Los animales más amenazados de España: 7 mamíferos en peligro de extinción

Siete es el número de mamíferos españoles que en la actualidad ostentan el dudoso honor de figurar en el Inventario Español del Patrimonio Natural y la Biodiversdidad (IEPNB) como especies en peligro de extinción en su estado silvestre.
Lince ibérico (Lynx pardinus).
Fotografía de Programa de Conservación Ex-situ del Lince Ibérico
Por Manuel Moncada Lorén
Publicado 8 may 2018, 13:05 CEST, Actualizado 20 dic 2021, 9:16 CET

Según indica el Catálogo Español de Especies Amenazadas del Inventario Español del Patrimonio Natural y la Biodiversidad (IEPNB), listado elaborado por antes por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) y ahora por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la foca monje del Mediterráneo, la ballena vasca, el visón europeo, el oso pardo, el murciélago patudo, el desmán de los Pirineos y el lince ibérico son los mamíferos españoles más vulnerables. 

Un grupo seriamente amenazado

Según señala el análisis del Libro Rojo de los Mamíferos Terrestres en España (2007), el mayor problema para los vivíparos ibéricos en la actualidad es la pérdida de hábitat: “España se llena de asfalto y hormigón, las carreteras y autopistas se multiplican en los espacios naturales y las áreas rurales se urbanizan a un ritmo desenfrenado”.

Ubicada en la Región de Murcia, la Sierra de Burete figura en la lista de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Fotografía de Creative Commons

El libro señala que “la euforia constructora” y los beneficios “astronómicos” generados por la recalificación del suelo están arrollando los progresos ambientales conseguidos en las décadas de los 80 y los 90.

Sin embargo, gracias al paulatino avance de la conciencia ambiental, la mejora de la gestión y del conocimiento científico, la mayoría de los ungulados cinegéticos han vuelto a repoblar los montes desde hace décadas. Ahora hay más ciervos, jabalíes, corzos, rebecos y cabras monteses que en cualquier momento del siglo XX.

El uso de la caza para el desarrollo sostenible de los ungulados cinegéticos es un hecho "bien conocido y aceptado en la comunidad internacional" ya que contribuye a diversificar las producciones y constituye una "alternativa a los sistemas tradicionales de producción extensiva" en las áreas rurales marginales de montaña, al ofrecer "importantes beneficios" sociales y económicos, asegura el libro.

La foca monje del Mediterráneo

Foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus).
Fotografía de Fundación CRAM

De los siete mamíferos presentes en las categorías más elevadas de amenaza, la foca monje (Monachus monachus) está prácticamente extinta en los territorios españoles del norte de África (islas Chafarinas). El Libro Rojo de los Mamíferos asegura que sus probabilidades de recuperación son muy escasas.

Dado el estado actual de conservación de estos mamíferos marinos, prever la próxima desaparición de los últimos ejemplares en su estado natural no supone pecar de pesimismo.

Este tipo de foca es uno de los mamíferos más amenazados del mundo ya que únicamente sobreviven unos cientos de ejemplares de esta especie en Madeira y Mauritania. La mayor colonia de cría se encuentra en Cabo Blanco, en las costas mauritanas, pero el acceso por tierra es peligroso, ya que la zona está sembrada de minas debido al enquistado conflicto entre el Sáhara Occidental, Marruecos y Mauritania.

En este territorio africano trabajan los miembros de la Asociación para el Estudio y Conservación de la Foca Monje con el objetivo de conocer en profundidad la biología de la especie para poner en marcha las medidas que aseguren su conservación.

La ballena vasca

Ballena vasca (Eubalaena glacialis).
Fotografía de NOAA Photo Library

Originalmente, la ballena vasca (Eubalaena glacialis) o ballena franca glacial, era abundante en el litoral cantábrico y la cornisa atlántica, sobre todo durante los meses de invierno, cuando se acercaba a la costa española para reproducirse formando a menudo agregaciones en las bahías de aguas someras. Durante el celo invernal visitaba también las costas africanas, por lo que tuvo presencia en las Islas Canarias.

Es probable que la población de ballenas francas en aguas europeas esté ya extinta. Desde principios del siglo XX hasta finales de la década de 1920 la industria ballenera capturó indiscriminadamente en el Atlántico norte a los ejemplares de esta especie, fundamentalmente en las islas Shetland y las Hébridas (Reino Unido).

Su nombre se debe a que eran fáciles o “francas” de matar: nadan despacio, cerca de la superficie y flotan al morir, por lo que han sido tradicionalmente el blanco favorito de los arpones vascos.

La ballena vasca es uno de los cetáceos más peculiares por las características callosidades situadas en distintas partes de la cabeza que varían tanto en longitud como grosor. Estas rugosidades son habitualmente invadidas por infestaciones parasitarias extremas de percebes, piojos de ballena y otros crustáceos que se ven desde la distancia como grandes manchas blancas.

Estas ballenas pesan entre 36 y 72 toneladas y los individuos más notables alcanzan los 18 metros de longitud. Los tres miembros de la familia Balaenidae (ballena franca austral, ballena franca del Pacífico y ballena vasca) están considerados en peligro de extinción al norte del Pacífico y del Atlántico (600 ejemplares en total), aunque no corre peligro en el hemisferio sur, donde se estima que aún viven unas 10 000 ballenas.

El visón europeo

Visón europeo

El visón europeo (Mustela lutreola) se encuentra seriamente amenazado por la expansión del visón americano, especie introducida en España que parece estar desplazando a su pariente autóctono de manera irreversible. El Parlamento Europeo lo ha catalogado como uno de los mamíferos más amenazados del continente. Ya en el año 2017, el Fondo Mundial para la Naturaleza alertó de que el visón europeo (del que sobreviven menos de 500 ejemplares en España) podría haber desaparecido por completo en cinco años.

Fotografía de Andrew Ives

El visón europeo (Mustela lutreola) continúa en situación de extrema fragilidad. Aunque su distribución es muy variable, con cuencas donde se ha expandido y otras en las que ha desaparecido, la especie sigue amenazada por la expansión del visón americano, un fenómeno que es ya irreversible.

El visón europeo se encuentra seriamente amenazado por la expansión del visón americano, especie introducida en España que parece desplazar a su pariente autóctono. Además, es posible que el visón americano le haya transmitido al europeo la enfermedad aleutiana, lo que añade otro elemento negativo para su conservación.

El visón americano realizó su particular evasión de las granjas peleteras en varios puntos de España en la década de 1960 y en la actualidad existen poblaciones perfectamente establecidas y en proceso de expansión.

Enfoques erróneos en el pasado llevaron a determinados grupos de activistas medioambientales a liberar intencionadamente al primo americano de nuestro visón con el objetivo de dañar la producción de la industria peletera.

La ley 42/2007, en su artículo 55, dice que aquellas especies en peligro de extinción que podrían llegar a extinguirse a corto plazo pueden ser declaradas “en situación crítica”. De las siete especies de mamíferos mencionadas anteriormente, sólo el visón europeo ha sido declarada en dicha situación.

El desmán de los Pirineos

Desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus).
Fotografía de David Pérez

El desmán de los Pirineos, (Galemys pyrenaicus) o desmán ibérico, es un mamífero de hábitos semiacuáticos de ámbito exclusivamente ibérico y cuya distribución se restringe a la mitad norte peninsular, desde el Norte de Portugal y Sistema Central, hasta los Pirineos.

Se trata de un mamífero que depende de la buena calidad de las aguas que habita, hecho que sumado a su baja densidad de población, hace que nos encontremos ante las características que definen a un mamífero muy vulnerable.

Amenazas globales como el cambio climático y las presiones locales como la contaminación, el uso inadecuado del agua y las barreras físicas construidas por el hombre, aumentan aún más si cabe las posibilidades de que este pequeño mamífero desaparezca en su estado silvestre.

El desmán ibérico está incluido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría en peligro de extinción, para las poblaciones del Sistema Central, y en la de “vulnerable” para el resto de las poblaciones.

La distribución de la especie ha disminuido notablemente en los últimos decenios. Por ello, el Grupo de Trabajo del Desmán Ibérico, adscrito al Comité de Flora y Fauna Silvestres, elaboró la Estrategia de Conservación, que fue aprobada durante 2013 por la Comisión Estatal y por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente.

El murciélago patudo

Murciélago Patudo 

El murciélago patudo es muy pequeño, no pesa más de 10 gramos, y hasta ahora se creía que sólo se alimentaba de insectos, pero un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) afirmó en 2014 que esta especie en peligro de extinción se alimenta también de peces.

La distribución de este mamífero volador está limitada al sector oriental de la Península Ibérica, la población española puede que no supere los 7.000 ejemplares y se conocen al menos de 30 refugios de reproducción.

A pesar de las dificultades para establecer una tendencia poblacional objetiva, los expertos apuntan a una reducción de las mismas. Un 90 por ciento de las colonias están afectadas por la actividad humana, que desequilibra sus hábitats de caza y perturba sus refugios.

La instalación de rejas en las entradas de las cuevas donde habitan estos quirópteros, las molestas visitas a los refugios en la época de cría y la constante amenaza de la construcción de infraestructuras y otras edificaciones son las principales amenazas de estos seres alados.

Las poblaciones de Andalucía oriental requieren urgentemente un Plan de Recuperación específico para paliar el declive de esta especie.

Los murciélagos son importantes agentes medioambientales ya que colaboran en la dispersión de las semillas, polinizan las plantas y actúan como reguladores de las plagas de insectos ya que estos pequeños mamíferos pueden comer diariamente hasta tres veces el equivalente de su peso en insectos.

Fotografía de Joxerra Aihartza

El murciélago patudo es muy pequeño, no pesa más de 10 gramos, y hasta ahora se creía que sólo se alimentaba de insectos, pero un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) afirmó en 2014 que esta especie en peligro de extinción se alimenta también de peces.

La distribución de este mamífero volador está limitada al sector oriental de la Península Ibérica, la población española puede que no supere los 7.000 ejemplares y se conocen al menos de 30 refugios de reproducción.A pesar de las dificultades para establecer una tendencia poblacional objetiva, los expertos apuntan a una reducción de las mismas. Un 90 por ciento de las colonias están afectadas por la actividad humana, que desequilibra sus hábitats de caza y perturba sus refugios.

La instalación de rejas en las entradas de las cuevas donde habitan estos quirópteros, las molestas visitas a los refugios en la época de cría y la constante amenaza de la construcción de infraestructuras y otras edificaciones son las principales amenazas de estos seres alados.

Las poblaciones de Andalucía oriental requieren urgentemente un Plan de Recuperación específico para paliar el declive de esta especie. Los murciélagos son importantes agentes medioambientales ya que colaboran en la dispersión de las semillas, polinizan las plantas y actúan como reguladores de las plagas de insectos ya que estos pequeños mamíferos pueden comer diariamente hasta tres veces el equivalente de su peso en insectos.

El oso pardo

El oso pardo (Ursus arctos).
Fotografía de Zahoor Salmi, My Shot

A nivel mundial, las poblaciones de oso pardo (Ursus arctos) se enfrentan a crecientes amenazas de perdida y fragmentación del hábitat y limitaciones demográficas. En España viven las poblaciones de osos pardos más amenazadas del mundo.

Desde principios del siglo XX los osos pardos se distribuyen a lo largo de la Cordillera Cantábrica en dos poblaciones incomunicadas en la actualidad. El crecimiento de la actividad humana, el avance de la agricultura y la ganadería y la elevada intensidad de los procesos antrópicos sobre nuestro medio natural, han hecho de la persecución de estos úrsidos una constante desde hace siglos.

Los graves incendios forestales que sufre el norte de España cada verano se suman a la larga lista de padecimientos de esta especie única en el mundo: áreas de gran valor ecológico que albergan importantes núcleos reproductores de nuestro oso pardo en la cordillera Cantábrica, como el parque natural de La Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias en Asturias, y el Alto Sil en León, se han visto afectadas por las llamas, sentenciando a los robledales y arandaneras; hábitats fundamentales para el oso y para los últimos urogallos cantábricos.

El lince ibérico

El lince ibérico (Lynx pardinus).
Fotografía de NAtional Geographic

El que puede ser la joya de la corona de la fauna ibérica y del monte mediterráneo, al menos en términos de popularidad, el Lynx pardinus, “el gran gato español”, está catalogado en España como en peligro de extinción desde el 30 de marzo de 1990.  Como el resto de especies incluidas en las categorías más altas de amenaza, goza de un Plan de Recuperación en el que se recogen las medidas necesarias para disminuir el riesgo de que estos magníficos animales desaparezcan en su estado salvaje.

Se sabía que si continuaba el declive observado en las últimas décadas, el lince ibérico en estado silvestre se extinguiría. El objetivo de los planes de protección es precisamente que esto no ocurra y que el lince ibérico pueda continuar siendo una pieza funcional del monte mediterráneo. Y han funcionado: hoy el lince ibérico se recupera del borde de la extinción

La principal causa de la disminución poblacional del lince ibérico es la destrucción, alteración y fragmentación del monte mediterráneo. Este exclusivo ecosistema peninsular ha sido, y está siendo, diezmado en beneficio de la agricultura, la ganadería, la explotación minera, el crecimiento urbanístico y el aprovechamiento de maderero. Los incendios forestales son otra de las causas de la destrucción del hábitat del lince ibérico.

El área de distribución actual y potencial del lince ibérico se ha visto afectada recientemente por la proliferación de las urbanizaciones legales e ilegales de segundas viviendas. La progresiva urbanización de las zonas rurales habitadas por el lince, genera una serie de perturbaciones que son evitadas por estos felinos: basura, ruido, caza furtiva y molestias derivadas del tránsito y la presencia de personas y sus animales de compañía.

Red Natura 2000

A pesar de nuestra influencia sobre el medio natural, la vida se abre camino en España, el país con mayor biodiversidad de la Unión Europea, que con 1863 espacios protegidos que representan casi un 30 por ciento de su territorio, es el país que más áreas protegidas aporta a la red europea Natura 2000, el conjunto de espacios protegidos más grande del mundo.

loading

Descubre Nat Geo

  • Animales
  • Medio ambiente
  • Historia
  • Ciencia
  • Viajes y aventuras
  • Fotografía
  • Espacio

Sobre nosotros

Suscripción

  • Revista NatGeo
  • Revista NatGeo Kids
  • Disney+

Síguenos

Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved