¿Forman los grandes felinos bolas de pelo?

Los gatos domésticos suelen formar pegajosas bolas de pelo, algo más inusual en sus parientes de mayor tamaño.

Por Liz Langley
Publicado 19 mar 2018, 12:48 CET
León africano
Un león africano se acicala una pata en Botsuana.
Fotografía de Sérgio Pitamitz, Robert Harding Picture Library, National Geographic Creative

A veces resulta difícil decidir cuál de los regalos de tu gato es tu favorito. ¿Es el escarabajo medio comido, el charco de vómito o las bolas de pelo?

Les guste o no, la mayoría de dueños de gatos se enfrentan a las bolas de pelo en algún momento: los gatos domésticos pasan hasta la mitad de sus horas despiertos acicalándose.

Pero ¿ocurre lo mismo con los felinos salvajes?

El acicalamiento: una actividad relajante

Todas las especies de felinos, salvajes o no, tienen bolas de pelo, según nos explica en un email Letitia Fanucchi, experta en conducta animal en la Universidad del Estado de Washington. El acicalamiento no es solo relajante para los gatos domésticos, ya que les mantiene suaves y elegantes. «Necesitan ser sigilosos y pasar desapercibidos para sus presas, y mantenerse limpios ayuda».

Pero hay una pega. «Cuando los felinos se acicalan, su lengua rugosa atrapa mucho pelo y se lo tragan, pero no pueden digerir el pelo». Por eso poco después el felino tose, vomita o defeca la bola de pelo, un comportamiento que se da en todos los felinos, según Fanucchi.

Los felinos salvajes también tienen «cerdas» en la lengua denominadas papilas, que son bastante útiles en la naturaleza. «Una teoría sobre las papilas es que contribuyen a raspar la carne de los huesos y a colocar la carne en la boca», explica Natalia Borrego, investigadora adjunta del Lion Center de la Universidad de Minnesota.

Los gatos domésticos pasan la mayor parte de sus horas despiertos acicalándose, una actividad relajante.
Fotografía de Stephen Álvarez, National Geographic Creative

Pero ella nunca ha observado a un león cautivo o libre expulsar una bola de pelo tosiendo, «aunque fisiológicamente no hay razón por la que no puedan hacerlo», explica en un email.

Las bolas de pelo pueden indicar un problema gastrointestinal subyacente, como la enfermedad inflamatoria intestinal, según Matthew Johnston, profesor adjunto en el hospital veterinario de la Universidad del Estado de Colorado.

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    También resulta posible que algunos alimentos para mascotas comerciales provoquen dichas enfermedades digestivas, aunque es un tema polémico, según Johnston.

    Leones, tigres y pelos

    Sea cual sea la causa, también señala que aunque los felinos de todos los tamaños se acicalan de la misma forma, las bolas de pelo «no son normales en grandes felinos», cautivos o no.

    Los felinos salvajes más pequeños en cautividad, como los servales o los ocelotes suelen tener una dieta como la de los gatos domésticos, mientras que los grandes felinos como los jaguares y los leopardos consumen carne y cadáveres de animales. Esa podría ser la razón de que los felinos pequeños vomiten bolas de pelo de vez en cuando, según Johnston.

    Un serval, un tipo de felino salvaje originario de África.
    Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

    Pero existen unos cuantos casos de grandes felinos cautivos que han sufrido el problema de las bolas de pelo.

    En 2015, los veterinarios del estado de Colorado tuvieron que retirar quirúrgicamente una bola de pelo de 1,8 kilogramos del estómago de Arthur, un león africano en el santuario para animales salvajes de Keenesburg, Colorado. El animal estaba comiendo menos y perdiendo peso.

    Cuando un tigre del centro de rescate y rehabilitación de fauna salvaje en Clearwater, Florida, empezó a mostrar síntomas de pérdida de apetito y aletargamiento, los veterinarios descubrieron que tenía una bola de pelo de casi 2 kilogramos que también retiraron quirúrgicamente, según el Tampa Bay Times.

    Un ocelote salvaje acecha en los bosques de Belice.
    Fotografía de Frans Lanting, National Geographic Creative

    Un comportamiento real

    Los leones emiten un sonido que para algunos podría parecerse al de expulsar una bola de pelo, pero en realidad es un «rugido o vocalización de contacto del león».

    «Leones, tigres, leopardos y jaguares tienen una laringe modificada que incluye un ligamento que les permite rugir y emitir un sonido muy alto y profundo», añade.

    Al fin y al cabo, el rey de los animales nunca permitiría que le viéramos haciendo algo tan indigno como expulsar una bola de pelo.

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