La desconocida historia de la pantera de Florida, un símbolo amado y odiado por igual

Aclamada como un éxito icónico de la conservación, la pantera de Florida, una población específica de 'Puma concolor couguar', tiene una historia compleja y poco conocida.

Por Douglas Main
Publicado 25 abr 2023, 13:21 CEST
Una pantera macho salta sobre un arroyo. Refugio Nacional de Vida Silvestre de la Pantera de ...

Una pantera macho salta sobre un arroyo. Refugio Nacional de Vida Silvestre de la Pantera de Florida, Florida, EE. UU.

Fotografía de Carlton Ward JR.

Una de las obras de arte prehistóricas más importantes de los nativos americanos representa una pantera de Florida. Conocida como el gato de Cayo Marco, esta estatuilla de 15 centímetros de alto tiene cabeza de gato y cuerpo de humano arrodillado.

El arqueólogo Frank Cushing, que dirigió una expedición en 1896 que la desenterró de la turba de Marco Island, al sur de Florida (Estados Unidos), la llamó el "dios puma". Lo elogió por ser "igual en todos los sentidos a cualquier [artefacto] de Egipto o Asiria".

Fue tallado por los calusas o muspas hace entre 500 y 1500 años, con madera dura autóctona, finamente tallada y muy pulida. Cuando la vi en el Museo Histórico de Marco Island, justo antes de que comenzara la pandemia de COVID en marzo de 2020, me quedé realmente asombrada. Fue elaborada con extrema habilidad y reverencia, y deja una impresión duradera.

Esta obra de arte nos recuerda que la historia de la pantera de Florida y su relación con los humanos son complejas y misteriosas. He aquí parte de esa historia.

Antes de la llegada de los europeos, había pumas en la mayor parte de Norteamérica. Con el tiempo, los animales fueron objeto de caza y trampeo generalizados; finalmente, casi fueron eliminados de la mitad oriental de Estados Unidos. Pero una pequeña población de panteras de Florida, un tipo de puma de Norteamérica (Puma concolor couguar), resistía en los pantanos y bosques del suroeste del estado.

Los colonos europeos temían y vilipendiaban mucho a estos felinos, y en general no sabían qué eran exactamente; los primeros relatos se referían a ellos como "tigres", leones y leopardos. Con el tiempo se clasificaron como felinos únicos del Nuevo Mundo y recibieron muchos nombres, como puma, cougars, catamono, pantera, león de montaña y otros. Los naturalistas propusieron que había muchas subespecies diferentes, una opinión que se mantuvo hasta finales del siglo XX. En la actualidad, se considera que todos los pumas y leones de montaña de su área de distribución son de la misma especie.

Betty Osceola, miembro de la tribu india miccosukee de Florida, está sentada en una isla arbórea ancestral de los Everglades. Antaño, las islas arboladas constituían un hábitat importante para la fauna terrestre, incluidas las panteras, así como viviendas y lugares ceremoniales para el pueblo de Osceola. Pero desde que en la década de 1940 se construyó la ruta Tamiami, que atraviesa los Everglades, el flujo de agua se detuvo y la superficie de la isla arbórea se redujo en un 70%, algo que la restauración de los Everglades está intentando cambiar.

Fotografía de Carlton Ward JR.

Los organismos gubernamentales patrocinaban a menudo la caza de estos felinos. En 1887, el estado de Florida ofrecía una recompensa de 5 dólares por cada piel de pantera, el equivalente a más de 150 dólares actuales (unos 136 euros), según una reseña bibliográfica escrita por Jesse Schneider, ecologista histórico y estudiante de doctorado de la Universidad de Miami.

La caza pronto pasó factura, incluso en el último bastión oriental del felino. En la década de 1930, parecía que los animales se habían extinguido, aunque pronto se informó de algunos avistamientos y matanzas cerca del pantano de Big Cypress. Finalmente, en 1958, el estado aprobó una ley que ilegalizaba su caza, y en 1973 quedaron protegidos por la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción.

(Relacionado: ¿Cómo llegó este puma a una isla abandonada?)

Profunda veneración

Las culturas nativas americanas del sudeste y más allá siempre pensaron de forma muy diferente, considerando a los felinos criaturas de gran importancia y poder espiritual.

"Se trata de un animal de extrema importancia", afirma Schneider. "Existe una profunda reverencia por la pantera".

La escritora nativa Betty Mae Jumper, en Leyendas de los Seminoles", cuenta la historia de cómo la pantera fue la primera criatura que caminó sobre la Tierra, siguiendo los deseos del Creador. Los felinos gozaban de poderes y secretos especiales que podían compartir con los demás, y se les concedía un nivel de respeto comparable al que otras tribus otorgaban a las águilas.

Una historia cherokee también otorga a la pantera un carácter heroico, según relata el erudito Ryan Wheeler: "Cuando se creó la Tierra, se aconsejó a los animales y a las plantas que permanecieran despiertos durante siete días; entre los animales, sólo el búho y la pantera y algunos otros fueron capaces de permanecer despiertos, y a éstos se les concedió la capacidad de ver por la noche y [cazar]".

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      Izquierda: Arriba:

      Durante Art Basel Miami 2018, Diana García da los últimos retoques a su mural en honor a la primera pantera hembra de Florida en reclamar su territorio en el norte de los Everglades.

      Derecha: Abajo:

      Rastreada por sus dos cachorros, una pantera hembra camina a grandes zancadas por un sendero boscoso de la Reserva Estatal Babcock Ranch, al este de Fort Myers, Florida. Es la primera pantera hembra documentada al norte del río Caloosahatchee desde 1973.

      fotografías de Carlton Ward JR.

      En las culturas seminola y miccosukee, la pantera da nombre a un clan tribal, el clan de la pantera, al que históricamente han pertenecido los curanderos.

      La pantera también podía desempeñar un papel antagonista. En un cuento, una pantera mata a una mujer embarazada, cuyos gemelos nonatos acaban convirtiéndose en el trueno y el relámpago. Algunos relatos advierten de la existencia de "panteras submarinas", que pueden traer la desgracia y la muerte. Pero al animal siempre se le tiene un sano respeto, y los registros arqueológicos sugieren que no era habitual cazarlo y comérselo.

      Pero hay excepciones. En diciembre de 1983, James Billie, antiguo jefe de los seminoles, cazó una pantera en la reserva de Big Cypress, en el sur de Florida, y se comió parte de ella. "Sabía a ciervo", dijo en una entrevista que le hice en su casa, defendiendo sus actos como culturalmente apropiados. Aunque el Gobierno federal intentó presentar cargos, finalmente el caso se archivó.

      Tras la ilegalización de la caza, nadie sabía realmente si quedaban panteras vivas en Florida, ni siquiera si había pumas al este del Mississippi. Varios estados, entre ellos Florida, contrataron al legendario trampero Roy McBride para ver si encontraba alguno.

      "No había pruebas fehacientes de que quedara alguno en el este de EE.UU., así que me hicieron venir a buscar y yo buscaba en todos los lugares donde creía que tenía posibilidades de encontrar uno", recuerda. "Nunca encontré ninguno hasta que llegué a Florida". Eso fue en 1973, cuando McBride avistó una hembra en Fisheating Creek, al norte de LaBelle.

      La población endogámica fue rescatada gracias a una táctica sin precedentes que supuso la introducción de ocho pumas de Texas (también capturados y transportados por McBride) que fueron liberados para que se reprodujeran con panteras de Florida en la década de 1990 y luego retirados para preservar la pureza genética de la pantera de Florida.

      Hoy quedan unas 200 panteras, una historia increíble de recuperación ecológica, pero que no está asegurada en absoluto. Para sobrevivir, las panteras necesitan expandirse hacia el norte porque no hay suficiente espacio para ellas en el sur de Florida. Para ello, hay que proteger más espacios verdes y hacer más por evitar los atropellos de vehículos y la pérdida de hábitat.

      Mark Lotz es un veterano biólogo del equipo de panteras de la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida.

      Fotografía de Carlton Ward JR.

      Hoy en día, las panteras de Florida vuelven a ser veneradas y celebradas. Son el animal oficial del Estado del Sol y el homónimo de un equipo de hockey de la NHL .

      El gato Marco, que es mitad pantera y mitad humano, sugiere claramente una transformación chamánica, un aspecto de las creencias indígenas en el que las personas (especialmente los chamanes) se convierten en animales, y viceversa, como parte de una ceremonia o búsqueda curativa. Aunque esta experiencia es ajena a la mayoría de la gente, quizá nos invite a ver el mundo a través de los ojos de la pantera.

      El ganadero de Florida Cary Lightsey ha dicho que animales carismáticos como las panteras pueden dar a la gente una razón para preocuparse por la protección de espacios verdes, como los ranchos, necesaria para mantener la salud ecológica y el carácter natural del estado.

      "La pantera de Florida nos ayudará a salvar Florida", afirma.

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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