Mejores fotos de la primavera 2020

En otoño, los pingüinos emperadores comienzan su viaje de casi diez kilómetros desde el mar hasta su zona de cría en la bahía de Atka, en la Tierra de la Reina Maud de la Antártida. El calentamiento del clima está fundiendo la banquisa que precisan para encontrar pareja.
La extinción del Xerces azul, una mariposa observada por última vez en las dunas de los alrededores de San Francisco hace casi 80 años, podría haber sido un presagio de lo que los científicos temían que se convirtiera en una extinción global de insectos. Este espécimen se capturó en el lago Merced, California, el 30 de marzo de 1909 y fue fotografiado en la Academia de Ciencias de California en San Francisco.
Los exámenes finales han terminado en el Instituto Zarghona de Kabul, uno de los mayores institutos femeninos del país, con más de 8500 estudiantes y 230 profesores. «Tenemos miedo», cuenta la directora Nasreen Noorzai, preocupada por que los talibanes se hagan con el poder y denieguen la educación a las niñas.
Los coches se exponen en el Cadillac Ranch RV Park en Amarillo, Texas. Durante un siglo, el automóvil ha sido el tótem estadounidense. Pero con más de mil millones de vehículos en todo el mundo alimentando el cambio climático, el motor de combustión interna se enfrenta a su juicio final. En esta noche lluviosa, los coches parecen estar suspendidos en acción.
Con nuevos huesos llegan nuevos modelos: Guzun Ion de DI.MA. Dino Makers, una empresa que fabrica esculturas para museos en Fossalta di Piave, Italia, elabora una versión actualizada de la cola de un Spinosaurus para una escultura en tamaño real. El hallazgo de un nuevo fósil de la cola del animal ha cambiado las nociones científicas sobre este depredador gigante, que hace historia como el primer dinosaurio nadador que se conoce.
La llama naranja del cohete Falcon 9 de SpaceX parece dibujar una línea a través de las capas de nubes en esta exposición de 40 segundos sacada en el Centro Espacial Kennedy en Merritt Island, Florida.
Luke Zenda (19) se acaricia la mejilla con la boquilla de una aspiradora en el Rising Tide Car Wash de Margate, Florida. Cada vez son más habituales las empresas familiares que ayudan a los adultos autistas a encontrar trabajo.
Los pacientes se hacen el test de la COVID-19 en un hospital privado de Seúl, Corea del Sur. Las zonas de pruebas se diseñan como si fueran cabinas telefónicas para prevenir el contacto entre pacientes y sanitarios. Los test analizan los hisopos nasales y bucales y el esputo, muestras cuya recogida lleva menos de un minuto; el análisis puede tardar de cuatro a seis horas. El hospital hizo el test a 2700 pacientes e identificó cuatro casos confirmados entre el 10 de marzo y el 22 de abril de 2020.
Rosem Morton se pone una mascarilla entes de entrar en el hospital de Baltimore (Maryland) donde trabaja como enfermera. Las personas que entran en los hospitales deben llevar mascarilla en todo momento. Morton, que también es fotógrafa y beneficiaria de una beca National Geographic Explorer, ha documentado sus experiencias cotidianas en primera línea de la pandemia de coronavirus.
Ruth Kavana, madre soltera con cuatro hijos, se mira en el espejo en su casa en el asentamiento informal de Kibera en Nairobi, Kenia. Cuando el coronavirus llegó a Kenia, cerró su negocio de venta de huevos, patatas fritas y smokies, un tipo de salchicha, durante un mes.
Daniel Owino, un músico que se hace llamar Futwax, y su hijo de cuatro años, Julian Austin, cantan su última balada «Have you sanitized?». Tras enterarse de los estragos que ha causado la COVID-19 en Europa, Futwax —que también vive en el asentamiento de Kibera en Nairobi— pensó que podría ayudar a la gente con su música. «Mi deber es asegurarme de que todo el mundo sepa qué ocurre y de que hagan lo que puedan para estar a salvo. Tenemos que ser nuestra propia solución», afirma.
Listen Dube (37) se arrodilla para rezar a orillas del río Jukskei, municipio de Alexandria, en Johannesburgo, Sudáfrica. «Rezar solo y conectar con la naturaleza da cierto poder», afirma. Como le preocupa que el virus se propague por su municipio densamente poblado, no le importa no poder rezar con su congregación en la Iglesia Sionista Africana del Espíritu Santo. «Es más importante intentar no propagar el coronavirus», afirma. «Rezo por que haya una cura».
Son las 15:35 del 29 de abril de 2020 y Kim Bonsignore sufre una contracción intensa con el apoyo de su doula mientras da a luz en Nueva York. Sativa, de dos años, corre hacia su padre, Al, y su abuela, Louise, mientras su madre grita de dolor.
Jerry Lovett libera una paloma tras el funeral de su hermano, Chester Lovett, que falleció por complicaciones de la COVID-19 en el Hospital Sinai-Grace de Detroit. La familia de Chester Lovett, que tenía 10 hijos, tuvo que hacer turnos para asistir al servicio celebrado en la funeraria Wilson-Akins.
Las videollamadas parecían una solución elegante para el teletrabajo, pero pueden desgastar la mente de formas complicadas. Algunos hablan de «fatiga de Zoom». El auge sin precedentes de las videoconferencias ante la pandemia ha iniciado un experimento social extraoficial sobre las comunicaciones remotas.
Las tres Gracias de Antonio Cánova (1812-1817) en una rotonda vacía de la Galleria d’Italia, en Milán. Esta fotografía se sacó cuando los museos italianos aún estaban cerrados durante el confinamiento de abril y principios de mayo.
Una mujer se cobija a la sombra de una pared en el patio de un centro caritativo islámico en Amán, Jordania, el 28 de abril de 2020, a la espera de que se distribuya la ayuda humanitaria de Unicef ofrecida a las comunidades vulnerables afectadas por la pandemia de coronavirus. El fotógrafo Moises Saman escribe sobre esta experiencia: «Mientras entramos en el segundo mes de toque de queda, los sonidos naturales de los mercados callejeros y los talleres se han quedado silenciados y con su desaparición también se ha ido el sustento de la población más vulnerable, que depende de los jornales para poner comida sobre la mesa».
Al ver cuánto echaba de menos su hija Catalina a sus amigos durante el confinamiento, Alessandra Sanguinetti la llevó a visitarlos en Santa Rosa, California. «Aquí está incumpliendo las normas y tocando las manos de su mejor amiga, Avery», cuenta Sanguinetti.
La vida en familia durante la pandemia en Nesoddtangeen, Noruega, donde todas las guarderías han cerrado durante el brote de coronavirus.
Un niño de Johannesburgo, Sudáfrica, encuentra belleza en las flores silvestres que crecen en el alambre de espino. «"Naturaleza" es un término complicado en lo que respecta a Johannesburgo», dice el fotógrafo Lindokuhle Sobekwa, que explica que los habitantes de estos municipios no suelen tener espacio para jardines. «Cuando yo era niño, siempre había flores cerca de un vertedero y solíamos cogerlas y jugar con ellas».
La mañana de su graduación, Anaste Berry y su hermana gemela, Zakiria Berry (18) se preparan en casa. Su último año en el Instituto St. Francis en Milwaukee, Wisconsin, terminó de forma abrupta el 13 de marzo de 2020. Aquella mañana se quedaron dormidas y se saltaron las clases. Semanas después, se dieron cuenta de que había sido su último día de clase. Hoy, Zakiria ajusta el birrete de Anaste antes de salir. Las gemelas han pasado la cuarentena trabajando en Walmart, viendo Netflix y hablando con sus amigos. Como viven con su abuela, han tomado precauciones para no correr riesgos.
Una manifestante recibe primeros auxilios en el aparcamiento de unos grandes almacenes después de haber recibido el impacto de una bala de goma en el ojo durante las protestas por la muerte de George Floyd en Minneapolis, Minnesota.
Un hombre que se hace llamar «Royal G» se alza frente a un grupo de agentes de policía con una bandera estadounidense en una protesta por la muerte de George Floyd en Nueva York el 31 de mayo de 2020. «La policía me ha maltratado dentro y fuera de la cárcel», cuenta. «Tengo una hija de cinco años que se llama Jayde. Lo que yo haga hoy podría ayudarla a ella algún día, cuando llegue su momento. Quiero que se sienta orgullosa cuando lea acerca de esta protesta y que sepa que su padre estuvo aquí».
Maria Modlin (55), también conocida como Yaya, marcha con un grupo de manifestantes desde el Monumento a Lincoln hacia Lafayette Park en Washington D.C. «Estoy contenta por estar viva en este momento y formar parte de este gran movimiento. Es nosotros, el pueblo. No ellos, el pueblo. Ahora es nuestro turno. Es nuestro turno», dice sobre el movimiento desencadenado por la muerte de George Floyd.
Philomena Wankenge, miembro del grupo Freedom Fighters DC, habla ante la multitud en el Monumento a Lincoln durante las protestas contra la brutalidad policial y la violencia racial en Washington D.C. «No hemos pedido que se ponga nuestro nombre a una calle, lo que queremos es desfinanciar la Policía. No subestiméis a los jóvenes porque somos de armas tomar».