Seis pueblos europeos para encontrar aventuras épicas este verano

Desde Escocia hasta Suiza y más allá, he aquí dónde hacer senderismo a través de la historia, escalar una montaña y deslizarse por aguas cristalinas.

Por Raphael Kadushin
Publicado 24 jun 2022, 10:01 CEST
Los olivos enmarcan una vista de Vernazza, uno de los cinco pueblos costeros conectados por un ...

Los olivos enmarcan una vista de Vernazza, uno de los cinco pueblos costeros conectados por un sendero que se abraza a los acantilados en el Parque Nacional de Cinque Terre de Italia.

Fotografía de JC Milhet, Hans Lucas, Redux

Ahora que la relajación de las medidas de seguridad para contener la pandemia de la COVID.19 es una realidad en casi todo el planeta, las "tres grandes" de Europa (Londres, París y Roma) se presentan más seductoras que nunca. Pero la mejor manera de evitar las aglomeraciones de turistas es ir más allá de las ciudades, tomar el camino de los campos y los pueblos que a menudo se pasan por alto. 

Eso no significa que te vayas a perder nada. Los pueblos pequeños pueden ser la mejor manera de vislumbrar el alma, la belleza y el sentido de la aventura de un país. Estos seis pueblos europeos captan la emoción de sumergirse en la naturaleza, desde escalar una montaña hasta darse un chapuzón en el mar.

Vernazza, Italia

Lo mejor: Impresionantes vistas de la costa desde tierra y mar.

Con viñedos en terrazas, olivares centenarios y vistas al mar Mediterráneo, la costa italiana de Liguria es un paraíso para los excursionistas. Sin embargo, algunos tramos del sistema de senderos que conectan los cinco pueblos del Parque Nacional de Cinque Terre permanecen cerrados hasta 2024, como consecuencia de los devastadores corrimientos de tierra agravados por el cambio climático.

El pueblo de Vernazza, del siglo XI, sobrevivió a un desprendimiento de tierra en 2011 y a un terremoto en 2012. En la actualidad, Vernazza vuelve a encarnar el encanto mágico de Cinque Terre, con las ruinas de su castillo medieval, sus casas de color pastel con forma de torre y su apartada bahía, que recuerda sus orígenes como puerto defensivo contra los piratas sarracenos.

El tramo del famoso Sendero Azul sigue abierto y es muy popular en los meses de verano. Pero si deseas un poco más de espacio, dirígete al agua. Explorarla en kayak revela una faceta de Vernazza más familiar para el puñado de pescadores que aún traen la pesca del día para los restaurantes locales.

Puedes alquilar kayaks o apuntarte a excursiones guiadas a calas escondidas, cuevas secretas y playas protegidas a las que no se puede llegar a pie. Busca los proveedores locales, que suelen instalarse en la encantadora playa de la ciudad.

Con su apartada playa principal, sus casas en tonos pastel y sus iglesias medievales, Vernazza encarna lo mejor de los pueblos de Cinque Terre en Italia.

Fotografía de JILL SCHNEIDER, Nat Geo Image Collection

Deià, Mallorca, España

Lo mejor: Practicar el ciclismo de montaña en un paraíso natural.

Construido en un afloramiento rocoso entre la imponente Serra de Tramuntana y el brillante Mediterráneo, Deià lleva mucho tiempo atrayendo a los creativos a las Islas Baleares de España.

Hoy en día, la belleza natural del pueblo no sólo inspira a escritores y pintores, sino también a aventureros. Desde esta tranquila aldea, los ciclistas pueden pedalear por una red de senderos a través de esta región montañosa. Las rutas están salpicadas de alojamientos aptos para ciclistas, que ofrecen un descanso y, por supuesto, variados platos para recargar la energía en las salidas más extenuantes.

En la ciudad, los ciclistas (y los excursionistas) pueden afrontar la empinada subida al cementerio donde está enterrado el poeta británico Robert Graves (que descansa allí desde hace décadas). Después de sudar, baja hasta Cala Deià. Considerada la mejor playa de guijarros de Mallorca, las aguas cristalinas de Cala Deià son ideales para dar un respiro a los músculos doloridos con un relajante buceo de superficie.

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    Situada cerca de la Sierra de Tramuntana, la octava de Deià es una base ideal para los ciclistas de montaña.

    Fotografía de Heiner Müller-Elsner, Laif, Redux

    Mürren, Suiza

    Lo mejor: Aventuras alpinas con mucha sangre. 

    En Mürren, la diversión comienza antes de llegar. Este pintoresco pueblo suizo se encuentra en una plataforma montañosa del Oberland bernés tan alta que los viajeros deben llegar a la localidad en teleférico.

    Al igual que muchas ciudades de montaña, Mürren ofrece actividades durante todo el año. Además del esquí alpino en invierno, los valientes escaladores pueden recorrer una vía ferrata (camino de hierro en italiano) de junio a octubre, con o sin guía.

    Esta ruta de escalada protegida, de poco más de un kilómetro y medio de longitud, cuenta con tramos de cuerda floja, un puente colgante e incluso una tirolina que se eleva a más de 91 metros de altura sobre el valle de Lauterbrunnen.

    Aquellos que deseen permanecer en tierra firme pueden encontrar consuelo en una extensa red de rutas de ciclismo y senderismo. Un pequeño ejército de guías de montaña puede ayudar a determinar la mejor ruta para tu nivel de experiencia.

    Una vista de cabañas de madera en la ladera da la bienvenida a los visitantes de Mürren, un pueblo alpino de Suiza con una vía ferrata, o sendero protegido para escalar montañas reforzado con peldaños metálicos.

    Fotografía de Janoka82, iStockphoto, Getty Images

    Sloten, Países Bajos

    Lo mejor: Navegar por vías fluviales pintorescas a través de la historia. 

    Situada en la provincia septentrional de Frisia, Sloten, con su forma de cebolla, es una ciudad de un solo canal conocida por su clásica belleza holandesa, que cuenta con un molino de viento reconstruido de 1847, utilizado en su día para moler maíz.

    Las hileras de casas a dos aguas reflejan la riqueza del pueblo en el siglo XVII, cuando era una importante parada de peaje hacia las ciudades hanseáticas del norte. Un puerto deportivo construido en la década de 1970 aprovecha este legado marítimo. Las excursiones en barco desde aquí pasan por los recuerdos del pasado de Sloten, pero también puedes desplegar las velas de un barco de alquiler para trazar tu propia ruta, o probar el padel surf en el puerto.

    Si prefieres no mojarte, puedes explorar las tierras bajas de Frisia a la manera holandesa por excelencia: en bicicleta. El extenso sistema de senderos para bicicletas de Holanda se extiende en todas las direcciones. Una parada en el pueblo de Makkum, al norte, ofrece cerámicas locales que rivalizan con las de la vecina Delft.

    Un canal bordeado de casas a dos aguas atraviesa Sloten, cuya historia náutica contribuyó a la prosperidad económica del pueblo holandés.

    Fotografía de Nisangha, iStock, Getty Images

    Chipping Campden, Inglaterra, Reino Unido

    Lo mejor: Ir de excursión a un pueblo amante de la diversión en la campiña inglesa. 

    Chipping Campden, en Inglaterra, es posiblemente el pueblo más encantador de los Cotswolds. Los edificios de piedra caliza dorada que datan de los siglos XIV a XVII se alinean en la larga calle principal, resultado de la otrora próspera industria lanera de los Cotswolds. Al anochecer, el pueblo parece brillar, sus casas de color miel parecen iluminadas desde dentro.

    Chipping Campden, cuyo nombre proviene de una palabra inglesa antigua que significa mercado, no es sólo un sueño para los fotógrafos. También sabe lo que es divertirse y jugar. Con la llegada del verano, los habitantes del pueblo participan en los Juegos Olímpicos anuales, una tradición de 410 años que se inspira en los Juegos Olímpicos reales. En lugar de esgrima, los competidores se enfrentan en el tira y afloja. En lugar de gimnasia rítmica, los bailarines de Morris agitan pañuelos y bailan una giga. El punto culminante es un torneo de patadas en las espinillas, una versión de la lucha libre que, afortunadamente, no se ha puesto de moda en ningún otro lugar.

    Más allá de los juegos, esta aldea es el punto de partida del Camino de Cotswold, un sendero nacional que serpentea 164 kilómetros hacia el sur hasta Bath. Por el camino, los excursionistas pasan por baños termales romanos, una cámara funeraria neolítica, románticos castillos en la cima de las colinas y acogedoras casas de campo.

    Los ciclistas pueden recorrer el camino de Costwold, pero hay otras rutas que no requieren tanto tiempo. El mejor es un viaje de 51 kilómetros (unas tres horas) que serpentea a través de la pintoresca Stow-on-the-Wold antes de hacer un bucle de vuelta a Chipping Campden, dejando mucho tiempo para una pinta antes de la cena.

    Los edificios de piedra caliza que datan de los siglos XIV a XVII añaden encanto histórico al pintoresco Chipping Campden, punto de partida de la pintoresca ruta nacional Cotswold Way.

    Fotografía de Realimage, Alamy Stock Photo

    Braemar, Escocia, Reino Unido

    Lo mejor: Hacer senderismo por las Highlands hasta llegar a castillos con historia y bañarse en ríos espumosos. 

    Escondida en lo más profundo de las Highlands, a 100 km de Aberdeen, Braemar es probablemente más conocida por el Castillo de Balmoral, la casa escocesa de la Reina Isabel II, y los Juegos de las Highlands de Braemar, que se celebran anualmente. Tal vez sea menos conocido que Braemar es un lugar de aventura situado en el corazón del Parque Nacional de Cairngorms.

    Abrazado por ríos y bosques de pinos de Caledonia, Braemar está idealmente situado para disfrutar de la exuberante belleza de las Tierras Altas escocesas. No faltan las rutas de senderismo y ciclismo, la observación de la fauna y la posibilidad de bañarse en la naturaleza. Una popular caminata de dos horas sube hasta la confluencia de dos ríos principales, el Dee y su afluente, el Clunie Water, antes de serpentear por bosques de abedules.

    Otros senderos conducen a lugares históricos, como el castillo de Braemar. Construido en 1628, fue objeto de levantamientos jacobitas durante los años 1600 y 1700. Siglos de desgaste han hecho mella en la fortaleza. Un proyecto de restauración de 1,86 millones de euros hace que los habitantes de la zona estén pensando en reabrirlo en 2023.

    Hasta entonces, los excursionistas pueden recorrer otras fortalezas reales, desde las ruinas que quedan del castillo de Kindrochit hasta Balmoral, donde el paseo de tres horas Balmoral Cairns conecta unas 11 estructuras de piedra que marcan momentos significativos en la vida de los miembros de la familia real británica.

    Enclavado en el Parque Nacional de Cairngorms, en Escocia, Braemar permite acceder fácilmente a muchas actividades al aire libre, desde el senderismo hasta el ciclismo y la natación salvaje.

    Fotografía de Iain Masterton, Alamy Stock Photo

    Raphael Kadushin es un periodista gastronómico y de viajes afincado en Wisconsin.
    La editora sénior de National Geographic Travel, Anne Kim-Dannibale, contribuyó a la investigación y redacción de este artículo.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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