Este pájaro sobrevivió a los incendios de Maui, pero podría desaparecer a finales de 2023

El 'akikiki de Hawái o trepador hawaiano es una de las aves más raras del mundo, y sólo quedan unos pocos ejemplares en libertad. "Supongo que todos habrán desaparecido a finales de este año", afirma un biólogo.

Por Sandy Ong
Publicado 30 ago 2023, 12:06 CEST
Un ave akikiki se posa en una rama en un centro de conservación de Maui

Un ave akikiki se posa en una rama en un centro de conservación de Maui, donde los recientes incendios forestales de la isla amenazaron a esta población cautiva. Sólo quedan cinco en libertad, y los científicos esperan que desaparezcan este año.

Fotografía de Eric J. Franke, The Washington Post, Getty Images

Uno de los pájaros más raros del mundo, el 'akikiki (o trepador hawaiano) podría extinguirse en estado salvaje en los próximos meses.

En julio, los científicos anunciaron que sólo quedaban cinco ejemplares en Kauai, donde son nativos de los bosques nubosos de la isla.

"Supongo que todos habrán desaparecido a finales de año", afirma Justin Hite, biólogo de campo del Proyecto de Recuperación de las Aves del Bosque de Kauai, que dirigió el estudio: "Esta temporada ha sido realmente catastrófica".

Los mortíferos incendios forestales que asolaron Maui a principios de mes estuvieron a punto de acelerar la desaparición de las aves cuando las llamas las llegaron a sólo 45 metros de un recinto. La Alianza para la Vida Silvestre del Zoo de San Diego (SDZWA, por sus sigles en inglés) gestiona dos centros de conservación de aves amenazadas: uno en la Gran Isla y otro en Maui, que albergan 17 y 34 'akikikis, respectivamente.

Gracias al personal del centro, este último escapó, pero este tipo de situaciones pueden ser cada vez más frecuentes. Los incendios de Maui se debieron en parte a una prolongada sequía, una situación medioambiental agravada por el cambio climático.

Y aunque los incendios no amenazaron directamente a la población de 'akikiki salvajes de Kauai, sirvieron como "llamada de atención de que los cambios se están produciendo rápidamente. Nuestro nivel de urgencia tiene que estar en el nivel 10", dice Greg Vicino, vicepresidente de cuidado de la fauna salvaje de la SDZWA.

En cuanto a los pájaros cantores, el 'akikiki blanco grisáceo es uno de sus miembros más modestos.

"No son los más espectaculares", admite el ecólogo aviar Eben Paxton, del Centro de Investigación de Ecosistemas de las Islas del Pacífico del Servicio Geológico de EE. UU. (USGS, por sus siglas en inglés). "Pero lo que les falta en colores, lo compensan en cuanto a personalidad".

Estos pájaros, pequeños y enérgicos seres de unos 10 centímetros de largo y el peso de dos o tres uvas, suelen describirse como acrobáticos, juguetones y curiosos.

Los meleros hawaianos como el 'akikiki descienden de pinzones que llegaron al archipiélago hace más de cinco millones de años y se diversificaron, desarrollando nuevas formas de pico que les ayudaron a alimentarse de la flora local. Pero se trata de un grupo cada vez más reducido: de las 55 especies que se calcula que evolucionaron, hoy sólo quedan 17. Seis de ellas, incluida la 'akikiki, están en peligro crítico de extinción.

"Trabajar en Hawái es el sueño de cualquier investigador de aves", dice Paxton. "Pero a veces es como estar en las trincheras, en primera línea de la batalla por la conservación".

Hawái tiene el dudoso honor de ser la "capital mundial de las especies amenazadas". Alberga una proporción desorbitada, el 25%, de la fauna amenazada de EE.UU., a pesar de que sólo ocupa el 0,25% de su masa continental.

"Las especies insulares suelen tener distribuciones y poblaciones más reducidas", explica Stuart Butchart, científico jefe de BirdLife International. "Esto las hace intrínsecamente más vulnerables a sucesos aleatorios como huracanes o erupciones volcánicas".

Pero la mayor amenaza para las aves que viven en islas oceánicas remotas, según un informe publicado por su organización en 2022, procede de las especies exóticas invasoras, que afectan a más del 69% de esas aves, frente a sólo el 18% de sus homólogas continentales.

(Relacionado: Diez especies que sufren especialmente el cambio climático)

El gigantesco problema de los mosquitos

Para los 'akikiki, la primera señal de su muerte vino en forma de mosquitos no autóctonos (traídos por los balleneros a Hawái en 1826). Para entonces, la mayoría de los meleros habían perdido su resistencia a las enfermedades transmitidas por mosquitos, como la malaria aviar, por lo que sus poblaciones disminuyeron rápidamente con la llegada de los insectos, explica Chris Farmer, director del programa de Hawái del American Bird Conservatory (ABC).

Como los mosquitos y los parásitos que albergan sólo prosperan en temperaturas cálidas, las aves huyeron a la meseta Alakai, a 1500 m de altitud, situada en el corazón de la isla y conocida como el último reducto de los 'akikikis. Forma parte de un antiguo volcán que flanquea uno de los lugares más húmedos de la Tierra. Este movimiento funcionó temporalmente, hasta que se produjo el cambio climático. El aumento de las temperaturas permitió a los insectos subir a las montañas e invadir el último refugio de las aves.

Hoy, la malaria aviar es "la amenaza existencial" para los 'akikiki, dice Farmer.

Hite, del Proyecto de Recuperación de las Aves del Bosque de Kauai, ha pasado la mayor parte de la última década en lo alto de las escarpadas montañas de Kauai estudiando a los akikikis y recogiendo aves y huevos para ponerlos a salvo en santuarios. La primera vez que notó la presencia de mosquitos en los campamentos del equipo fue en 2020, coincidiendo con la caída en picado del número de 'akikikis.

"Los mosquitos son el problema gigantesco que lo está provocando todo", dice Hite.

Todo lo demás (desde los ungulados exóticos que desentierran el sotobosque y cambian el hábitat forestal de las aves hasta los hongos invasores que destruyen las ohias autóctonas en las que viven) está "muy, muy, muy abajo en la lista" de amenazas.

En 2018, el equipo de Hite observó 27 parejas reproductoras en Alakai. Esta cifra se redujo a 13 en 2020, seguida de un precipitado descenso a solo dos parejas un año después. 

Aunque los conservacionistas llevaban tiempo prediciendo la desaparición de estas aves en libertad, no esperaban que ocurriera tan pronto.

"Es realmente chocante lo rápido que ha sido el cambio para toda la comunidad", dice Paxton. "Es un hito muy triste para la conservación".

(Relacionado: 26 especies animales que el ser humano está llevando al límite)

¿Se pueden salvar las aves?

Evitar que los 'akikiki desaparezcan por completo es territorio desconocido. "Estamos escribiendo el libro de instrucciones junto con nuestros socios a medida que va sucediendo", dice Vicinio.

Por su parte, el equipo de Vicino se esfuerza por proporcionar "un refugio seguro a las aves mientras su entorno se desmorona".

Para ello, los dos recintos hawaianos de los pájaros reproducen fielmente el hábitat natural de los 'akikikis: colocan en los recintos materiales para construir nidos, como líquenes, ramitas y telarañas; pulverizan niebla para imitar los patrones de lluvia de Kauai; y crían in situ los insectos favoritos de los pájaros. También intentan preservar el comportamiento natural de las aves soltando insectos a horas aleatorias y fomentando la búsqueda de comida, así como permitiendo a las hembras elegir a su pareja.

Pero es una medida provisional. "No creo que nadie quiera que ésta sea una población permanente en un zoo", dice Farmer. "Queremos que esto sea un arca, algo que pueda retener a las aves mientras conseguimos su hábitat adecuado para liberarlas de nuevo en la naturaleza".

Por eso ha liderado el proyecto "Aves, no mosquitos", una especie de programa de "control de natalidad" de insectos. El plan consiste en hacer estériles a los mosquitos macho con la bacteria Wolbachia antes de liberarlos en la naturaleza, suprimiendo así la población y reduciendo la malaria aviar.

Durante el verano, ABC y sus socios realizaron una suelta de mosquitos a pequeña escala en Maui Oriental; esperan probar el programa en Kauai con unos cuantos miles de insectos en noviembre, a menos que un pleito en curso impida el progreso.

Un canario en una mina de carbón

Aun así, se tardará varios años en eliminar los mosquitos de las islas, si es que se consigue. "No es una bala de plata, también necesitamos otras herramientas", afirma Paxton.

Para ello, su equipo del USGS está estudiando cómo algunos meleros, como el 'amakihi hawaiano, han desarrollado inmunidad a la malaria aviar.

"Intentamos buscar genes y microbios intestinales asociados a su mayor supervivencia, y a partir de ahí poder desarrollar vacunas o probióticos", explica Paxton.

Sus esfuerzos de conservación, junto con otras medidas, se vieron reforzados el pasado mes de mayo con una inyección de 16 millones de dólares (unos 14 millones de euros) en fondos federales a través de la Iniciativa Clave para la Conservación de las Aves Forestales de Hawái.

"Aunque sea demasiado tarde para el 'akikiki en estado salvaje, hay otras especies a las que puede ayudar: es para toda la comunidad de aves forestales", dice Paxton. "El 'akikiki puede ser un canario en la mina de carbón. A veces hace falta una crisis para que todos se unan".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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