Por qué los alces necesitan mudar la cornamenta

Un vídeo viral de un alce sacudiéndose la cornamenta plantea la cuestión de por qué los animales necesitan un arnés tan pesado.

Por Jason Bittel
Publicado 9 ene 2023, 16:02 CET
Un alce de Alaska se desprende del terciopelo

Un alce de Alaska se desprende del terciopelo, un tipo de piel vellosa que aporta nutrientes a la cornamenta en crecimiento.

Fotografía de Michio Hoshino, Minden Pictures

¿Por qué perdió el alce su cornamenta?

No se trata de un chiste, sino de una pregunta que se hacen personas de todo el mundo después de que la cámara de un portero automático de Alaska captara el momento exacto en que un alce entraba en escena, se sacudía la cornamenta y, aparentemente asustado por el repentino suceso, huía en la noche.

Los alces son la especie de cérvido más grande del mundo: los machos pueden llegar a medir más de 1,80 metros por encima de los hombros y pesar hasta 815 kilos, con una cornamenta que alcanza los 36 kilos.

"Estar en presencia de alces suele ser un poco arriesgado", dice Landon Magee, biólogo de la Universidad de Montana (Estados Unidos) y miembro de la Nación de los Pies Negros. "Especialmente las hembras alces con sus crías. Pueden ser muy, muy agresivas".

Aunque la gente no suele presenciarlo, la muda de cornamenta, o casting, es un proceso anual normal de los machos de alce, ciervo, uapití o ciervo canadiense y otros miembros de la familia Cervidae, comúnmente llamados cérvidos. La única excepción es el caribú, o reno, en el que a las hembras también les crece y desechan la cornamenta.

"A un toro le crece su primera cornamenta a partir de su primer cumpleaños, en general, y aumenta de tamaño y forma cada año hasta alrededor de los 11, cuando el crecimiento es mínimo", dice Lee Kantar, biólogo de alces del Departamento de Pesca y Vida Silvestre del Interior de Maine.

Analicemos la maravilla biológica que es la cornamenta y descubramos por qué los animales se molestan en hacerla crecer.

(Relacionado: De qué están hechas las astas de los alces)

Cuernos frente a cornamentas

Mucha gente utiliza indistintamente las palabras cuernos y astas, pero en realidad hay una gran diferencia entre ambas.

Los cuernos, que adornan a carneros, cabras, vacas y muchos otros mamíferos, forman parte del propio cráneo y nunca se mudan. Compuestos de queratina, una proteína de nuestro pelo y uñas, los cuernos están muertos y simplemente crecen ligeramente cada año a medida que se añade nuevo material a la base. En algunas especies con cuernos, como los yaks, los orix y los duikers, las hembras también tienen armas craneales.

A diferencia de los cuernos inertes, las astas palpitan de vida e incluso se calientan al tacto mientras crecen.

"Son tejidos muy vascularizados que crecen rápidamente desde principios de primavera hasta casi el final del verano", explica Kantar, que respondió por correo electrónico desde Maine mientras esperaba una tormenta de nieve mientras capturaba crías de alce.

Durante gran parte del año, las astas están cubiertas de una piel vellosa, conocida como terciopelo. Y bajo ese terciopelo hay venas llenas de sangre que transportan calcio, fósforo y otros nutrientes al hueso en crecimiento que hay debajo. Para convertirse en cornamenta, el terciopelo debe morir y ser raspado por el animal, dejando al descubierto el hueso.

El crecimiento de la cornamenta, o antlerogénesis, ostenta un récord Guinness por ser el tejido de crecimiento más rápido entre los mamíferos. Durante el verano, cuando la cornamenta de los alces está en su punto álgido, puede crecer casi un centímetro cada día.

(Relacionado: La enfermedad de los ‘ciervos zombies’ podría mutar y contagiar a humanos)

¿Para qué sirve la cornamenta?  

Aunque muchos confunden la cornamenta con un arma, en realidad es un instrumento de reproducción.

Al competir por una hembra, un alce con cuernos más pequeños puede verse disuadido por un macho con una gran cornamenta. Y no sólo eso, sino que una hembra también puede percibir que un macho con una cornamenta imponente está más en forma físicamente y, por tanto, optar por aparearse con él, dice Kantar.

Sólo cuando se encuentran dos machos del mismo tamaño se enfrentan, colocando sus astas juntas y retorciéndose y empujándose para ver qué animal gana ventaja. Los machos también se cornean mutuamente en el costado o la grupa, causando a veces heridas mortales o debilitando al animal hasta el punto de sucumbir ante un depredador o a los elementos. 

Por eso estos duelos son relativamente raros: tienen un alto coste.

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      En el Parque Nacional y Reserva de Katmai en Alaska (Estados Unidos), un joven oso grizzly pasa por delante de una cornamenta de alce en la orilla del lago Naknek. Para prepararse para el invierno, los grizzlies llegan a comer hasta 13,6 kilos de comida al día.

      Fotografía de Joël Sartore, Nat Geo Image Collection

      ¿Por qué mudan la cornamenta los alces y los ciervos?

      Una vez finalizada la época de reproducción, o celo, los cérvidos macho ya no necesitan la cornamenta. De hecho, sus adornos pueden convertirse en un estorbo.

      Todos los años, los gestores de la fauna salvaje y los biólogos reciben informes de cérvidos cuya cornamenta ha quedado trabada. Los machos en esta lamentable situación suelen morir a causa de las heridas, por inanición o incluso por los ataques de los depredadores.

      Pero las astas también pueden suponer una amenaza por sí solas, sobre todo para los animales que viven cerca de las personas. Ciervos, alces y uapitís se enganchan con frecuencia en ramas o se enredan en vallas, basura o incluso adornos navideños.

      Un hombre rescata a un alce que estaba enganchado en un columpio
      Leif Gisslén estaba paseando en la isla Vindö, en el archipiélago sueco de Estocolmo, la mañana del 6 de diciembre cuando vio que un alce tenía problemas. Según el medio The Local, Gisslén vio que el alce estaba alterado, pero no sabía por qué. Cuando se acercó, vio que el enorme animal —según Gisslén, de más de 200 kilos y con dos años de edad— estaba enredado en un columpio. Temía que el alce no fuera capaz de liberarse y que se hiciera daño, así que le dijo: "Ahora mismo voy a ayudarte". Gisslén volvió con una sierra y tardó unos 20 minutos en liberar al alce. Gisslén contó a The Local que espera que el vídeo persuada a la gente para que quite los columpios cuando no estén en casa.

      La buena noticia para los cérvidos es que sus accesorios para la cabeza son completamente desechables.

      A medida que los días se hacen más cortos, el cuerpo de los cérvidos macho deja de producir tanta testosterona, lo que desencadena una desmineralización en la base de cada cuerno, llamada pedículo.

      "Así que el agarre de los pedículos empieza a aflojarse, y entonces cualquier cosa, desde saltar y aterrizar, o sacudir la cabeza, o meterse en una pelea con otro macho, puede hacer que se desprenda", dice Magee.

      "Y entonces el proceso vuelve a empezar", añade.

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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