
Esta polilla Acraga coa se distribuye principalmente por Centroamérica. Estas polillas atraviesan una transformación espectacular: desde larvas traslúcidas cubiertas de una baba protectora a voladoras peludas de vivos colores.
Fotografía de Mark Moffett, Minden Pictures, National Geographic CreativeLarvas de Acharia ophelians descansando sobre una hoja.
Fotografía de Darlyne A. Murawsk, National Geographic CreativeUna Argema mimosae, que forma parte de la familia de los satúrnidos. La especie no tiene piezas bucales, de forma que durante su corta vida adulta tiene un único propósito: aparearse.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo ArkLa polilla Luna, Actias luna, despliega sus ocelos defensivos. La larga cola de la polilla confunde el sónar de su mayor enemigo: el murciélago.
Fotografía de Amy White & Al Petteway, National Geographic CreativeUn gusano de seda Bombyx mori en las primeras etapas de tejer un capullo. Hacen falta entre 2.500 y 3.000 capullos de gusano de seda para elaborar menos de un metro de seda.
Fotografía de Cary Wolinsky, National Geographic CreativeLa polilla Atlas (Attacus atlas) es autóctona del Sudeste Asiático, China meridional y la India. Esta gigante entre las polillas tiene una envergadura de entre 25 y 30 centímetros.
Fotografía de Tim Lamán, National Geographic CreativeLos coloridos y espinosos adornos que sobresalen en la espalda de esta oruga de polilla de cecropia (Hyalophora cecropia) no son solo de adorno. Es probable que los bultos —llamados tubérculos— sean una defensa frente a los depredadores.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo ArkTras emerger de su capullo (izquierda), esta polilla de cecropia hembra (Hyalophora cecropia) descansa para secarse las alas antes de emprender el vuelo. Con una envergadura de hasta 15 centímetros, la cecropia es la mayor polilla autóctona de Norteamérica.
Fotografía de Darlyne A. Murawski, National Geographic CreativeUna Macaria occiduuaria vuela en el bosque nacional del monte Hood, Oregón. Siendo oruga, la polilla no tiene la serie intermedia de patas, lo que la obliga a moverse lentamente y a formar bucles con su cuerpo.
Fotografía de Michael Durham, Minden Pictures, National Geographic CreativeAntes de tejer su capullo, esta oruga de Syntomeida epilais coloca anillos de pelo para mantener a raya a las hormigas depredadoras.
Fotografía de Mark Moffett, Minden Pictures, National Geographic CreativeUna Ctenucha virginica del lago Cross, Minnesota. Aunque la mayoría de las polillas son nocturnas, esta especie es una de las pocas que vuela de noche y de día.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo ArkEsta oruga de Megalopyge opercularis es irresistiblemente adorable, pero si la acaricias te arrepentirás. Bajo esa cubierta peluda oculta un lecho de espinas rociadas con una toxina que provoca dolor intenso, vómitos y estrés respiratorio.
Fotografía de Mark W. Moffett, National Geographic CreativeEsta oruga de polilla satúrnida Automeris metzli muestra sus pelos punzantes en una exhibición defensiva en el parque nacional de Santa Rosa, Costa Rica.
Fotografía de John Cancalosi, National Geographic CreativeLa oruga de Lophocampa caryae tiene todo un abanico de vivos colores. Advierte a los depredadores de que se mantengan alejados: algunas de estas polillas provocan sarpullidos, mientras que ingerir otras es tóxico.
Fotografía de Christian Ziegler, National Geographic CreativeA diferencia de los coloridos mecanismos de defensa de otras polillas y orugas, esta depende del camuflaje.
Fotografía de Ingo Arndt, Minden Pictures, National Geographic Creative