10 curiosidades en honor al Día Mundial de las Tortugas Marinas

Cada 16 de junio se celebra a uno de los animales más hermosos y a la vez más amenazados del planeta.

Por Redacción National Geographic
Publicado 9 nov 2017, 4:18 CET
Tortuga laúd
Una cría de tortuga laúd fotografiada en la isla Bioko, en Guinea Ecuatorial.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

El día 16 de junio celebramos el Día Mundial de las Tortugas Marinas, un día en el que recordamos las maravillas de uno de los grupos de reptiles más antiguos del planeta y concienciamos al público sobre el estado de conservación de estos animales. Si quieres saber más sobre estos moradores de los océanos, no te pierdas estas 10 curiosidades sobre tortugas marinas que hemos recopilado en National Geographic.

1. Conoce a los quelonioideos

Este es el nombre de la superfamilia en la que se incluyen las tortugas marinas. Hay siete especies de tortugas marinas: la tortuga plana (Natator depressus), la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), la tortuga boba (Caretta caretta), la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), la tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea) y la tortuga bastarda (Lepidochelys kempii).

Pertenecen a uno de los grupos de reptiles más antiguos del mundo, superando a las serpientes, los cocodrilos y los caimanes. Estas criaturas se remontan a la era de los dinosaurios: ¡unos 200 millones de años atrás!

Tortuga verde
Una tortuga verde bebé fotografiada en Xcaret, México
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

2. Caparazones

Se las reconoce fácilmente por sus caparazones cartilaginosos. Esta carcasa las protege de los depredadores, sin embargo, no todos son iguales. La tortuga laúd, por ejemplo, tiene un caparazón flexible.

De hecho, el caparazón de una tortuga forma parte de su esqueleto y se compone de más de 50 huesos, entre los que se incluyen la caja torácica y la columna vertebral.

3. Dieta

Las tortugas marinas no tienen dientes, sino una serie de picos de queratina (el mismo material del que están hechas las uñas) en la parte superior de sus bocas. Su alimentación depende del entorno en el que viven pero todas las tortugas marinas son omnívoras y su dieta puede variar desde algas a calamares, pasando por medusas. Es más, las tortugas parecen preferir alimentos de color rojo, naranja y amarilla.

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    Tortuga carey
    Una tortuga carey enferma fotografiada en el Australia Zoo Wildlife Hospital de Queensland.
    Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

    4. Reproducción

    Las tortugas marinas tienen enormes caparazones que añaden una dificultad física adicional al apareamiento. Estos reptiles de enormes caparazones tienen cloacas, orificios que sirven tanto para la reproducción como para la expulsión de excrementos. El pene del macho emerge de esta cloaca, pasa por debajo del caparazón de la hembra y posteriormente lo mete en la cloaca de ella.

    5. Incubación

    En los meses cálidos, las tortugas hembra acuden a las playas en las que ellas mismas nacieron en busca de un punto de anidación. Usando sus aletas traseras, estos reptiles excavan un nido en la arena y ponen sus huevos, un proceso que puede durar hasta tres horas.

    Pueden llegar a poner 100 huevos, que incuban durante aproximadamente 60 días. Un hecho curioso es que las tortugas laúd emiten sonidos curiosos mientras anidan y algunos de ellos se parecen a los eructos humanos.

    Cría de tortuga laúd
    Una cría de tortuga laúd se pone en riesgo al realizar un peligroso viaje desde su nido hasta el océano. Tampoco llegan a estar seguras una vez han entrado en el océano. Pocas sobreviven hasta la edad adulta.

    6. Los bebés tortuga

    Una vez que los huevos eclosionan, las tortuguitas recorren a duras penas el tramo de arena que las separa del mar. Para guiarse utilizan la luz de la luna o de las estrellas que se refleja sobre el agua.

    Se estima que solamente una de cada 1.000 crías de tortuga marina sobrevive y alcanza la edad adulta.

    Fotogalería: Tortugas marinas

    7. Duras migraciones

    Las tortugas marinas pueden migrar largas distancias. El récord lo ostenta una tortuga laúd hembra que logró nadar 20.900 kilómetros en 647 días, desde Indonesia a la costa oeste de Estados Unidos.

    8. De todos los tamaños

    Las especies de tortugas marinas pueden variar enormemente en lo que se refiere a su tamaño. La más pequeña es la tortuga bastarda, que mide en torno a 70 centímetros de largo y puede llegar a pesar 40 kilogramos. Sin embargo, la tortuga laúd puede llegar a medir 180 centímetros de largo y pesar 500 kilogramos, siendo hasta 10 veces más pesada que su pariente.

    Una tortuga boba fotografiada en el Riverbanks Zoo and Garden en Columbia, Carolina del Sur.
    Una tortuga boba fotografiada en el Riverbanks Zoo and Garden en Columbia, Carolina del Sur.
    Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

    9. Animales longevos

    Las tortugas marinas pueden vivir de 150 a 200 años según su especie.

    Los primeros años de vida de una tortuga marina se denominan en muchas ocasiones «los años perdidos». Eso se debe a que durante el tiempo que transcurre entre que las crías salen de los huevos y vuelven a las aguas poco profundas de la costa para alimentarse estas criaturas son extremadamente difíciles de estudiar. Estos «años perdidos» que pasan en el mar, que pueden ser hasta 20, son todo un misterio para los humanos.

    10. Una familia en peligro

    Tristemente, y pese a todas sus características y adaptaciones, seis de las siete especies de tortugas marinas han sido declaradas en peligro crítico, en peligro o vulnerables según la Lista Roja de la UICN. Para la séptima especie se carecen de datos suficientes para establecer una clasificación.

    Las tortugas marinas se enfrentan a diferentes amenazas como la pesca –cuando se quedan atrapadas en las redes y mueren ahogadas–, la destrucción de su hábitat –el desarrollo costero destruye sus lugares de anidación y la contaminación por el plástico–, la caza furtiva –los cazadores buscan la carne, los caparazones y los huevos de las tortugas, que son una delicatesen en algunas culturas– y el cambio climático –la subida del nivel del mar y la mayor intensidad de las tormentas–.

    Organizaciones como la WWF trabajan por la conservación de las especies de tortugas marinas con iniciativas como la de «Adopta una tortuga». También puedes apadrinar una tortuga para ayudar a la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos, que cuenta con un centro ubicado en el antiguo Golf del Prat del Llobregat.

    Rescate de una Tortuga marina atrapada en una red

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