 personas mueren por mordeduras de serpiente cada año, la gran mayoría en países en vías de desarrollo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Por Redacción National Geographic
Una serpiente Atheris de la República Democrática del Congo

Mostrando su lengua viperina, una serpiente Atheris de la República Democrática del Congo olfatea su entorno. La mordedura de estas pequeñas serpientes arbóreas, que viven en las regiones tropicales de África, puede provocar fallo renal, hemorragias externas e internas lo bastante graves como para causar anemia y, a veces, la muerte.

Fotografía de Thomas Nicolon

Este artículo fue publicado el 27 de agosto de 2015 y ha sido actualizado el 2 de febrero de 2022.

De las más de 3 000 especies de serpientes que existen en el mundo, más de un 10 por ciento son venenosas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, hasta 138 000 personas mueren por mordeduras de serpiente cada año, la gran mayoría en países en vías de desarrollo.

Las serpientes u ofidios, pertenecen al orden Squamata junto a otros animales como camaleones e iguanas. Entre otras características, como la ausencia de extremidades, estos animales tienen la mandíbula superior fusionada con el cráneo y un maxilar inferior muy móvil que les permite engullir presas mucho más grandes que ellos mismos. En Europa viven 45 especies de serpientes y 14 de ellas habitan en la península ibérica, siendo 11 de ellas culebras y las otras 3 víboras.

"En España, hay tres especies de víboras, las tres pertenecientes al grupo de las víboras europeas (género Vipera)", explica el herpetólogo e investigador Fernando Martínez Freiría, que investiga la biogeografía, ecología y conservación de las víboras ibéricas.

"Aunque las tres especies de víboras ibéricas son ecológicamente muy similares, están adaptadas a distintas condiciones climáticas y presentan una distribución parapátrica entre sí, esto es, cada una está distribuida en una región y apenas solapan sus distribuciones".

La víbora hocicuda (Vipera latastei), es una especie de tamaño medio, con cabeza triangular y morro levantado, formando un cuerno. Es una especie adaptada al clima mediterráneo de tipo húmedo, subhúmedo y semiárido.

Actualmente se considera una especie endémica de la península y está distribuida por casi todo el territorio peninsular, ocupando zonas rocosas secas, como pedrizas y canchales, taludes escarpados y muros de piedra con alguna vegetación que separan los campos de cultivo y pastizales.

La víbora de Seoane (Vipera seoanei), prácticamente endémica de la península ibérica, es una víbora más bien de pequeño tamaño, con una cabeza ligeramente triangular y morro recto.

Galería relacionada: 10 fotografías de las víboras que habitan en España

Está adaptada al clima oceánico o atlántico característico de la zona norte de la península y se encuentra distribuida en el norte de Portugal, el norte de España - casi toda Galicia, Asturias, Cantabria, casi todo el País Vasco, norte de Castilla y León y extremo norte de Navarra. 

Hacia el Mediterráneo encontramos la víbora áspid (Vipera aspis)una especie de tamaño medio, con cabeza triangular y morro levantado, aunque sin formar un apéndice.

Esta especie se encuentra distribuida en la región occidental de Europa y en España se localiza en la región noreste, incluyendo el norte de Cataluña y Aragón, casi toda la mitad norte de Navarra excepto el extremo norte, sur del País Vasco, toda la Rioja excepto su zona más oriental y noreste de Castilla y León.

Aunque llega a los 3000 metros en los Alpes italianos, en España se distribuye desde los 400 metros en las cercanías de la costa de Barcelona, hasta más de los 2000 metros en el Sistema Ibérico y 2900 metros en el Pirineo central.

(Lee más detalles sobre: Víboras ibéricas: las tres especies de serpientes venenosas que habitan en España)

¿Cómo se clasifica su veneno?

En el mundo animal, son muchas las especies que han desarrollado algún tipo de veneno para defenderse o matar a sus presas. Las mordeduras de serpiente matan a miles de personas cada año y en algunos lugares, como África, la escasez de antídotos dificulta el tratamiento y la prevención. 

En 2017, para atajar la crisis de las mordeduras de serpiente y lograr financiación para la investigación, la Organización Mundial de la Salud añadió el envenenamiento por mordedura a la lista de enfermedades tropicales desatendidas.

En el caso de las serpientes, la medida estándar para calcular la potencia de un veneno se llama LD50, que se define como la dosis de una sustancia que resulta mortal para la mitad de un conjunto de animales de prueba, normalmente ratones

Dos de las serpientes más mortales del mundo luchan en un campo de golf

El veneno neurotóxico de las serpientes ataca a la victima paralizando sus músculos, lo que provoca parada respiratoria; el hemotóxico, en cambio, rompe los tejidos. Cuanto más baja sea la LD50, se necesita menos cantidad de veneno, lo que significa que es más potente. Así, las cinco serpientes con menor LD50, es decir, las más venenosas, son la taipán de interior, la serpiente marrón oriental, la taipán de la costa, la serpiente tigre y la serpiente tigre negra.

Sin embargo, la clasificación en la vida real no es tan sencilla. Kate Jackson, bióloga del Whitman College (Washington, Estados Unidos) y Steven Seifert, director del Centro de Información Toxicológica de Nuevo México, insisten en que hay otras circunstancias, además de la potencia, que hacen que una serpiente sea venenosa, como la disponibilidad de tratamiento o antídoto después de una picadura.

La taipán de interior es considerada la serpiente más venenosa del mundo

Las picaduras de serpiente matan 138 000 personas al año en todo el mundo, aunque la frecuencia de los ataques es mayor en las zonas en las que hay más interacción con estos animales. En África occidental, por ejemplo, las serpientes del género Echis viven entre humanos, que suelen ir descalzos y no tienen acceso a tratamientos contra su veneno. Por eso ahí las picaduras son más habituales.

India es el país más afectado, en parte por la falta de tratamiento médico, según un estudio publicado en 2008 en la revista PLOS Medicine. Entre 2016 y 2018 más de 3013 personas murieron, según la Fundación IO.

Es llamativa la alta incidencia de casos en el país, 178 000 incidentes en 2016, 158 000 en 2017 y 164 000 en 2018. Por ejemplo, la llamada víbora de Russell no está en la lista de las más venenosas, pero es la responsable de miles de muertes al año en el país; la taipán de interior, en cambio, vive en el desierto australiano, donde no hay mucha población.

En el caso de Australia, sin embargo, el estilo de vida, las infraestructuras, la asistencia sanitaria y las condiciones del transporte son algunas de las razones por las que en este país no se dan muertes por picadura de serpiente. Pero, como dice Seifert, "la serpiente más venenosa es la que te pica".

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