Estas moscas pueden «respirar» bajo el agua gracias a sus pelos

Un «pulmón externo» permite a estas moscas vivir donde prácticamente ninguna otra criatura es capaz de vivir: el lago Mono, en California.

Por Austa Somvichian-Clausen
Publicado 22 nov 2017, 11:11 CET
Estas moscas pueden «respirar» bajo el agua gracias a sus pelos

El lago Mono, en California, es el hogar de la extraña y peluda mosca alcalina (Ephydra hians). Los investigadores han descubierto que estas moscas son capaces de soportar las aguas alcalinas del lago y que se sumergen en ellas para alimentarse y poner huevos. El pelo de su cuerpo les ayuda a crear una burbuja de aire a su alrededor, que actúa como pulmón externo.

La investigación la llevó a cabo Floris van Breugel, becado por el Comité de Exploración e Investigación de la National Geographic Society y candidato posdoctoral en la Universidad de Washington. La National Geographic Society financió el estudio de van Breugel de las moscas que viven en el lago Mono. Según él, es la misma especie de mosca sobre la que escribió Mark Twain hace unos 150 años en su libro Pasando fatigas, «porque son muy entretenidas de observar», afirma van Breugel.

El gran número de moscas que viven en las orillas del lago es impresionante. Está tan densamente poblado que en un área del tamaño de una postal podría haber más de 2.000 moscas. Van Breugel estima que en pleno verano podría haber 100 millones de moscas alcalinas en el lago Mono.

Sin embargo, cuando miras más de cerca las cosas empiezan a ponerse interesantes. «De hecho, puedes empezar a verlas arrastrándose bajo el agua en pequeñas burbujas de aire», explica.

Resolviendo un misterio

Van Breugel y su equipo se pusieron el objetivo de entender cómo podían sumergirse en el agua las moscas alcalinas del lago Mono, un agua tres veces más salada y mucho más alcalina que el océano. Las únicas criaturas conocidas que habitan el lago durante todo el año son las algas fotosintéticas y una especie de gamba diminuta. El estudio se publicó el 20 de noviembre en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los científicos construyeron un sensor capaz de medir fuerzas diminutas y a continuación sumergieron a las moscas alcalinas en una serie de soluciones diferentes. Se sorprendieron al descubrir que el agua del lago más concentrada facilitaba que las moscas se hundieran, a diferencia de las soluciones con menos contenido de sales y minerales. El culpable resultó ser el carbonato sódico o barrilla. No solo se usa en productos de limpieza, sino que históricamente se ha empleado para preprocesar a las momias en el antiguo Egipto.

El carbonato sódico dificulta que las moscas alcalinas se mantengan secas, ya que el agua se introduce con mayor facilidad en los espacios entre sus pelos. La respuesta evolutiva de las peludas moscas alcalinas es la producción de más pelo: un 36 por ciento más que otras moscas con las que las compararon. Los pelos de las moscas también están cubiertos de una especie de cera, que les ayuda a mantenerse secas. Es como cuando enceras tu coche o tus zapatos, para que repelan el agua.

El panorama completo

Esta adaptación peluda ha llevado a efectos ecológicos globales significativos, según señalan los científicos, ya que el lago Mono sirve como escala para más de 2 millones de aves migratorias cada año. Esto incluye al 85 por ciento de las gaviotas californianas, que anidan en las islas del lago Mono.

Los hallazgos de van Breugel son un ejemplo de cómo un pequeño cambio evolutivo (como el del tamaño de los pelos de una mosca) puede tener un gran impacto en un ecosistema.

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