Diez especies que sufren especialmente el cambio climático

El cambio climático ha tenido consecuencias inesperadas para algunos animales que están luchando por su supervivencia. En España, especies como el lince ibérico, el oso pardo o el quebrantahuesos podrían verse especialmente afectadas.

Por Christine Dell'Amore
Oso polar, Canadá
Un oso polar permanece sobre una plataforma de hielo en Manitoba, Canadá, en el año 2012. Para estos animales este tipo de formaciones heladas son fundamentales, y se están reduciendo cada vez más.
Fotografía de Paul Souders, Corbis

El cambio climático está causando verdaderos estragos en el entorno natural, pero algunas especies de animales y plantas lo están sufriendo especialmente. Según el informe intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (IPCC), muchas formas de vida están migrando hacia el norte o a hacia aguas más profundas, donde puedan recuperar los hábitats perdidos. También están viéndose obligadas a cambiar sus comportamientos. Por ejemplo, muchas aves están anidando, criando, y migrando antes de tiempo debido al adelanto de la primavera.

La investigación también menciona a los ganadores de esta transformación, ya que también existen especies adaptables que están creciendo, entre ellas muchas malezas y plagas, así como especies sensibles al frío, como la pitón birmana, que se está extendiendo en Florida, según dijo Peter Alpert, director del programa de Biología Ambiental en la Fundación de Nacional de Ciencia de Estados Unidos, en Arlington, Virginia.

"La Península Ibérica será una de las regiones más afectadas por el cambio climático y sufrirá contracciones de las distribuciones de muchas especies o desplazamientos hacia el norte o hacia altitudes más elevadas", indicó a Ecologistas en Acción Miguel Araújo, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 

"Los perdedores", dijo Alpert, "probablemente serán las especies que están altamente especializadas en lo que comen o en el lugar donde viven, especialmente aquellos cuyos hábitats van a desaparecer completamente". Pueden verse afectadas especies como los koalas, que dependen principalmente del eucalipto para la supervivencia, u otros animales que dependen en exclusiva de un entorno altamente especializado y no tendrán posibilidades migratorias.

"Hemos de tener la esperanza de que puedan cambiar lo suficientemente rápido como para mantenerse al día con el entorno", dijo. "Las especies han experimentado cambios como este en el pasado, pero probablemente este sea el más drástico por el momento." 

Bob Scholes y Hans-Otto Pörtner, autores del IPCC que contribuyeron a las partes sobre los ecosistemas del informe, acordaron en una declaración conjunta para National Geographic, que el cambio climático causado por el hombre actual está ocurriendo mucho más rápido que los acaecidos en el pasado.

COP25: Entrevista a Hans-Otto Pörtner, copresidente del Grupo II del IPCC
Entrevistamos en la COP25 al copresidente del Grupo II del IPCC, creado en 1988 para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta.

Scholes, un ecólogo de sistemas en el Consejo Científico de Investigación Industrial (CSIR, por sus siglas en inglés) en Pretoria, Sudáfrica, y Pörtner, fisiólogo animal y biólogo marino en el Instituto Alfred Wegener en Bremerhaven, Alemania, destacan siete especies que ya están en decadencia debido al cambio climático:

Pez Lija (Oxymonacanthus longirostris). Este pez se encuentra en hábitats de arrecife de coral, del cual depende enormemente y este, a su vez está cayendo en parte debido al cambio climático. Además, el pez lija es muy sensible al agua caliente: el animal se extinguió en Japón durante un episodio de subida de temperaturas en el océano en 1988.

• Árbol de la aljaba (Aloe dichotoma). Este árbol es endémico del árido oeste de Sudáfrica y Namibia. En el capítulo 4 del IPCC comentan que "por primera vez, podemos ver como el ritmo del cambio climático puede ser tan importante para la supervivencia de las especies como la magnitud de este, y que los árboles son los más vulnerables al cambio". Una especie bien estudiada, como es el árbol de la aljaba, es incapaz de crecer y dispersarse con la suficiente rapidez para mantenerse al día con un cambio climático así de rápido.

• Oso polar. La historia del gran depredador es de sobra conocida: el hielo marino del Ártico, donde caza, está desapareciendo progresivamente durante el verano. Este vuelve a formarse más tarde en otoño y desaparece de nuevo antes de la primavera.

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    • Pingüino Adelaida: Estas aves antárticas se alimentan principalmente de pequeños crustáceos llamados krill. Estos viven en las capas de hielo, donde encuentran refugio y algas que les sirven como alimento. Pero sus poblaciones están cayendo, lo que significa que los pingüinos tendrán que migrar más lejos para encontrar comida. La inversión energética dedicada a los desplazamientos, hace que estas aves sean menos efectivas a la hora de reproducirse, lo que mermará sus poblaciones.

    • Bacalao de Atlántico Norte. La sobrepesca ha esquilmado las poblaciones de este pez, aunque a pesar de todo suelen recuperarse. Donde más han sufrido ha sido en la costa noreste de Norteamérica, donde las poblaciones no se han recuperado desde la década 1990. "El ecosistema parece haber cambiado y esto puede suponer una influencia del clima debido a cambios en las corrientes oceánicas y al flujo de las aguas árticas frías".

    Acropora cervicornis y el coral en todo el mundo. Su caída imparable está extendiéndose por todo el mundo, lo que hace que no sólo esté amenazado el coral, sino también las especies que dependen de este para vivir.

    EXTINTO: Sapo dorado (Bufo periglenes). Junto con la rana Arlequín de Monteverde (Atelopus varius), el sapo dorado es una de las pocas especies cuya extinción se debe al cambio climático, según Scholes y Pörtner. Visto por última vez en 1989, el sapo dorado vivió en bosques de alta montaña que han desaparecido debido a la sequía y otros efectos del cambio climático. Para su desaparición también han intervenido otros factores, como el hongo de chytrid.

    Las especies más vulnerables en España

    "El cambio climático impactará de lleno en la fauna de vertebrados de la península ibérica hasta el punto de que en torno al 51% de las especies podría requerir de medidas concretas de conservación y adaptación para compensar sus efectos, entre los años 2041 y 2070, un valor que se obtiene con un escenario de cambio climático conservador", afirma Ecologistas en Acción. "El porcentaje sería mucho mayor a finales de siglo y usando como referencia escenarios climáticos más extremos". 

    • El lince ibérico. Este mamífero, endémico de la península ibérica, es la especie de felinos más amenazada del mundo, aunque en los últimos veinte años, el programa de reintroducción de la especie ha multiplicado por nueve el número de linces que habitan entre España y Portugal. "Sin embargo, el aumento de temperatura podría convertir sus criaderos en hostiles y provocar la extinción del lince ibérico en 50 años", afirma la organización. 

    • El oso pardo. El oso pardo ha mantenido históricamente una presencia intermitente en la zona de los Ancares Lucenses de Galicia. Protegida en España desde el año 1973, los siglos de persecución de esta especie, que antiguamente poblaba toda la península, redujeron a Ancares sus poblaciones a mediados del siglo XX. "Las dos poblaciones de oso pardo (Ursus arctos) que actualmente sobreviven en la península - por un lado, la pirenaica y por otro, la cantábrica, con sus dos núcleos oriental y occidental - se verán especialmente afectadas por la completa desaparición de las condiciones climáticas idóneas para su supervivencia".

    • El quebrantahuesos. Con el primer nacimiento en libertad de una cría de quebrantahuesos en marzo de 2020 y 24 quebrantahuesos sobrevolando el ecosistema, el Parque Nacional de los Picos de Europa está recuperando una especie que el hombre extinguió hace casi 70 años, según indica la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.  

    Es necesario un cambio radical

    Tratar de aminorar el ritmo del cambio climático "es fundamental para el futuro de muchas especies", según Scholes y Pörtner. "Para que podamos repoblar muchas especies, no sólo necesitamos reducir radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que tenemos que hacerlo cuanto antes", dijeron los científicos.

    Las soluciones potenciales para el cambio climático incluyen la fabricación de vehículos, casas y edificios más eficientes energéticamente, y aumentar el uso de energías renovables y otras energías alternativas.

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