¿Ciudades con fecha de caducidad? Estas urbes se están hundiendo

La actividad humana y las fuerzas naturales pueden provocar el hundimiento de partes de la superficie terrestre. Estas ciudades se enfrentan a un doble problema: el hundimiento de la tierra y la subida del nivel del mar.

Por Elise Cutts
Publicado 16 jun 2023, 14:18 CEST
Hundimiento de Nueva York

Aunque la ciudad de Nueva York se hunde, el mar que la rodea sube más deprisa. Un sistema de muros y compuertas de 1320 millones de euros pretende proteger la ciudad de la subida del nivel del mar.

Fotografía de Ed Jones, AFP, Getty Images

Nueva York se hunde lenta pero inexorablemente en el océano Atlántico. Los investigadores han demostrado recientemente que la ciudad estadounidense cae 0,010 y 0,020 centímetros hacia el mar cada año. Esto, combinado con la subida del nivel del mar y la intensificación de las tormentas, podría aumentar el riesgo de inundaciones devastadoras.

Aunque "la mayoría de los titulares dicen que los rascacielos son el problema, en realidad no lo son", afirma Tom Parsons, del Servicio Geológico de Estados Unidos, que dirigió el nuevo estudio.

Aunque algunas partes de la ciudad están construidas sobre terrenos artificiales (rellenando el agua con sedimentos), la mayoría de los rascacielos más pesados de la Gran Manzana están edificados sobre un sólido lecho rocoso; el lento hundimiento de la ciudad tiene mucho más que ver con la geología que con la construcción. Parsons añade que, aparte del hundimiento, en Nueva York el mar sube más deprisa de lo que baja la tierra.

"Sin la subida del nivel del mar, el problema no sería tan grave", afirma.

Sin embargo, éste no es el caso de muchas otras ciudades del mundo. Desde Yakarta (Indonesia) hasta Nueva Orleans (Estados Unidos), muchas ciudades se hunden mucho más rápido de lo que suben las mareas para tragárselas, y he aquí por qué.

Cada año, el nivel medio del mar en el mundo sube aproximadamente 0,2 centímetros. Pero en algunas zonas de Yakarta, la subida anual relativa del nivel del mar puede acercarse a los 25 centímetros. Esto se debe a que las mareas no sólo suben. La ciudad se hunde.

"Hay que sumar estos dos efectos", explica Pietro Teatini, ingeniero civil de la Universidad de Padua (Italia) y presidente de la Iniciativa Internacional de la UNESCO sobre el Hundimiento de la Tierra. "Esto es lo que la gente llama subida relativa del nivel del mar: es decir la subida del nivel del mar sumando el hundimiento del terreno".

El hundimiento del terreno se produce cuando la actividad humana o las fuerzas naturales hacen que partes de la superficie de la Tierra desciendan. Puede causar problemas tanto en el interior como en las costas. Y aunque el hundimiento tiene muchas causas (incluidas actividades humanas como el bombeo de aguas subterráneas y la construcción de ciudades sobre sedimentos blandos), no suele ser un resultado directo del cambio climático.

Gracias a una tormenta perfecta de factores humanos y desafortunada geografía, Yakarta es una de las ciudades del mundo que más rápido se hunde. Con más del 40% de la ciudad por debajo del nivel del mar y la posibilidad de que las tormentas se intensifiquen debido al cambio climático, las inundaciones en Yakarta se han vuelto tan frecuentes y graves que el Gobierno indonesio planea trasladar su capital a una isla completamente diferente.

La gente necesita agua. Pero cuando las ciudades recurren a los acuíferos subterráneos, pueden crear sin querer enormes problemas de hundimiento. "Puedo afirmar sin ninguna duda que [el bombeo de aguas subterráneas] es la principal causa de hundimiento del terreno en todo el mundo. Sin duda, la que más afecta a las ciudades", afirma Teatini.

Las rocas y sedimentos de ciertos acuíferos subterráneos actúan como esponjas, llenas de espacios vacíos llamados poros que se llenan de agua. Si se elimina el agua, los poros pueden aplastarse o encogerse bajo el peso de la tierra suprayacente. Por eso el bombeo de agua subterránea puede hacer que el suelo se compacte.

En algunas zonas de Ciudad de México, los científicos afirman que la extracción de agua subterránea está causando hasta 35 centímetros de hundimiento cada año.

"La población creció y tienen demanda de agua. Así que extraen el agua del acuífero", explica el geofísico Shimon Wdowinski, de la Universidad Internacional de Florida (Estados Unidos). "Y la superficie responde hundiéndose".

En el último siglo, la capital mexicana se ha hundido unos 10 metros, deformando edificios e interrumpiendo infraestructuras. La extracción de agua subterránea es en gran parte culpable, pero la inusual geografía de la ciudad también contribuye. Gran parte de México D.F. se construyó sobre un lago relleno, y el antiguo lecho del lago es blando, está anegado y se aplasta con facilidad.

Los poros de las rocas también pueden estar llenos de hidrocarburos, como petróleo o gas natural. La extracción de estos recursos también puede provocar hundimientos, añade Teatini, como ha ocurrido en los Países Bajos y en los alrededores de Rávena (Italia).

El desarrollo en el nivel del suelo o cerca de él también puede provocar hundimientos.

En algunas zonas de los Países Bajos, por ejemplo, la tierra se hunde entre 0,38 y 0,50 centímetros al año. El geólogo Gilles Erkens, de la Universidad de Utrecht y Deltares, una institución de investigación sin ánimo de lucro, afirma que esto se debe en gran parte a la intervención humana en los humedales.

Drenar los humedales para ganar tierras de cultivo puede provocar la desaparición del suelo. Cuando los humedales se secan, el oxígeno del aire penetra en el suelo y los microbios que respiran oxígeno empiezan a triturar la turba y convertirla en dióxido de carbono para obtener energía. Esto encoge y debilita el suelo, provocando su hundimiento.

Aunque se trata sobre todo de un problema rural, algunas ciudades neerlandesas como Gouda están construidas sobre suelos de turba, explica Erkens. Como la turba se compacta fácilmente, añade, es "susceptible de hundirse debido a la carga. Eso ocurre en las ciudades".

Construir ciudades pesadas sobre sedimentos esponjosos no es sólo un problema de las turberas. Muchas grandes ciudades, desde Shangái (China) a Yakarta o El Cairo (Egipto), se asientan sobre deltas fluviales, llanuras a menudo fértiles situadas en las desembocaduras de los ríos que, como las turberas, son esponjosas por naturaleza.

Los sedimentos de los deltas se comprimen naturalmente por su propio peso con el paso del tiempo, pero las crecidas periódicas de los ríos suelen compensarlo aportando sedimentos frescos. Las ciudades suelen confinar sus ríos en diques para evitar inundaciones, lo que impide que nuevos sedimentos lleguen al delta. Represar los ríos aguas arriba también puede detener la llegada de sedimentos, lo que provoca hundimientos e inundaciones.

"Un delta sólo es un delta si recibe suficientes sedimentos del interior... si el nivel del mar no sube demasiado y la tierra no se hunde demasiado", explica Erkens. "Esos factores (los tres) constituyen actualmente un peligro para muchos deltas y en todo el mundo".

La superficie de la Tierra cambia constantemente: los sedimentos se compactan de forma natural, el suelo se deforma y las placas tectónicas se abren y chocan. De hecho, el hundimiento del horizonte de Nueva York tiene sus raíces en la Edad de Hielo, no en la construcción moderna.

"En la última Edad de Hielo había una enorme y pesada capa de hielo que presionaba el centro del continente", explica Parsons. Igual que los lados de un colchón de aire se inflan cuando alguien se tumba en el centro, este peso glaciar adicional en el centro de Norteamérica hizo que sus costas se levantaran.

"Luego, cuando el hielo se derritió, todo ese proceso se invirtió", añade Parsons. "Eso es lo que nos está dando dos milímetros al año [de hundimiento] en toda la costa oriental, incluso en Nueva York".

Gracias a este rebote postglaciar, el terreno bajo la ciudad de Nueva York seguiría hundiéndose prácticamente al mismo ritmo aunque se desmontara y se llevara por delante cada uno de los millones de edificios de la metrópoli.

Aunque las fuerzas geológicas modifican drásticamente la superficie de la Tierra durante largos periodos, la actividad humana es casi siempre la principal causa de hundimientos graves, subraya Teatini. Incluso en lugares como Nueva York, donde el hundimiento es menor y escapa casi siempre al control humano, los pequeños desniveles se acumulan, sobre todo cuando se combinan con la aceleración del aumento del nivel del mar debido al cambio climático.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

más popular

    ver más

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved