Las 20 mejores islas del mundo para hacer un viaje de aventuras
Te presentamos las mejores islas del mundo en las que poder vivir una experiencia más allá del turismo de sol y playa.

La remota Rangiroa es el segundo atolón más grande del mundo; toda Tahití, la isla más grande de la Polinesia Francesa, cabría en su interior. Pasea por una desierta playa con sal rosada. O dirígete al área cerca del Paso de Tiputa, un estrecho que es la puerta de entrada del agua cristalina y la distinta fauna salvaje que se adentra en la laguna con las mareas, para disfrutar de la vista de una gran variedad de criaturas marinas incluidos los bancos de tiburones grises.
Adentrate en las aguas de color zafiro que rodean Vava'u (que realmente son 61 islas interconectadas) para disfrutar de una de las mejores experiencias en el agua, ya sea piragüismo, surf o buceo. Aunque se ofrecen baños con ballenas, ándate con ojo: acercarse a estos gigantes de 40 toneladas puede ser peligroso para los humanos y estresante para las ballenas, especialmente las madres con crías recién nacidas.
Aunque hay poco proveedores de turismo de aventuras en las Islas Maldivas, un escarpado archipiélago frente a la costa de atlántica de la Patagonia Argentina, la oficina de turismo local ayuda a los avezados visitantes a contactar con gente local con gustos similares. Puedes probar hacer surf en agua fría, ir en piragua junto a delfines australes y petreles gigantes o navegar hasta los ventosos acantilados para observar a los albatros de ceja negra y los pingüinos saltamontes.
Hay mucho que hacer en torno a Chiloé, una isla en la costa meridonial de Chile. Piragüismo por el archipiélago para ver las históricas iglesias de madera; tomar un agitado viaje en barco para ver marsopas, ballenas y colonias de pingüinos de Humboldt y de Magallanes en Puerto Mott; dar una caminata por los bosques del Parque Nacional de Chiloé. Incluso dormir es una aventura: escucha y siente la cambiante marea mientras pasa la noche en un tradicional palafito de madera.
En un país con más de 7100 islas, la poco concurrida Mindanao tiene mucho que ofrecer. Conoce a los lumad, el pintoresco grupo indígena local, lánzate a por las olas de la costa norte para hacer surf alejado de las multitudes; has un descenso por los agitados rápidos del río Cagayán de Oro y nada hasta el borde de cascadas selváticas como las Cataratas Tinago (en la imagen) en el río Agus.
Cerca de Los Ángeles (California), la fachada de resort turístico oculta las posibilidades aventureras de Isla Catalina. Praderas submarinas llenas de vida, incluidos tiburones azules, marrajos, martillo y blancos. Rema por la costa o dirígete al interior para disfrutar de las vistas aéreas que ofrece un recorrido de tirolinas.
Los paisajes y vida salvaje de Madagascar son a la vez extraños y maravillosos. Haz una caminata por el Parque Nacional de Marojejy (en la imagen) para intentar ver las 11 especies de lemures entre la espesura de un bosque virgen o navega por los serpenteantes bosques de caliza de la Reserva natural integral de Tsingy de Bemaraha. También hay rutas ciclistas en el remoto suroeste, escalada en las paredes de la Montagne des Français [Montaña de los franceses] cerca de Diego Suarez, y safaris en canoa por el río Manobolo que pasan por las riberas flanqueadas por unos acantilados con cuevas que albergan antiguas tumbas vazimbas.
Este pedazo de tierra arenosa a poco más de 24 kilómetros de la costa central de Omán es una verdadera isla desértica. Playas áridas se juntan con pueblos de color beige, mientras que más allá, cabras y camellos mastican arbustos junto a las carreteras interiores. Las tranquilas aguas de las lagunas se contraponen con las costas con unas olas constantes ideales para el surf y con un viento estable y salvaje que permite la práctica del kite-surf a todos los niveles.
En las volcánicas Islas Canarias, frente a la costa del Norte de África se pueden encontrar una gran variedad de microclimas únicos: desde desiertos de arena y paísajes volcánicos que parecen la luna hasta espesos bosques subtropicales e idílicas playas de arena blanca. Aventúrate a dar un paseo por la región de Tejeda (en el interior de la Isla de Gran Canaria) o disfruta de un paseo por la costa para ver ballenas, navegar, surfear o bucear.
La mitad de la diversión de las Islas Feroe -un remoto archipiélago azotado por el viento y dependiente de Dinamarca en el Atlántico Norte- es llegar hasta allí. La otra mitad es navegar hasta las cuevas costeras para darse un chapuzón subterráneo, montar los føroyska rossið (caballor feroeses) a través de las praderas interiores, hacer senderismo por la costa del mar de Dragarnir o por el pintoresco lago Vatnsdalsvatn o alquilar una barca tradicional feroesa para explorar los acantilados costeros repletos de frailecillos.
Los kiwis son unos maestros de la aventura. Dirígete a la Isla Sur y nota como te sube la adrenalina en las áridas tierra del Abel Tasman National Park, lánzate en paracaídas sobre el Lago Wanaka; haz puenting a 134 metros de altura o haz de catapulta humana en el valle de Nevis; después ponte los crampones y haz un paseo sobre hielo para admirar las asombrosas grietas turquesa del glaciar Franz Josef.
Aunque es el hogar de una diversidad étnica y ecológica fascinante, Papúa Nueva Guinea tiene pocas actividades de aventura organizadas. Háztela tú mismo llevando tu tabla de surf y lanzándote a las olas de la septentrional Vanimo. O únete a un pequeño grupo para afrontar la Ruta Kokoda, de casi 100 kilómetros, que recorre una ruta australiana de la de II Guerra Mundial y atraviesa zonas de hierbas altas, ríos rocosos y la jungla sin carreteras de la cordillera Owen Stanley.
Toma un barco y atraviesa la Bahía Falsa, justo en la costa de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), para ver una bandada de pingüinos del Cabo y unos 75 000 lobos marinos congregados en la mayor colonia de este tipo. Pero esto es solo la comida de la atracción principal: la Bahía Falsa es uno de los poco lugares del mundo donde se ha visto a los grandes tiburones blancos saltar fuera del agua para atrapar a su presa.
Solo 60 de las aproximadamente 20 000 islas e islotes de esta región autónoma de Finlandia están habitadas. Alquila una bicicleta y sigue los 190 kilómetros del Camino del Archipiélago de Turku y rueda sobre sus caminos, puentes y ferries para ver las cabañas de madera, los pueblos pesqueros y los áridos paisajes. Los más aventureros pueden hacer su visita en invierno, durante la escasas horas de luz solar para probar el ice-kiting (como el kite-surf pero sobre hielo y nieve), el piragüismo o incluso darse un chapuzón en las aguas heladas.
Experimente la volcánica geología de esta isla caribeña en una escabrosa caminata de unos 24 kilómetros atravesando lechos sulfurosos para alcanzar el Lago Boiling. O explora las aguas cristalinas de Dominica buceando por el delicioso y efervescente Champagne Reef con sus coloridos peces y su pecio español del siglo XVII.
Ponte tus polainas y prepárate para una caminata de altura por el Santubong National Park de Borneo (en la imagen) para buscar los peculiares monos narigudos, después montante en una fueraborda para recorrer los manglares y admirar a los coloridos martines pescadores y los extraños delfines del río Irawadi . Los submarinistas amarán los acantilados marinos de hasta 600 m de Sipadan, y los bancos de barracudas y otras grandes especies de peces que se ven atraídos por ellos.
En medio del Parque Nacional del Lago Malaui, el primer parque nacional de agua dulce del mundo y Patrimonio Mundial de la UNESCO, la isla Mumbo ofrece una de las mejores experiencias de buceo y piragüismo en agua dulce. Desde Mumbu Island Camp, explora sus aguas critalinas plagadas de peces de colores y sus laberínticas formaciones rocosas, o dirígete al interior para dar un paseo entre los árboles baobabs.
Llegar a las Galápafos, a casi 1000 kilómetros del continente, es una aventura en si misma, pero hay operadores que ofrecen que llevan la experiencia al siguiente nivel. Recorre la crater del volcán Sierra Negra en el interior. En Isla Isabela, puedes montar en bici de montaña a lo largo del histórico Muro de las Lágrimas o explorar la escarpada costa en busca de la rapaz más rara del mundo, el halcón de las Galápagos (en la imagen). Haz piragüismo por los pantanos de manglares en Santa Cruz y en San Cristobal, bucea con tortugas marina, tiburones martillo o tiburones oceánicos de puntas blancas.
En Australia sobre la fauna salvaje, pero Tasmania, la pequeña isla estado en el extremo suroriental del país, no se debe hacer de menos. Escucha el crujir de huesos nocturno mientras se alimenta el epónimo marsupial carnívoro, el demonio de Tasmania; desciende por el río Franklin; o apuesta por la Overland Track, una ruta de vario días que atraviesa la Tasmanian Wilderness World Heritage Area [Área Patrimonio Mundial de la Vida Salvaje de Tasmania]. La ruta pasa por el profundo lago Saint Clair, una selva templada y sube la peñascosa montaña Cradle.
Esta isla durmiente la meridional bahía de Phang Nga es archiconocida por sus escarpados acantilados y sus formaciones kársticas que parecen precipitarse al mar. Escalar estas apetitosas paredes require que se alquile un barco o un ajetreado viaje en scooter por caminos de tierra seguido de una caminata por la jungla.
