El Mediterráneo aumentará un metro su nivel del mar y hasta cinco grados su temperatura para 2100

El primer estudio sobre el impacto del cambio climático en la región mediterránea alerta sobre la delicada situación de este ecosistema, que a este ritmo verá aumentada su temperatura hasta 5 grados y el nivel del mar un metro en menos de un siglo.

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 14 oct 2019, 19:00 CEST
Salvemos nuestro Mediterráneo zonas muertas
Fotografía de Simon Steinberger

Un estudio publicado en Nature Climate Change el pasado mes de noviembre ya perfilaba el Mediterráneo como zona especialmente vulnerable al cambio climático, así como alertaba de que las consecuencias traerían consigo un clima extremo, sequías, gotas frías, hambrunas y fuertes tormentas.

Ahora, el Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo celebrado en Barcelona saca a la luz un nuevo estudio de Mediterranean Experts on Climate and Environmental Change (MedECC), que afirma que el nivel del mar subirá un metro y la temperatura 4 grados en menos de un siglo. Así, los 500 millones de personas que habitan la cuenca mediterránea deberán adaptarse unos cambios prácticamente inevitables.

La desaparición de especies afectará gravemente al equilibrio de la biodiversidad de nuestros ecosistemas, que también sufrirán olas de calor, sequías, inundaciones y desastres naturales más habituales.

El pasado mes de septiembre, otro nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advertía también de que el calentamiento global acelera el aumento del nivel del mar y los fenómenos extremos, y destacaba la urgencia con la que debemos actuar a fin de amortiguar los cambios sin precedentes a los que se enfrenta la humanidad.

“La tierra es un recurso crítico. Dependemos de ella para alimentarnos, para obtener agua, salud y bienestar, pero se encuentra bajo una creciente presión humana”, ha afirmado con contundencia Abdalah Mokssit, secretario general del IPCC. “Cada año cuenta, cada decisión importa, cada evento cuenta”.

Wolfgang Cramer, coordinador del MedECC, aseguraba durante la jornada del pasado jueves que estos cambios tendrán consecuencias en la salud humana, que a su vez incrementarán la inseguridad allimentaria y la pobreza. La falta de agua potable y comida ya afecta a diversas zonas de nuestro planeta, lo que incrementará las tensiones del mapa geopolítico, dando lugar a conflictos y migraciones climáticas a lo largo y ancho de la Tierra.

Más de 250 millones de personas sufrirán escasez de agua en 20 años

El mar más explotado del planeta, donde la contaminación es tal que el plástico ya supone un 95% de sus residuos, “la escala de destrucción aún está en nuestras manos”, afirmó Mokssit. “Los cambios serán mucho peores si no hacemos todo lo posible para descarbonizar y presionar para llegar al cero neto para 2050”.

 “Un tercio de la población de la cuenca mediterránea vive en áreas costeras, por lo que son especialmente vulnerables a la subida del nivel del mar”, afirmó Semia Cherif, coordinadora del MedECC, apoyándose en gráficas de datos históricos que marcan un mayor calentamiento global en el Mediterráneo respecto a la media del planeta. “Incluso con concentraciones bajas de gases de efecto invernadero, veremos incrementada nuestra temperatura, pero con concentraciones altas alcanzaremos hasta 5 grados más para final de este siglo”.

Esta subida del nivel del mar pondría en serio peligro los medios de subsistencia de 37 millones de personas de la costa africana, debido a la pérdida de terreno agrícola y la salinización de las aguas subterráneas. En cuanto al agua dulce, esta podría reducirse hasta en un 15%, lo que significa que de aquí a tan solo 20 años, más de 250 millones de personas sufrirán escasez de agua.

¿Qué otras consecuencias viviremos?  

“A menudo la gente se acerca y me pregunta: ‘¿Pero qué ocurre? Son tan solo unos grados más’, y yo siempre digo: ‘Mira lo que suponen unos pocos grados más tan solo en tu cuerpo’, porque quizá así entendamos lo que están suponiendo para el ecosistema mediterráneo”.

Además del aumento de los fenómenos extremos y la pérdida de agua dulce, cada grado que suba la temperatura reducirá la producción agrícola. Según el estudio, en el caso del trigo esta reducción será de hasta un 7’5% por cada grado, lo que significaría un 37’5% menos en 2090.

“No puedo decir todas las consecuencias porque hay millones de ellas impactando en cada uno de los seres vivos del planeta, en el agua, el ecosistema, en todo”. La experta explica que tan solo a nivel molecular, los cambios implicarán derretimiento, evaporación y aceleración de las reacciones químicas que se dan para que la naturaleza esté en equilibrio.

A nivel medioambiental, se acelera la reacción fotoquímica de la atmósfera, aumentando la contaminación, y la desoxigenación de los océanos reduce las posibilidades de vida y aumenta la presencia de especies invasoras. A día de hoy, más de 700 especies invasoras, como el pez escorpión, el pez león o el venenoso pez globo, amenazan el Mediterráneo y se abren paso a través de nuestras aguas devorando los ecosistemas.

Además, “los fenómenos extremos han aumentado, tenemos más sequías y más inundaciones. El periodo estival es más largo y trae más olas de calor, y si vemos la historia, los fenómenos que antes se repetían cada 40 años ahora son anuales o incluso cada escasos meses”, explica Cherif.

La acidificación de los océanos provoca la pérdida de muchas especies que ya de por sí se encuentran amenazadas por la explotación humana, tanto en mares y océanos como en bosques y humedales.

El tiempo es ahora

"Si mejoramos la colaboración entre países y la forma de gestionar la situación política, aumentará la resiliencia al cambio climático", declaró Wolfgang Cramer al finalizar su intervención. “La emergencia climática podría parecer una carrera que estamos perdiendo, sin embargo aún podemos ganarla”, concluía el acto el director general adjunto de la Comisión Europea, Maciej Popowski, haciendo hincapié en la necesidad de cumplimiento del Acuerdo de París.

Este gran desafío para nuestra sociedad, que se enfrenta a un profundo cambio necesario en nuestro sistema económico y nuestra forma de vida, que es sin embargo una oportunidad de innovación que nos guíe hacia una hoja de ruta basada en la economía circular sostenible. “El clima está convirtiéndose en una de las prioridades para todos los países mediterráneos”, concluyó Popowski. En 2020 tendrá lugar el próximo gran evento por el clima que debe cerrarse con grandes compromisos en la agenda”.

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