¿Quién está saboteando este zoo estadounidense y por qué?

Tres actos delictivos recientes, entre ellos la matanza de un buitre en peligro de extinción, han alarmado a las autoridades. Y no es el único zoológico amenazado.

Por Raegan Scharfetter
Publicado 3 feb 2023, 12:44 CET
Un tití emperador en el Amazonas brasileño

Un tití emperador en el Amazonas brasileño. Los dos tamarinos emperador del zoo de Dallas, Bella y Finn, fueron robados y recuperados más tarde.

Fotografía de Claus Meyer, Minden Pictures

Empezó con Nova, una leopardo nebuloso de 11 kilogramos que escapó de una sospechosa abertura en su valla. Luego fue Pin, un buitre de cara lapona en peligro de extinción que resultó mortalmente e intencionadamente herido en su recinto. Y, por último, dos monos tamarinos emperador fueron robados (y posteriormente recuperados) a pesar de las medidas de seguridad reforzadas.

Se desconoce quién está cometiendo estos recientes actos de sabotaje, o por qué, pero las repercusiones (como la muerte de una especie rara) son enormes.

"No hay palabras para expresar la frustración que siente nuestro equipo", declaró Kari Streiber, vicepresidenta de comunicación del zoo de Dallas, en un comunicado enviado por correo electrónico el 1 de febrero.

El zoo de Dallas ya contaba con un centenar de cámaras en sus 42 hectáreas de recinto que vigilaban al público, al personal y las zonas de exhibición, según declaró su presidente, Gregg Hudson, durante una rueda de prensa. Desde que comenzaron los incidentes, el zoo ha aumentado la capacidad de sus cámaras y ha instalado torres solares portátiles para mantener el recinto bien iluminado. También se ha incrementado la presencia de seguridad y personal durante las horas nocturnas.

La pantera nebulosa o leopardo longibando (en la foto, un animal cautivo en Houston) son originarias de los bosques nublados del sudeste asiático.

Fotografía de Vincent J. Musi, Nat Geo Image Collection

"Aunque nuestro programa de seguridad había funcionado en el pasado, es evidente que tenemos que introducir cambios importantes", declaró Streiber.

El zoo también ha consultado a expertos en seguridad para desarrollar nuevas estrategias de protección de sus hábitats.

Pero incluso con la mejor seguridad, si una persona está motivada para hacer daño a los animales, "encontrará la manera", afirma Rob Vernon, vicepresidente de comunicaciones de la Asociación de Zoos y Acuarios.

Vernon afirma que la intromisión delictiva en los hábitats de los animales no es culpa del zoo, y que "han seguido sus procedimientos y colaborado estrechamente con las fuerzas de seguridad desde el primer incidente".

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    Un buitre cara de lapa adopta una postura agresiva en la Reserva de Naboisho, en Kenia. Las rapaces suelen morir por comer cadáveres envenenados.

    Fotografía de Ronan Donovan, Nat Geo Image Collection

    Mientras que en España estos episodios son algo puntual y anecdótico (con un robo de cabras por aquí, o de tortugas con microchip por allá), en Estados Unidos parecen estar viviendo cierto auge en lo que a vandalismo zoológico se refiere. El zoo de Dallas no es el único de Estados Unidos que recientemente ha tenido que hacer frente a estos problemas. A principios de esta semana, unos vándalos irrumpieron en Zoosiana, un zoo de Broussard (Luisiana), y robaron 12 monos ardilla, que siguen desaparecidos. Se está llevando a cabo una investigación.

    Estas actividades ilegales no sólo son perjudiciales para los animales, sino que también pueden ser peligrosas para las personas, afirma Charly Seale, directora ejecutiva de la Exotic Wildlife Association, una organización sin ánimo de lucro con sede en Texas que apoya a los propietarios de animales exóticos.

    "Cualquiera que intente liberar animales de cualquier tipo de un zoo como el de Dallas puede poner al público en grave peligro de lesiones corporales graves o muerte", afirma Seale. "Estos animales nunca han estado en un entorno salvaje".

    El 31 de enero, el zoo de Dallas tuiteó que estaba "más que encantado" de que sus dos tamarinos, Bella y Finn, hubieran sido encontrados ilesos (aunque con bajo peso) en el interior de una casa vacía en una ciudad cercana. El Departamento de Policía de Dallas publicó una foto de un hombre con el que quieren hablar en relación con la desaparición inicial de los primates.

    Los responsables del zoo capturaron a Nova, la pantera nebulosa, el mismo día de su desaparición, el 13 de enero. Ahora vuelve a estar expuesta.

    Pero la pérdida el 21 de enero de Pin, un ave de 35 años que vivía en el zoo desde hacía más de tres décadas, fue especialmente desgarradora para el personal del zoo. 

    El zoo realizó una autopsia, que evidenció que alguien había matado al ave, dijo Hudson en la rueda de prensa del 23 de enero.

    Un tití emperador sentado en la rama de un árbol en el Parque Nacional del Manu, Perú. Estos primates sudamericanos deben su nombre a sus largos bigotes blancos, parecidos a un bigote.

    Fotografía de Charlie Hamilton James, Nat Geo Image Collection

    Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, quedan unos 6500 buitres leonados en el mundo. Están disminuyendo en su hábitat africano nativo debido al envenenamiento accidental, la depredación de nidos por el hombre y la menor disponibilidad de alimentos. Muchos buitres de Kenia, por ejemplo, mueren tras ingerir animales muertos con pesticidas.

    Dada la rareza de la especie, el zoo (junto con la policía de Dallas y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU.) inició una investigación y ofreció una recompensa de 25 000 dólares (22 950 euros) a quien facilitara información sobre la muerte del ave.

    "Cada vez que se pierde una especie en peligro de extinción, sea cual sea su número, es una pérdida importante", afirma Vernon.

    "Todos los zoológicos aprenderán de lo ocurrido en Dallas", añade. "Arreglarán lo que fue objeto de vandalismo y harán cambios para intentar evitar que estos actos vuelvan a ocurrir".

    La National Geographic Society apoya Wildlife Watch, nuestro proyecto de reportaje de investigación centrado en los delitos y la explotación de la fauna salvaje. Lee más reportajes sobre Wildlife Watch aquí, y envía sugerencias, comentarios e ideas para reportajes a NGP.WildlifeWatch@natgeo.com. Más información sobre la misión sin ánimo de lucro de la National Geographic Society.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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