Rumbo a la Luna: la historia desconocida del octavo continente

Desde los misterios más desconocidos que rodean aquel histórico día en el que el ser humano pisó la Luna, hasta los detalles de los proyectos más inminentes. Nos adentramos en el pasado, presente y futuro de nuestro satélite natural.

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 10 jul 2019, 21:46 CEST
Historia desconocida Luna 01
Impresión artística de actividades en una base lunar. Generación de energía a partir de células solares, producción de alimentos en invernaderos y construcción con impresoras móviles 3D.
Fotografía de Esa, P. Carril

Cincuenta años después de que Neil Armstrong se convirtiera en el primer ser humano en pisar la Luna, National Geographic conmemora este hito histórico con una espectacular programación dedicada a la exploración espacial y al programa Apolo, que se podrá disfrutar cada domingo de julio, con maratones durante todo el día y estrenos a las 16:00 y a las 21:30 horas.

El próximo 20 de julio se cumplen cincuenta años desde que Apolo 11 logró alunizar en nuestro satélite natural. Horas más tarde, la madrugada del 21 de julio de 1969, Neil Armstrong pisó el polvoriento suelo lunar por primera vez, hazaña que repitieron once astronautas a lo largo de los siguientes dos años y medio.

Sin embargo, son muchos los detalles desconocidos que rodean aquel histórico día, así como fueron una serie de casualidades las que escribieron la historia del ser humano en el espacio. Ni Apolo 11 iba  a ser la primera misión en alunizar, ni Neil Armstrong el primer ser humano en pisar la Luna. En su lugar, Gus Grissom, el segundo astronauta del Mercury, iba a ser quien diese el primer paso sobre el astro, hasta que sus planes se vieron truncados por un fatídico accidente y falleció en un incendio del Apolo 1.

“La intención nunca fue que Neil Armstrong fuera el primer hombre en pisar la Luna. De hecho, la persona a quien la NASA quería mandar a la Luna primero fue Gus Grissom, que murió en el incendio del lanzamiento del Apolo 1”, explicaba hoy Mark Kidger, científico de soporte comunitario de Herschel y de calibración del intrumento de PLATO, en un evento de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). “La intención tampoco fue nunca que el Apolo 11 pisase la Luna. La NASA iba a realizar dos pruebas con el Apolo 10 y el Apolo 11, y después iba a alunizar con el Apolo 12”, explica Kidger.

El misterio sobre la primera persona en pisar la Luna

“Venga, Neil, si todo funciona perfectamente, si no hay ni un solo fallo en los lanzamientos, tal vez puedas alunizar”, narra Kidger sobre lo que le dijeron a Armstron en la NASA antes del lanzamiento del Apolo 11. Pero, aún así, Neil Armstrong estuvo de nuevo a punto de no ser el primer ser humano en la Luna. La NASA, tras el éxito de la prueba del módulo Lunar con el Apolo 9, ofreció al comandante del Apolo 10, Tom Stafford, la oportunidad de realizar el primer alunizaje si todo iba bien, pero la rechazó.

“Tom Stafford fue muy conservador, él pensaba que debían realizar muchos ensayos del alunizaje antes de ir, por encima de la fama personal de ser el primer hombre en la Luna, valoró que fuera una expedición más segura para quienes venían después”, explica Kidger.  

Además,  el primer borrador del guión del alunizaje afirmaba que el primer hombre en bajar la escalera del módulo sería Buzz Aldrin. Sin embargo, fue modificado porteriormente para que Neil Armstrong fuera el primero. Las dos razones principales fueron, en primer lugar, que Armstrong era civil. “Políticamente era más correcto que fuera un civil en vez de un militar en activo”, explica Kidger. “Pero la segunda causa fue un motivo práctico: el módulo lunar es extremadamente pequeño. ¿Cómo iba a pasar Buzz Aldrin por detrás de Neil Armstrong para llegar hasta la puerta que estaba al lado de Neil Armstrong? Era físicamente imposible”.

¿Por qué no hay estrellas en las fotos terrestres sacadas desde la Luna?

Otra de las grandes preguntas que se hace a menudo en relación a los hechos que rodean la llegada del ser humano a la Luna es por qué no hay estrellas en las fotografías de la Tierra que se sacaron desde la Luna. La respuesta está en la exposición y en la sensibilidad a la luz de la cámara fotográfica. “Necesitaban dar mil veces más exposición para mostrar esas estrellas en el cielo”, afirma Kidger.

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    Edwin «Buzz» Aldrin en la superficie lunar en una fotografía emblemática sacada por su compañero Neil Armstrong, astronauta de la misión Apolo 11. Puede verse a Armstrong en el reflejo del visor de Aldrin.
    Fotografía de NASA

    Otro suceso misterioso más ocurrió en referencia a las fotografías que se tomaron aquel día, y es que no fue hasta 35 años más tarde cuando los expertos se dieron cuenta de que una pequeña mancha situada en una de las imágenes era el Planeta Tierra reflejado en el visor de Neil Armstrong.

    Además, la NASA admite que trucaron una de las fotografías. “Resulta que la fotografía que sacó Neil Armstrong no tenía un enfoque demasiado bueno, y el límite de la foto llega al nivel del casco de Armstrong, por lo que para sacarla en los medios ampliaron y mejoraron ese encuadre”, afirma Kidger.

    El papel clave de España en la exploración espacial

    “La presencia de España en la exploración y la misión espacial es clave”, afirma Santa Martínez, coordinadora del procesamiento científico y archivo de la ESA. “Es un país muy competitivo en el sector, está proporcionando cargas útiles, científicas, elementos de satélite y también segmento de terreno y comunidad científica, sectores todos ellos donde España tiene un papel fundamental”.

    El protagonismo de nuestro país en la exploración espacial comenzó hace más de 50 años, “en el momento en el que se realizaron los acuerdos entre la NASA y España para establecer la estación de seguimiento en Fresnedillas para exploraciones tripuladas de Apolo, y más tarde en Robledo de Chavela, donde está actualmente uno de los tres Centros de Espacio Profundo de la NASA que existen en el mundo”, explica Santa Martínez, coordinadora del procesamiento científico y archivo.

    La estación espacial madrileña de Fresnedillas de la Oliva fue clave en la llegada del ser humano a la Luna, al ser la única estación de la Red MSFN de NASA que tenía visibilidad del módulo lunar en el momento del despegue.
    Fotografía de Cristina Crespo Garay, National Geographic

    Diez años más tarde, también comenzaron los acuerdos con la Agencia Espacial Europea y en 1978 se creó el centro en el que nos encontramos ahora como parte de la Red de Espacio Profundo de la Agencia Espacial. Más tarde, en 2004, que posteriormente pasó de ser un centro de control de satélites a ser el Centro Europeo de Astronomía Espacial . Tenemos el privilegio de tener en la capital española un centro de estas características, donde están todos centros de operaciones de las misiones cientíifcas de inteligencia espacial, de astronomía e incluso misiones planetarias como ExoMars”.

    Además de ir a la Luna con un papel clave también en Orión, una misión particular intentará estudiar si podemos utilizar los recursos del satélite. “Otra misión sería traer muestras de Marte (Mars 2020)”, afirma Martínez, “en una misión, un robot irá dejando unos tubos que un Robert en otra misión recogerá, para que, posteriormente, otra misión pueda devolver las muestras a la Tierra”.

    Sostenibilidad espacial: llegar a la Luna con energía solar

    El pequeño satélite Smart 1 fue lanzado en 2003 y se convirtió en el primer orbitador lunar europeo. Construido en Europa y con un peso de 70 kilogramos, este satélite logró llegar a la Luna utilizando la energía solar, lo que posibilitó que la expedición utilizase menos de 60 litros de combustible.

    Impresión artística de Heracles acercándose a su lugar de aterrizaje en la Luna. La ESA está trabajando con las agencias espaciales canadienses y japonesas para preparar la misión robótica de Heracles a la Luna a mediados de finales de 2020.
    Fotografía de Esa, ATG Medialab

    “Es un bebé muy especial”, afirma Bernard Foing, líder científico de la misión ESASMART 1 y director del grupo internacional lunar ILEWG. “Hemos sacado imágenes de la luna, hemos visto los cráteres, las zonas que se encuentran siempre a la sombra, hemos localizado un lugar a -170 grados, la temperatura más baja del sistema solar”, relata el astrofísico. “Hemos trabajado con los chinos para misiones como Chang E 1 y 2, Kaguya, LRO o Chandrayaan, misiones en las que, por ejemplo, se ha encontrado agua”.

    Mapa de ruta hacia la aldea lunar robótica

    Tras los satélites, llegarán los robots exploradores, a los que seguirán los avatars. El siguiente paso sería la utilización de los recursos lunares naturales y, por último, la llegada de los humanos hasta lograr construir una aldea en la Luna que garantice nuestra presencia continua y sostenible.  

    Para ello, los investigadores están tratando de desarrollar una hoja de ruta en la que el agua salga del hielo lunar, el hidrógeno se utilice para ayudar en el despegue de vuelta a la Tierra, se utilicen materiales lunares para la construcción de la aldea, y un largo etcétera en la estrategia de utilización de recursos que trata de estar a la vanguardia en sostenibilidad.

    “En realidad, ya hemos empezado a construir esta aldea robótica. Los chinos colocaron hace cinco años un alunizador y un robot mecánico, y este año han logrado poner un segundo alunizador en el lado lejano de la Luna por primera vez en la historia”, afirma Foing.

    Edwin «Buzz» Aldrin, astronauta de la misión Apolo 11, baja por la escalera del «Eagle» hasta la superficie lunar para unirse a Neil Armstrong.
    Fotografía de NASA

    “En Alemania, y también en España, hay mucha robótica, lo que es una buena sinergia para lograr los objetivos”, declara. Pero, ¿cómo vamos a poner a los humanos en este escenario? Artemisa es el programa americano que pondrá en 2024 a la primera mujer sobre la superficie lunar, no sin la colaboración europea a través de EuroMoonMars.

    “Nosotros también colaboramos en este proyecto, buscamos voluntarios de tripulaciones para pasar dos semanas en la Luna, lo que nos ayudará a preparar el proyecto”, afirma Foing. Hay varios desafíos, por ello vamos a desarrollar un sistema de apoyo a la vida y creación de todo el equipo que necesitarán los humanos y robots en conjunto”.

    Tal y como afirma la NASA, esta nueva misión no es solo un programa espacial, sino que por primera vez en la historia la exploración espacial adquiere un matiz comercial. “Estamos buscando otras empresas y financiación privada, para poder crear nueva riqueza, trabajo para los jóvenes, etc”, adelanta Foing.

    Con la meta final de utilizar esta aldea como una plataforma que nos permita llegar hasta Marte en un futuro cercano, los expertos son optimistas: “Tal vez en los próximos años podamos poner nuestros avatares robóticos sobre la Luna”, declaran con la esperanza en que los europeos lleguemos muy pronto a pisar nuestro satélite. “En la próxima década, lo veremos en los periódicos”.

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