¿Cómo se forman los volcanes y qué necesitas saber sobre ellos?

Estos picos ardientes han expulsado roca fundida, ceniza caliente y gas desde que la Tierra se formó hace miles de millones de años.

Por Maya Wei-Haas
El volcán de Cumbre Vieja en erupción en La Palma, Islas Canarias.

El volcán de Cumbre Vieja en erupción en La Palma, Islas Canarias. 

Fotografía de César Hernández Regal, CSIC

Este artículo se publicó originalmente el 5 de septiembre de 2010 y ha sido actualizado el 15 de noviembre de 2023.

Volcanes 101

Los volcanes son los arquitectos geológicos de la Tierra. Han creado más del 80 % de la superficie de nuestro planeta, sentando las bases que han permitido que la vida prospere. Su fuerza explosiva crea montañas y cráteres. Los ríos de lava se extienden en paisajes sombríos, pero con el paso del tiempo, los elementos descomponen estas rocas volcánicas, liberando los nutrientes de sus prisiones pétreas y conformando suelos extraordinariamente fértiles que han permitido el florecimiento de las civilizaciones. 

Hay volcanes en todos los continentes, incluso en la Antártida. En la actualidad se considera que hay unos 1500 volcanes potencialmente activos en todo el mundo; 161 de ellos -más del 10 %- se encuentran dentro de los límites de Estados Unidos.

Constantemente el mundo vive episodios volcánicos que condicionan la vida de las personas que viven cerca de estas montañas de fuego. Así lo atestiguan los habitantes de La Palma con la erupción del Cumbre Vieja a finales de 2021 o los islandeses, que habitan una isla volcánica muy activa que en agosto de 2022 han visto como entraba en erupción un volcán cerca de la capital, Reikiavik. El caso de Islandia es especial ya que puede ser una de las zonas volcánicas más estudiadas y dónde los investigadores sacan información para desentrañar los misterios que rodean a estos fenómenos de la naturaleza.

Sin embargo, cada volcán es diferente. Algunos estallan en erupciones explosivas, como la del Monte Pinatubo en 1991, y otros eructan ríos de lava en la llamada erupción efusiva, como la actividad del volcán Kilauea de Hawái en 2018. Estas diferencias se deben a la química que impulsa la actividad fundida. Las erupciones efusivas son más comunes cuando el magma es menos viscoso, lo que permite que el gas se escape y el magma fluya por las laderas del volcán. Las erupciones explosivas, sin embargo, se producen cuando la roca fundida viscosa atrapa los gases, aumentando la presión hasta que se libera violentamente. 

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    ¿Cómo se forman los volcanes? 

    La mayoría de los volcanes del mundo se forman a lo largo de los límites de las placas tectónicas de la Tierra, enormes extensiones de la litosfera de nuestro planeta que se desplazan continuamente, chocando unas con otras. Cuando las placas tectónicas chocan, una de ellas suele hundirse bajo la otra en lo que se conoce como zona de subducción. 

    A medida que la masa terrestre que desciende se hunde en las profundidades de la Tierra, las temperaturas y las presiones aumentan, liberando agua de las rocas. El agua reduce ligeramente el punto de fusión de la roca suprayacente, formando un magma que puede abrirse camino hacia la superficie: la chispa de la vida que despierta a un volcán dormido.

    No obstante, no todos los volcanes están relacionados con la subducción. Otra manera de formar volcanes se denomina vulcanismo de punto caliente. En este caso, una zona de actividad magmática -o punto caliente- en medio de una placa tectónica puede empujar hacia arriba la corteza para formar un volcán. Aunque se cree que el punto caliente en sí mismo está prácticamente inmóvil, las placas tectónicas continúan su lenta marcha, trazando una línea de volcanes o islas en la superficie. Se cree que este mecanismo ha originado la cadena volcánica de Hawái. 

    Vídeos de la erupción del volcán de La Palma a vista de pájaro

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    El delta de lava de La Palma
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    El delta de lava a vista de dron
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    La destrucción de dos semanas de lava constante
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    Imágenes de la lava del volcán de La Palma vistas desde el mar
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    Campos y casas quemadas y enterradas bajo la lava
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    ¿Dónde están todos estos volcanes? 

    Alrededor del 75 % de los volcanes activos del mundo se sitúa en torno al cinturón de fuego, una zona de 40 233 kilómetros de largo en forma de herradura que se extiende desde el extremo sur de Sudamérica a través de la costa oeste de Norteamérica, pasando por el mar de Bering hasta Japón y llegando a Nueva Zelanda. 

    En esta región, los bordes de las placas del Pacífico y de Nazca chocan con un conjunto de otras placas tectónicas. Sin embargo, es importante señalar que los volcanes del cinturón no están conectados geológicamente. En otras palabras, una erupción volcánica en Indonesia no está relacionada con una en Alaska, y no podría agitar el tristemente célebre supervolcán de Yellowstone

    (Relacionado: ¿Cuáles han sido los efectos de la erupción del volcán de Tonga en España?)

    ¿Cuáles son algunos de los peligros de un volcán? 

    Las erupciones volcánicas conllevan muchos peligros además de las corrientes de lava. Es importante prestar atención a los consejos de las autoridades locales durante las erupciones activas y evacuar las regiones cuando sea necesario. 

    Un peligro particular son los flujos piroclásticos, avalanchas de rocas calientes, cenizas y gases tóxicos que bajan por las laderas a velocidades de hasta 724 kilómetros por hora. Un suceso de este tipo fue el responsable de la desaparición de los habitantes de Pompeya y Herculano tras la erupción del Vesubio en el año 79 d.C

    Del mismo modo, los flujos de lodo volcánico llamados lahares pueden ser muy destructivos. Estas rápidas olas de lodo y escombros pueden descender por los flancos de un volcán y sepultar ciudades enteras. 

    La ceniza es otro peligro volcánico. A diferencia de los suaves y esponjosos trozos de madera carbonizada que quedan después de una hoguera, la ceniza volcánica está formada por fragmentos afilados de rocas y vidrio volcánico de menos de dos milímetros de diámetro. La ceniza se forma cuando los gases del magma ascendente se expanden, rompiendo las rocas que se enfrían al salir de la boca del volcán. No solo es peligroso inhalarla, sino que es pesada y se acumula rápidamente. La ceniza volcánica puede colapsar estructuras débiles, causar cortes de energía y resulta un desafío quitarla con una pala después de la erupción. 

    (Relacionado: Medidas de seguridad en caso de erupción volcánica

    ¿Podemos predecir las erupciones volcánicas? 

    Los volcanes avisan de que están a punto de entrar en erupción, por lo que es fundamental que los científicos vigilen de cerca los que se encuentran cerca de grandes núcleos de población. Las señales de advertencia incluyen pequeños terremotos, hinchazón o abultamiento de las laderas del volcán y aumento de la emisión de gases de sus respiraderos. Ninguna de estas señales significa necesariamente que una erupción sea inminente, pero pueden ayudar a los científicos a evaluar el estado del volcán cuando el magma se está acumulando. La vigilancia constante es esencial para poder evitar pérdidas de vidas humanas como consecuencia de las erupciones volcánicas, como se vivió en La Palma en 2021.

    Sin embargo, es imposible saber con exactitud cuándo entrará en erupción un volcán, o incluso si lo hará. Los volcanes no tienen un horario como el de un tren, lo que significa que es imposible que uno de ellos lleve "retraso" para entrar en erupción, independientemente de lo que digan los titulares de las noticias. 

    ¿Cuál es la mayor erupción de la historia? 

    La erupción más mortífera de la historia fue la explosión del monte Tabora, en Indonesia, en 1815. La explosión fue una de las más potentes jamás documentadas y creó una caldera -esencialmente un cráter- de 6,4 kilómetros de ancho y más de 1066 metros de profundidad. Un penacho sobrecalentado de ceniza y gas caliente se disparó 45 kilómetros hacia el cielo, produciendo numerosos flujos piroclásticos cuando se derrumbó. 

    La erupción y sus peligros inmediatos mataron a unas 10 000 personas, pero ese no fue su único impacto. Las cenizas volcánicas y los gases inyectados en la atmósfera oscurecieron el sol y aumentaron la reflectividad de la Tierra, enfriando su superficie y provocando lo que se conoce como el año sin verano. El hambre y las enfermedades mataron a unas 82 000 personas más, y las sombrías condiciones se atribuyen a menudo como inspiración para los cuentos de terror góticos, como Frankenstein de Mary Shelley. 

    Aunque se han producido varias erupciones grandes en la historia documentada, las erupciones volcánicas actuales no son más frecuentes que las de hace una década o incluso un siglo. Al menos una docena de volcanes entran en erupción un día cualquiera. A medida que aumenta la capacidad de vigilancia de las erupciones volcánicas -y el interés por ellas-, la cobertura de la actividad aparece con más frecuencia en las noticias y en las redes sociales. Según escribe Erik Klemetti, profesor asociado de geociencias de la Universidad de Denison, en The Washington Post: "El mundo no es más activo desde el punto de vista volcánico, simplemente somos más conscientes de que lo es". 

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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